viernes, 20 de octubre de 2023

55. Reforestaciones en el río Guadiana a su paso por Badajoz en el siglo XVIII.

 55.

Reforestaciones en el río Guadiana a su paso por Badajoz en el siglo XVIII. Plantaciones de morales para la obtención de seda en la isla de las Monas.

© Pedro Castellanos
11 de noviembre de 2018 (actualizado el 20/10/2023)
El 17 de febrero de 1760 Pedro Vázquez, Pedro Cafarelo y José Rodillas «ocurrieron al consistorio de esta muy noble y leal ciudad por pedimento que presentaron en 8 de febrero del año pasado de 1759, solicitando se les diese un pedazo de tierra de 250 pasos cuadrados en el terreno que se hallaba en la clase de baldío inculto con mucho juncal, que casi era de ningún aprovechamiento en el sitio del Pico y entrada de la Quebrada, a orillas del río Guadiana. Y que siéndoles concedido se obligarían a romperlo de su cuenta y a plantar en él todo de dichos pedazos 625 árboles de álamos negros y blancos, fresnos y alisos, haciéndolo de las especies referidas en el número que de cada una tuviesen por más conveniente y que su plantío sería dándoles diez pasos de distancia de unos a otros, cuidándolos y quedándolos criados de seis hojas en el tiempo y espacio de ocho años a satisfacción de esta muy noble ciudad, por quien en su cabildo que celebró en el mismo día, remitió la pretensión a los señores don Pedro de Silva Pantoja y don Juan Caldera de Escobar, sus capitulares, para que juntos con el señor don Alejandro Francisco de Silva, síndico procurador general, informasen con reconocimiento del terreno y si podría ser perjudicial al abrevadero de los ganados, en cuya virtud, los referidos lo evacuaron en trece del mismo mes y año exponiendo no ser de perjuicio alguno la dación del dicho terreno por los motivos que el informe contiene, y en su vista, dicha muy noble ciudad, providenció por su decreto de 17 de diciembre del citado anterior año, se hiciese por los otorgantes obligación con arreglo a lo pactado en informe de los caballeros comisionados (…) se han dado a los otorgantes varios pedazos de tierra en dicho sitio a los tres primeros doscientos árboles más de las calidades y especies referidas, siendo todo el plantío que han de hacer por esta razón el número de 825 árboles con la misma extensión de los diez pasos de hueco de unos a otros, dándolos criados de seis hojas en el prefinido término de los ocho años como así lo han comenzado a hacer, que dicho término comenzó a correr desde el mes de febrero del enunciado año pasado de 1759, y las suertes o pedazos de tierra que cada uno de los otorgantes tiene, se hallan divididos y señalados con lindes conocidas para disfrutarlas respectivamente, cada uno con las labores que le sean más útiles, como melonares, sandiales, forrajes u otras semillas y siembras que no sean perjudiciales a la cría, aumento y conservación de dichos árboles que tienen puestos y han de plantar hasta otro tal mes de febrero del año que viene de 1767, en que cumplirán los ocho, que es cuando los ha de dar criados de seis hojas y reponiendo los que no prevalecieren».


Isla de las Monas del río Guadiana. Dentro del círculo rojo, lugar donde estuvo el molino harinero de Moscoso, hoy de Ayala.
Plantación de arboleda de moreras en la isla de las Monas y aprovechamiento de la leña de poda al comerciante Pedro Velasco Rubio. 14 de marzo de 1781.
Se trata de un expediente en que se da permiso a Pedro Velasco Rubio, vecino de Badajoz, comerciante de ropa y sedas, familiar del Santo Oficio de la Inquisición de Llerena, asentista general de los reales hospitales militares de la provincia y subteniente de las Milicias Urbanas de Badajoz. Se le daba permiso para plantar un arbolado de moreras a orillas del río Guadiana, para que con sus hojas se alimentase a los gusanos que producen la seda. El propio Pedro Velasco Rubio afirmaba que «estoy tratado de plantar en la isleta denominada de las Monas que [me] comedió su ilustrísima, las moreras a que fue destinada, y hallándome con otra porción de demasiado grueso, que allí no se pueden establecer a causa de necesitar las ollas de fondo proporcionado que no permite el terreno, que a los dos palmos se inunda en agua, me ha parecido más propio para establecer dicho arbolado tan útil al Estado, las orillas del río Guadiana, por bajo del molino de Moscoso, desde la paredilla o por cima de aquel, próximo a la fuente de Cuadrejones, donde su sombra, después de criados, además de la satisfacción a la vista, la dará al público y ganaderos que en dicho paraje abrevan el que concurre y no resulta el menor perjuicio a mis convecinos y su utilidad en tan ventajosa plantación que puede estimularles a continuarla, y con la cosecha de seda establecer fábrica de tejidos de la misma que les atraiga grandes ventajas, mayormente cuando ya la experiencia ha dado a conocer ser este clima de los más a propósito del reino, así para la cría del árbol, como para la de la seda, por tanto, suplico a su ilustrísima se digne concederme cualesquiera de los terrenos explicados para plantar las moreras con que me hallo, a la condición de usufructuarlas por mí y mis sucesores».


