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La devoción a la Virgen del Pilar en Badajoz. Curiosidades sobre la puerta y su capilla. Datos sobre la Hermandad del Cuerpo de Correos o de Ntra. Sra. del Pilar de la parroquia de Santa María la Real y la Asociación de Ntra. Sra. del Pilar de la parroquia de San Andrés.
En este año 2019 se ha cumplido el 175 aniversario de la Guardia Civil, cuya patrona es la Virgen del Pilar
© Pedro Castellanos
12 de octubre de 2019 (día de
Ntra. Sra. del Pilar)
(Actualizado al 12 de octubre de 2020)
(Actualizado al 12 de octubre de 2020)
Imagen de mármol policromado de la Virgen del Pilar que estuvo en la capilla superior de la puerta del Pilar de Badajoz desde 1692 a 1761.
Aparición en Zaragoza de la Virgen en carne mortal al apóstol Santiago, el Mayor, y sus discípulos.
Fue
colocada sobre una capilla construida en la parte superior que tuvo la nueva
puerta llamada entonces de Santa Marina o de Jerez. Se llamó así por estar
cerca de la desaparecida ermita homónima y donde la tradición sitúa un convento
templario donde estuvieron los agustinos hasta su traslado a la parroquia de
San Lorenzo, lo que hoy es la parroquia de Santa María la Real (San Agustín).
El nombre de Jerez era porque de ella partía el camino que llegaba a Jerez de
los Caballeros. Esta capilla superior ya no se conserva, pero durante la
restauración actual, al picar los muros, parece haber aparecido restos de ella
en el frontón triangular. Al ser colocada la imagen de la Virgen se
la comenzaría a llamar puerta del Pilar. Esta imagen de la Virgen fue donada
por Cristóbal Portocarrero Luna Enríquez Guzmán (1638-1704), IV conde
del Montijo y Fuentidueña, marqués de Valderábano y de la Algaba, señor de la
villa de Huétor-Tájar (Granada), alcalde perpetuo del castillo de la ciudad de
Guadix (Granada), capitán propietario de una de las compañías de los cien
continuos hijos-dalgo (sic) de Castilla, miembro del Consejo Supremo de Guerra,
maestre de campo del Tercio Viejo de la Armada y capitán general de las
fronteras de Extremadura en aquellos años. Hasta ahora era
desconocido que su segunda esposa falleció en Badajoz. Fue el 13 de
noviembre de 1688. Se llamaba Victoria de Benavides Ponce de León y era muy
devota de la Virgen del Pilar. Fue hija del valenciano Luis Francisco de
Benavides Carrillo Toledo (1608-1668), V marqués de Frómista y III de Caracena,
III conde de Pinto, señor de las villas de Ines, San Núñez y Martilla,
caballero y trece (sic) de la Orden de Santiago, gentil hombre de Cámara de su
Majestad, miembro del Consejo de Estado, capitán general de la artillería
española, capitán general del Ejército de Extremadura en 1665. Su madre fue Catalina
Ponce de León, futura condesa de Medellín. El
propio conde del Montijo, como se decía en su época, pedía permiso mediante una
carta el 20 de marzo de 1692 al cabildo de la Catedral de Badajoz para colocar
la imagen. El cabildo le confirma que asistiría a su «fiesta». Tras la colocación de la imagen, en recuerdo de este acto,
se colocaron dos lápidas de mármol en la fachada interior. La de la izquierda
tiene perdidos algunos fragmentos pero son fácilmente reconocibles las palabras
que faltan. Dicen lo siguiente:
LA DEVOCIÓN FERVOROSA DEL EXCELENTÍSIMO SEÑOR CONDE DEL
MONTIJO, MARQUÉS DE LA ALGAVA, CAPITÁN GENERAL DE ESTA PROVINCIA DE
EXTREMADURA, MANDÓ COLOCAR EN ESTA PUERTA LA SANTÍSIMA IMAGEN DE NTRA. SRA. DEL
PILAR DE ZARAGOZA, CELEBRÓSE SU TRASLACIÓN EL DÍA TERCERO DE PASCUA DE
RESURRECCIÓN EN LA STA. IGLESIA CATEDRAL DE ESTA CIUDAD CON GRAN SOLEMNIDAD,
CELEBRANDO DE PONTIFICAL EL ILUSTRÍSIMO SEÑOR D. JUAN MARÍN DE RODEZNO, OBISPO
DE ESTA CIUDAD, HÍZOSE PROCESIÓN GENERAL EL MISMO DÍA, TODO A MAYOR HONRA Y
GLORIA DE DIOS Y SU STA. MADRE. AÑO DE 1692.
