Una posible obra del escultor Miguel
Sánchez Taramas, el apóstol Santiago de la cofradía homónima de Badajoz. Fue
bendecida en la catedral en julio de 1715 y quizá fuese policromada por el
pintor sevillano Alonso de Mures, mayordomo de la cofradía.
Justo
un siglo después (1) se encarga una nueva imagen del santo al pintor y escultor
polaco Antonio Luschinsky y se estrenaría en 1816.
© Pedro Castellanos
25 de julio de 2022
(festividad de Santiago apóstol, patrón de España)
Esta
de 1715 se trata de la primera conocida hasta el momento, aunque es probable
que existiese otra desde el siglo XVII ya que, en un principio, no existirían
el Señor del Santo Sepulcro (hoy yacente articulado), ni la Virgen del Socorro
y luego la Soledad o Lágrimas (2). El 12 de julio de
1715 el cabildo catedralicio citaba una carta de la Cofradía de
Santiago en la que pedía licencia para bendecir en la Catedral de Badajoz esta imagen
del santo que daba título a la cofradía. También se pedía que el cabildo la llevase
en procesión a su ermita en el Castillo, donde radicaba entonces la cofradía.
Se acordó que la llevasen clérigos con sobrepellices y el palio si lo hubiere,
pidiendo también la plata que fuere necesaria para la festividad de Santiago.
Es posible que por las fechas la hiciese el famoso escultor e ingeniero militar
pacense Miguel Sánchez Taramas. ¿Por qué?, pues porque era entonces el escultor
más famoso de la ciudad, aunque no el único, pues su amigo Cristóbal Morgado también
realizaba obras en la capital. Curiosamente, tiene documentado un Santiago apóstol a caballo con su retablo en Talavera la Real (Badajoz) realizados en años posteriores. Sánchez Taramas ya había tallado casi dos años
antes a la Virgen de Bótoa, la advocación mariana de más devoción en la historia
local. Recordemos también que en ese mismo año de 1715, el 5 de julio, el cabildo catedralicio de
Badajoz se planteaba la posibilidad de hacer un monumento de madera de tres
plantas para colocar el Santísimo Sacramento el Jueves Santo. El 19 de julio el
obispo de Badajoz ya había visto el boceto. El 9 de agosto el cabildo pide que
se ejecute el monumento, pues parece ser que Sánchez Taramas «no quería entrar
en esta obra por un tanto ni a destajo», sino que el cabildo comprase la madera
y buscase a 6 u 8 oficiales «de satisfacción» que lo fabricasen. La obra debía
estar terminada para la Semana Santa de 1716. Finalmente, el cabildo acabaría
convenciéndole, no solo para dirigir la obra, pues el 22 de abril de 1716 se
cita que Sánchez Taramas «no había trabajado a jornal, sino a gracia del
cabildo». El 23 de abril de 1716 el cabildo paga al escultor 130 reales por el
dibujo que hizo del monumento, «y por la dirección y trabajo de venir a ver la
obra 157 días que en ella trabajó, 628 reales a razón de cuatro reales por
día». También se le pagan por unas «estatuas» y tres ángeles 6.600 reales,
además de otros 450 en que se ajustó la talla de ocho capiteles de las ocho
columnas que tenía (3).
Como
dato histórico, inédito hasta ahora, y muy importante, añado que el pintor
sevillano Alonso García Mures, alias Alonso de Mures, era mayordomo de la
cofradía ya en 1723, quien lo podía ser ya anteriormente. Seguramente fue su
policromador, pues los escultores normalmente solo tallaban la madera y dejaban
ese trabajo a los pintores especialistas, como ocurrió con el citado monumento
catedralicio. No será hasta siglo XIX cuando se realiza otra talla nueva del apóstol.
¿Qué le ocurrió a la imagen del santo para que no se conservase en 1815? Puede
que sí, aunque en un estado de conservación malo y fuese apartada del culto
público. Quizá fuese destruida durante la Guerra de la Independencia (1808 y
1814). Para que nos podamos imaginar qué aspecto tendría esta supuesta obra de Sánchez
Taramas, he tenido que recurrir a una de san Jorge que se puede atribuir
perfectamente a sus discípulo Francisco Ruiz Amador y que se encuentra, en
lamentable estado de conservación, en la localidad pacense de Fuente del
Maestre. Este discípulo siguió fielmente el estilo de su maestro, con algunos
cambios, y ya trabajaría como oficial en su taller en 1715. Al menos esos típicos
ojos de cascarón de vidrio pintados por la cara interior al óleo en dos tonos
los usaron ambos.