El 30 de abril del mismo año, según el informe que antecede, hecho por los regidores perpetuos Manuel de Losada y Miguel de Andrade Alvarado, se le concede a Pedro Velasco Rubio el terreno que expresaba «tan solamente para plantar el arbolado de moreras a la orilla del río Guadiana por el lado de arriba o del de abajo del molino de Moscoso, para según y como se previene en dicho informe a favor del nominado don Pedro Velasco Rubio y los suyos, el usufructo de la hoja del mismo arbolado, que tendrán para fomentar con su cría la especie de la seda, tan útil por todos los términos al público. Y asimismo, la leña de poda, sin que ninguna otra persona por ningún acontecimiento la pueda cortar, aprovechar ni tomar, sin expreso consentimiento del mismo don Pedro Velasco Rubio o de aquel o aquellos que legítimamente le sucedieren, mediante que ha de quedar aposesionados y dueños legítimos tan solamente del arbolado de moreras que se planten y críen a su cuidado y expensas, pues el suelo o terreno queda y ha de quedar baldío y de común aprovechamiento, sin que se pueda cercar de vallado ni otra forma que lo impida (…) sin carga, obligación, gravamen ni censo o tributo alguno, y usar de él como de cosa suya propia».

 Isla del Pico y Quebrada del Charco Jamaco, donde se sembrarían álamos negros y blancos, fresnos y alisos.

martes, 4 de julio de 2023

54. La Batalla de las Flores de Badajoz de 1965.



54.

La Batalla de las Flores de Badajoz de 1965.

 © Pedro Castellanos
4 de julio de 2023



Esta fiesta la organizaba el Ayuntamiento de Badajoz durante la Feria de San Juan como “día de la provincia”, por eso hay una sobre Mérida y otras localidades. Se celebraba el 29 de junio, día de san Pedro y san Pablo. Se llamaba así porque se lanzaban mutuamente miles flores (claveles), serpentinas y confetis entre aplausos. Se podría recuperar para dar más realce a las Ferias de San Juan, aunque quizá sin nombrar reinas y damas, algo ya muy arcaico. Y para evitar excesivos gastos, se podía celebrar cada dos años. O cada tres, como se acordó en 1968. También cada cuatro, como la Fiesta de las Flores de Campomayor Atraería bastantes turistas con seguridad.
Había mucha expectación ese año 1965, pues el número de carrozas participantes y el recorrido se había ampliado. Comenzaría en plaza de Reyes Católicos (delante de puerta de Palmas como en las fotos), avenida Ramón y Cajal hasta la esquina de la calle Bartolomé J. Gallardo (frente la Ciudad Juvenil del baluarte de Santiago), para dar la vuelta y hacer el mismo recorrido a la inversa. Empezaría a las siete de la tarde y duró algo dos horas.