CONCEDIÓ EL ILUSTRÍSIMO DON JUAN MARÍN DE RODEZNO, OBISPO DE
BADAJOZ, CUARENTA DÍAS DE INDULGENCIAS A TODAS LAS PERSONAS QUE REZAREN UNA
SALVE DELANTE DE ESTA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR DE ZARAGOZA, DES[DE]
EL DÍA DE LA FESTIVIDAD DE [SU] COLOCACIÓN A RUEGO DEL EXCELENTÍSIMO SEÑOR
CONDE DEL MONTIJO, MARQUÉS DE LA ALGAVA, CAPITÁN GENERAL DE ESTA FRONTERA Y
PROVINCIA DE EXTREMADURA. AÑO DE 1692.
Los
datos más concisos sobre la colocación de la imagen del Pilar aparecen en la
continuación de la obra de Solano de Figueroa:
Año
de 1692. El conde del Montijo, marqués de la Algaba, capitán general, había
continuado la muralla nueva y la puerta que sustituyó por la que llamaban de
Santa Marina; encima del cañón [se refiere a la bóveda] formó una capilla en
que quiso colocar una imagen de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, de quien
era muy devoto. Estaba para irse y se vino a despedir del cabildo en 17 de
marzo de este año; deseaba el que se hiciese esta colocación con toda
solemnidad por lo que pidió a su ilustrísima y cabildo hiciesen esta función y
deseando todos darle gusto, se trajo a la Iglesia [Catedral] la santa imagen y
se puso en el altar mayor. El día 9 de abril, tercero día de Pascua de
Resurrección, acabadas las horas, celebró la misa de esta fiesta nuestro prelado,
de pontifical, asistiendo a ella el general y la ciudad y a la tarde se llevó
en procesión general por el campo de San Francisco hasta la puerta del Pilar,
donde se colocó en su capilla. La procesión se retiró y vino a la iglesia por
la calle del Colegio. El conde quedó muy agradecido y la puerta con el nombre
de Nuestra Señora del Pilar. Es grande la devoción que tiene el pueblo con esta
Señora.
Inventario de la capilla privada del palacio
del conde de Montijo en 1688. No aparece la Virgen del Pilar.
Tras
fallecer su esposa, se hacía este inventario donde, como veremos, figuran todos
los elementos para decir misa en ella. Juan de Rivas hacía declaración de que
estas piezas estaban, la mayoría, en el inventario que hizo el conde en la
villa de Madrid:
Oratorio.
- Una imagen de Ntra. Sra., mediana, con su vestido de tela de joyas.
- Un san Pedro [de] Alcántara mediano.
- Una imagen de Ntra. Sra. de la Soledad pequeña, con peana dorada.
- Una lámina en tabla con sus puertas y un Santo Cristo pintado en ella, y en las puertas san Juan y san Jerónimo.
- Un Niño Jesús con su peana dorada.
- Una lámina del arcángel san Miguel, con su guarnición de ébano y marfil.
- Unas gradas del oratorio, sobredoradas, y de negro el campo.
- Tres láminas pequeñas en hoja de lata con molduras negras, pintura ordinaria, la una de san Joaquín y santa Ana. Otra de san Vicente Ferrer y la otra de santa Teresa.
- Otra lámina, pintura ordinaria, de san Francisco Javier.
- Dos láminas de a tercia, ordinarias, en hoja de lata como la otra, la una de santa Rita de Casia y otra de san Nicolás de Bari.
