viernes, 5 de octubre de 2018

22. La desaparecida atalaya del Alcarache de la dehesa de la Gudiña. Se mandó construir por orden del duque de San Germán en 1653.

22.

La desaparecida atalaya del Alcarache de la dehesa de la Gudiña. Se mandó construir por orden del duque de San Germán en 1653.

© Pedro Castellanos
5 de octubre de 2018
Su situación geográfica sería aproximadamente de 38 º 53’ 20,91” N y 7º 2’ 12.77” O. La altitud de la zona es de unos 183 metros sobre el nivel del mar. Está a unos 2.77 kilómetros de la conocida como atalaya del Camino de Yelbes, descubierta en el año 2000. Esta atalaya y reducto se construyeron en una dehesa de propiedad particular llamada la Gudiña (Agudiña o Gadiña). El cabildo catedralicio del martes 21 de octubre de 1653 citaba que el duque de San Germán, el napolitano y maestre de campo Francisco Tutavila, pedía que se donase el aprovechamiento de la dehesa del Rincón de Caya, que pertenecía entonces al cabildo, «para ayuda del gasto de la atalaya que hoy se había empezado a hacer cerca de la ribera de Caya, junto a Portugal». El cabildo da las gracias al duque de San Germán por construirla. Fue diez días antes de concedérsele el título de caballero de la Orden de Santiago. Francisco Tutavila sustituía en el gobierno de las armas del Ejército de Extremadura a Diego Felipe de Guzmán, marqués de Leganés.
Situación del reducto y atalaya junto a la frontera con Portugal. Sobre 1735. 
Un atalaya era una construcción muy efectiva en la defensa de la frontera, tras el levantamiento de Portugal. De esta forma se aseguraban los ganados que pastaban en la zona, entre otras cosas. Pocas veces se encuentra un documento como este, en el que se cita la fecha exacta en que comienzan las obras de una de las atalayas que rodeaban la ciudad. Este fue el caso de la atalaya de la Corchuela (ver entrada 4 del blog) que equivocadamente se la llamó San Gaspar, construida unos años antes, en 1645. Desgraciadamente no tengo, ni creo que exista ya, el contrato de la de Alcarache. El nombre de la atalaya aparece únicamente en un plano muy posterior, del siglo XVIII, que conserva el Servicio Geográfico del Ejército, fechable entre 1735-1739, o algo anterior. En este plano no aparece citado el nombre del cercano arroyo de la Gudiña, pero sí el segundo, por encima, que aquí lo llama arroyo de Doña María, que se trata del actual arroyo Ceferino. Son dos arroyos que permanecen secos casi todo el año, a excepción de la época de lluvias; recogen las aguas de la zona conocida como Las Rocillas o Cerros Blancos hasta el río Caya. Desgraciadamente ya no quedan restos visibles, ni de la atalaya de Alcarache ni de su reducto del mismo nombre en forma de estrella. Estaban situados frente a un pequeño barranco junto a la orilla del río Caya, a pocos metros del puesto fronterizo. Todavía se apreciaban ambas construcciones en las fotografías del llamado «Vuelo Americano. Serie A» de los años 1945-1946 y del «Vuelo Americano. Serie B» de 1956-1957. La atalaya estaba a unos 368 metros del cortijo de la Gudiña, justo donde existe ahora otra construcción agraria. En la zona donde estuvo el reducto se ha extraída tierra, por lo que será imposible encontrar sus restos. Cabe destacar que en el plano del siglo XVIII aparece un desconocido «puente de Caya», en la zona portuguesa, en lo que hoy sigue siendo una isla, a unos dos kilómetros aguas abajo del actual puente José Saramago. En esta zona desemboca el arroyo Corredera de las Palomas. En el plano aparece un vado donde hoy está el mencionado puente de Saramago.


Situación en 1945-46. fototeca.cnig.es

Situación en 1956-57. fototeca.cnig.es
Son destacables en este plano del siglo XVIII las desaparecidas atalayas de San Juan y del Rey, situadas una detrás de la otra frente al fuerte de San Cristóbal, junto a los cerros de Santa Engracia. También otra atalaya desconocida, llamada ¿Yondas?, o algo similar, frente al desaparecido puente de los Mártires (puente de las Brujas).
Situación de la desaparecida atalaya de ¿Yondas? sobre 1735. 


 
Situación de las desaparecidas atalayas de San Juan y del Rey sobre 1735. 

Fuentes: Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz y Archivo Histórico Provincial de Badajoz.