La “reina del día de la provincia” de la carroza del ayuntamiento fue Encarnita Gutiérrez Barriga, vecina de Barcarrota y 18 años, que luego fue invitada por el Casino de Badajoz al término de la batalla a una cena de honor de la reina y damas de honor de su carroza. Su idea de la batalla era otra, pero le encantó. En la entrevista que le hicieron, dice que la carroza que más le gustó fue la de la Sociedad Hípica Lebrera, la de la Base Aérea, la de la Casa Regional de Valencia y la de Llerena. El ayuntamiento le mandó el diseño del vestido y la diadema se la regaló el ayuntamiento. Ella tenía un estanco en Barcarrota, pero su ilusión era ser locutora de radio. Sus compañeras de carroza fueron: María José Santaolalla, Merche Liso Rubio, María José Carande Rubio, Marijona Liso Rubio, María Chelo Salas Martínez, María Macías García, Elisa Checa Pinilla, Belén Cruz Caballero, María del Carmen Cruz Cancho, Guadalupe García Cancho, María García Pérez, María Isabel Reynolds Núñez, Meche Marzal Andrade, María Ángela Sánchez-Valverde Ugena, Carmen Carapeto y Márquez de Prado y Pilar Fernández García-Hierro.

El jurado estaba presidido por Francisco Cancho, como presidente. Los vocales eran muy conocidos, como el concejal Juan Salas Terrón, el maestro Francisco Rodríguez Arias, el que fuera presidente del Sindicato Provincial Textil Cecilio Reino Vargas, el escultor Ángel Zoido Pérez, el escritor y militar Enrique Segura Otaño, el arquitecto Eduardo Escudero Morcillo, Francisco Álvarez Buiza, Matías Mediero Pantoja (quien fuera hermano mayor de Bótoa) y el arquitecto Ventura Vaca Parrilla (como secretario). El fallo fue difícil, debido a la calidad de las carrozas. Los premios fueron:

  • Premio de honor, con 30.000 pesetas, a la carroza del Ayuntamiento de Mérida.


  • Primer premio, con 30.000 pesetas, para la del Tiro de Pichón.

  • Segundo premio, con 20.000 pesetas, para la Base Aérea.
  • Tercer premio, con 10.000 pesetas, para la del Ayuntamiento de Llerena.
  • Accésits para las de Elvas (Portugal), Campomayor (Portugal) y la del Sindicato Textil de Badajoz. 

Aunque en una foto aparece el alcalde entregando un cuarto premio que sería de otro año, pues se celebró en 1966 y 1967. En 1968 se acordaba celebrarla cada tres años, para dar más desahogo a las sociedades que no podían invertir grandes cantidades de dinero en ellas. Estos premios se entregaron en la tribuna de autoridades.




Como hemos visto, en esta batalla habían participado también dos ayuntamientos de Portugal, Elvas y Campomayor. Quizá de allí vino la decoración de flores artificiales, pues son especialistas en ella. Se habían colocado palcos para las familias de las participantes y una tribuna de autoridades, entre las que figuraba el gobernador civil (Francisco Santaolalla de Lacalle), el jefe de la Brigada Blindada (general Arévalo), el presidente de la Diputación de Badajoz (Adolfo Díaz-Ambrona Moreno), el alcalde de Badajoz (Emilio García Martín), el presidente de la Audiencia (señor Sánchez Valverde), los alcaldes de Elvas y Campomayor, etc.

La reina por el Casino de Badajoz era Josefa Pérez Bejarano y sus damas: Raquel Ayala Ayala, Josefina Jaramillo Hernández, Esperanza Zoido Martínez, Chon Pinilla González, Loles Orio-Zabala Calderón, Lidia Llorente de la Torre, Amalia Grajera Navarrete y Marisú de la Espina Santos.
La reina por la Sociedad Hípica Lebrera era Araceli Morales Arce de Márquez de Prado. Las damas: María Elena Aguirre Molina, Guadalupe Fernández González, Pilar Arrobas Vaca, Oti Díaz Ambrona y Llera, Isabel María Cano Franco, Pilar Matador Pérez, María del Pilar Rincón Salas, Paloma Martínez Mediero del Molino y Luz Cuéllar Reynolds.

La reina por la Real Sociedad Tiro de Pichón, que organizó una fiesta, era Marisol García Cancho. Las damas eran: Ana Celdrán Matute (imagino que hermana del ex alcalde de Badajoz Miguel Celdrán), Prado Ayala Marín, Marilí Albarrán Cáceres, Lourdes Cruz Cancho, Marisol Orio-Zabala Calderón (seguramente familia del periodista Antonio García Orio-Zabala que escribía el artículo), Clotilde López Cabo, y Conchita Pinilla González.