San Jorge, Fuente del Maestre (Badajoz).
Se encarga una nueva imagen de Santiago
apóstol al pintor y escultor polaco Antonio Luschinsky en 1815 y se estrenaría
en 1816.
Sustituía
a la que se bendijo en 1715, justo un siglo después se le encargaba otra a
Antonio Luschinsky (apellido hispanizado como Lucenqui), padre del famoso
pintor badajocense Rafael Lucenqui Martínez (4). El contrato se
firma el 9 de agosto de 1815:
Obligación con
Antonio Lusenqui para la construcción del santo apóstol.
Fray Juan Rastrollo, don José López Martínez y don José
Antonio Rodríguez, mayordomo y regidores de la Hermandad del Apóstol Santiago y
Nuestra Señora de las Lágrimas de esta ciudad, [confiesan] haber tratado y
ajustado con el maestro de escultor y pintor Antonio Lucenqui, de la misma
vecindad, una efigie del mismo santo apóstol montado a caballo, según el diseño
que ha presentado debiendo tener de alto siete cuartas, [casi 1.50 metros de
alto] obligándose a darlo concluido del todo para el primer día de mayo del año
próximo venidero de 1816 en la cantidad de cuatro mil reales de vellón, pagados
en tres plazos iguales: el primero, al firmarse esta obligación para la compra
de maderas y demás necesario para dar principio a la obra; el segundo, después
que se halle concluido el santo en madera; y el tercero y último, después de
hallarse concluido del todo (…) en Badajoz a día 9 de agosto de 1815.
El
5 de septiembre, los miembros de la comisión creada al efecto, firmaban una
serie de condiciones:
…para
el ajuste de la fábrica de una imagen del señor Santiago, patrono de ella,
desde luego se han verificado con los términos siguientes con don Antonio
Lusenqui, maestro de escultor, y de esta vecindad:
1.
En la primera
condición se obliga dicho Lusenqui a construir un santo y caballo de bulto [de
talla] y cuerpos enteros, sin tener ninguna pieza de cajón [=hueca], y de siete
cuartas de alto.
2.
En la segunda, que
luego que el santo y caballo estén concluidos en madera blanca [sin
policromar], ha de ser reconocida esta obra por la hermandad, que estando
conforme, ha de concluirla.
3. Y en la tercera, que el valor de la obra eran cuatro mil reales,
en que fue ajustada por los comisionados, siendo la paga en tres plazos: el
primero ahora adelantado; el segundo verificado el reconocimiento; y el tercero
en el acto de la entrega. Lo que oído por los diputados presentes, se
conformaron con el ajuste hecho por los comisionados y lo aprobaron en toda
forma…
Boceto de Santiago apóstol
que realizó Antonio Lucenqui entre 1815 y 1816.
Esta
imagen se conservaba hasta hace varias décadas en el baptisterio de la parroquia
de Santa María la Real (San Agustín) y, lamentablemente, fue vendida a un
anticuario para hacer diversas reparaciones en la parroquia. Es una lástima,
pues sería la única obra de talla que se conservaría de él como escultor que
conozcamos. El pintor y escultor Antonio Lucenqui y su
mujer, Juana Martínez, ingresaron como hermanos de la Cofradía de Santiago el 1
de marzo de 1817. El dato aparece en un libro
de asiento de hermanos, donde figura la firma del pintor. Ambos estaban libres
de pago de cuota de entrada «en
agradecimiento o gratificación con que le hace la hermandad por haber hecho el
santo patrono de ella y libre de pechas, pero con la obligación de hacer de
balde todas la pinturas que se ofrezcan».
Notas:
(1) https://fragmentosdebadajoz.blogspot.com/2017/07/v-behaviorurldefaultvmlo_14.html
(2) https://fragmentosdebadajoz.blogspot.com/2019/04/34.html
(3) https://fragmentosdebadajoz.blogspot.com/2019/05/36.html
(4) https://fragmentosdebadajoz.blogspot.com/2017/07/v-behaviorurldefaultvmlo.html
Fuentes: Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz.
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