Fue todo un éxito, presenciado por miles de personas, participaron 17 carrozas. La ganadora del premio de honor por la Diputación de Badajoz fue la presentada por Ayuntamiento de Mérida (la que aparece en la foto con el acueducto de los Milagros), que participaba fuera de concurso como la del Ayuntamiento de Badajoz. La primera fue la del Ayuntamiento de Badajoz, con la del escudo; la del Casino de Badajoz, que era una bombonera; la de Mérida con el acueducto de los Milagros, con un nido de cigüeñas real, una fuente y columnas romanas y la señoritas vestidas de la época; la de la Base Aérea, que representaba un cohete hasta con humo y un globo Montgolfier, las señoritas iban vestidas de cosmonautas y de la época de París de 1818; La de Llerena, que representaba la iglesia de Ntra. Señora de la Granada y su fuente, las señoritas llevaban cintas con los colores de la bandera nacional que colgaban de la torre de la iglesia; la del Sindicato Textil, con una fuente y columnas de un templo griego; la del Tiro de Pichón, con una gran paloma de escayola que salía de una copa dorada (primero premio, foto de cabecera), su reina y damas de honor iban vestidas de distintos colores; la de Zafra, que simbolizaba una calesa tirada por caballos de madera, detrás una representación del castillo de Zafra (duques de Feria, hoy parador), con señoritas vestidas de extremeñas y andaluzas, por lo de Sevilla la Chica; la Sociedad Hípica Lebrera llevaba un monumental caballo sobre el que iba la reina saltando unos obstáculos y las señoritas vestidas de jocheys (jinetes de carreras); Almendralejo, con un gran trono para su reina y damas de honor vestida de blanco; la de la Brigada Blindada de Hernán Cortes, con una gran ruleta y cubiletes de juego con los dados de la suerte; la de la Casa de Valencia de Badajoz, cuya carroza era un gran abanico con estampas de la ciudad de Valencia (la del Cid), a los lados de la reina una señorita vestida de extremeña; la de Elvas (Portugal), con los escudos de Elvas y Badajoz y cuyas señoritas vestidas con sus trajes regionales; la de Villafranca de los Barros, que representaba una arquería con unos grandes papagayos; Campomayor (Portugal), que representaba una típica calle adornada como en sus tradicionales “Festas do Povo” y sus señoritas vestidas con sus trajes típicos cantando con panderetas; Balboa, única localidad de las nuevas poblaciones de colonización (INC), que representaba el campo con una cesta de frutas y un pozo y las señoritas vestidas de blanco y azul; la carroza de la Diputación de Badajoz, que representaba una carabela como la de los conquistadores y las señoritas vestidas de extremeñas. El periodista matizaba que había habido improvisación y falta de tribunas y palcos, así como elegir un lugar más espacioso para poderla contemplarla mejor.

El origen de estas fiestas se debe, seguramente, a la Batalla de las Flores de Valencia, que se basa, a su vez, en la batalla floral del Carnaval de Niza (Francia). En Valencia se incorporaron a la feria de julio en 1891, siendo el desfile de carrozas con batalla floral más antigua de España. Las carrozas hacían un primera vuelta al circuito ante el jurado que, al acabar, premiaba la más bella. Durante la segunda vuelta, los participantes lanzaban al público serpentinas, confeti y flores (claveles). El público respondía a su vez, entregándose así a una batalla pacífica y festiva, llena de aromas y de color. En sus orígenes, tan solo tomaba parte la burguesía valenciana, que mostraba la posición social a través del valor de los carruajes y de los caballos, de la belleza de las ornamentaciones florales y de la riqueza de los vestidos. Con el tiempo, la Batalla de Flores, se popularizó y aconteció uno de los actos más emblemáticos de la Gran Feria de Valencia. También se celebra en otras localidades como Córdoba o Laredo (Cantabria), que es de interés turístico nacional desde 2011.



Fotos de la Batalla de las Flores de Laredo (Cantabria).
 
Fuentes: periódico Hoy, Wikipedia, Ayuntamiento de Laredo.

Agradecimientos: Lolo Maio, por darme pistas sobre esta fiesta.

 

lunes, 27 de marzo de 2023

53. Una posible obra del pintor y escultor polaco Antonio Luschinsky en Olivenza (Badajoz): el mural del Señor de los Pasos de la parroquia de la Magdalena.

Una posible obra del pintor y escultor polaco Antonio Luschinsky en Olivenza (Badajoz): el mural del Señor de los Pasos de la parroquia de la Magdalena.

© Pedro Castellanos
27 de marzo de 2023


Antonio Luschinscky (1767-1833) era natural de la ciudad de Kołomyja, que pertenecía a la entonces región polaca llamada Galitzia, territorio que hoy pertenece a Ucrania. Aparte de pintor y escultor, Antonio sirvió en el Ejército durante seis años en el tercer batallón del Regimiento de las Reales Guardias Walonas; tras este periodo se asienta en Badajoz hasta su muerte (1). Fue el padre del pintor badajocense Rafael Lucenqui Martínez (2). Su primera obra documentada en Badajoz la realiza para el cabildo catedralicio. Fue un cuadro de san Juan Bautista, hoy en el claustro. La firmaba en grandes letras: Antonio Luschinsqui Pintor en Badajoz año 1804, por el que se le pagaron 1.500 reales. 

El mural que le atribuyo lo conocía desde el año 2006 y me imaginaba que podía ser obra suya. Se encuentra en una sala que la Real Cofradía del Señor de los Pasos, patrón del Olivenza, posee en el lado de la epístola de la magnífica parroquia de la Magdalena, bajo un dosel de estilo portugués. No aparece la firma en él, pero muestra rasgos de otras obras del autor, con ese rostro tan característico y ojos rasgados, así como la decoración vegetal que solía pintar. Representa a Jesús caído camino del Calvario. Necesita una restauración, debido a los desprendimientos que tiene. Sería buen momento para estudiarla con más detenimiento. Puede fecharse entre 1804 y 1833, aunque creo que es posterior a 1820. ¿La hizo Rafael Lucenqui? Es posible, pues era incluso mejor pintor que su padre. El caso es que la zona donde nace el bigote de ambas obras de la comparativa es muy similar, cerca de las aletas nasales y muy separado del filtrum. También ese círculo curioso en la barbilla de ambas donde está la flecha roja.




Comparativa del rostro del Señor de los Pasos de Olivenza y san Cayetano de Badajoz.

Es una obra muy similar a las dos que le documenté del retablo portugués de la capilla de las Ánimas o de San Nicolás de Tolentino de la parroquia de Santa María la Real (San Agustín) de Badajoz. La autoría de estas dos pinturas aparece en un libro de acuerdos fechado el 16 de enero de 1820 que dice:

Últimamente, [se ha] propuesto por el actual mayordomo el pintar los dos cuadros laterales del altar de nuestro glorioso patrón san Nicolás de Tolentino, según se había pensado hacer anteriormente. Dijo tenía ajustado con el pintor Antonio Lucenqui el todo de la obra en 240 reales que se le había de dar, a razón de 30 reales mensuales; cuya cómoda proporción aceptó la junta, deseosa de contribuir al mayor lustre, adorno y brillantez de la capilla del citado patrono, autorizando como lo hizo al mayordomo para que cuide que en [los] expresados cuadros se pinte al lado del evangelio al patriarca señor san José y al de la epístola [a] san Cayetano, uno y otro [de] cuerpo entero. Estas dos efigies se deliberó fuesen hechas a pluralidad de votos. 

 



Como es tradición, la talla del Señor de los Pasos, procesionó en la tarde-noche de ayer, quinto domingo de Cuaresma, desde la parroquia recorriendo todas las capillas callejeras que forman una Vía Sacra, depositando en ellas una reliquia de un Lignum Crucis que se encuentra en un relicario de plata que procesiona bajo palio. Salió con su magnífica túnica de cola de terciopelo morado bordada que le regaló la reina Isabel II en 1865. Estuvo acompañado por la Banda Filarmónica de Olivenza.

 



Notas:

(1) https://fragmentosdebadajoz.blogspot.com/2017/07/v-behaviorurldefaultvmlo_14.html

(2) https://fragmentosdebadajoz.blogspot.com/2017/07/v-behaviorurldefaultvmlo.html