- Otra con la de Ntro. Sr. con la cruz a cuestas, con su marco colorado, de a tercia.
- Otras dos láminas de a tercia, en papel, pintura ordinaria, la una de san Carlos de Borromeo y la otra de santo Domingo.
- Cuatro candelabros pequeños de azófar.
- Una pintura de dos varas de alto de Ntra. Sra. y san Joseph, maltratada la pintura.
- Otra pintura de vara y media de alto de un Ecce Homo con moldura ordinaria, de medio cuerpo.
- Otro cuadro del mismo tamaño, de la Magdalena, algo saltada la pintura.
- Otra pintura de una vara, sin marco, de la santa Verónica en blanco.
- Otra pintura de vara y media, sin marco, vieja, de Jesús y señora santa Ana y santa Isabel.
- Dos retratos de Nuestra Señora y Nuestro Señor, con cerco de flores, de dos varas de largo y su marco.
- Una pintura de la Encarnación de tres cuartas con su marco negro.
- Otra pintura ordinaria, en papel, de Nuestra Señora del Rosario, con moldura vieja.
- Un dosel de damasco carmesí con flecos, el cielo de seda amarilla, usado.
- Tres frontales del oratorio, el uno de chamelote carmesí, usado, con franjas de plata viejas, y el otro pintado de tafetán blanco y el otro de tela de plata, color de gredellín, todo ello usado.
- Tres casullas de la misma tela, usadas, con sus franjas de plata vieja.
- Dos albas, la una nueva, de Holanda, con sus encajes grandes, y la otra usada, asimismo con encajes.
- Dos amitos.
- Dos manteles de altar de cambrayón, usados, con sus encajes.
- Un cajón y una mesa del oratorio de madera de pino.
- Un misal viejo.
- Dos bolsas de corporales de raso y la otra de tela de plata menuda, usadas.
- Un atril de nogal.
- Dos tablas de las palabras de la consagración.
- Dos brazos de reliquias dorados.
- Una cruz de Caravaca pequeña del oratorio, de nogal.
- Un cáliz con su patena, sobredorado.
- Dos vinajeras de plata.
- Tres paños de cáliz, los dos de tafetán, y el otro de gasa morado.
- Un ostiario de plata.
La
imagen de la Virgen del Pilar no aparece en este inventario de 1688, por lo que
puede que la adquiriera después. Todas las demás puertas de la ciudad tenían
una capilla con una imagen mariana como protección.
Escudo del conde de Montijo en la cara exterior de la puerta.
Donaciones a la primitiva Virgen del Pilar.
- 1697. El 12 de junio recibió una del presbítero, maestrescuela y canónigo de la Catedral de Badajoz, Juan Díaz del Solar, madrileño de nacimiento: «Y también es mi voluntad que todos los recados y ornamentos de decir misa que se hallaren míos, se den a la ermita u oratorio de Ntra. Sra. del Pilar, que está en la puerta nueva que llaman del Pilar». Evidentemente las misas se celebrarían en la desaparecida capilla superior; no se iba a hacer en medio de la puerta con el tráfico que debía tener en su momento, ni aún debajo de la bóveda de cañón.
- 1698. María de Casanova, esposa de Juan Amador, le hacía una donación el 13 de agosto: «Mando a Ntra. Sra. del Pilar, que está en su capilla en una de las puertas de esta ciudad, un guardapiés de chamelote verde, con cinco guarniciones de oro fino, para que le hagan un frontal para su altar». Aquí se demuestra que la capilla era interior, puesto que ese tejido no duraría si se refiere a la pequeña hornacina actual.
- 1718. El 21 de diciembre recibió una donación del canónigo de la Catedral de Badajoz Fernando López Arango de Espinosa: «Declaro [que] tengo un cofre en las casas de mi morada, y dentro de él, un alba de estopilla de cambray guarnecida con puntas, un hábito de cambray, guarnecido también con puntas y colonias, un cíngulo, una bolsa con su corporales, también de cambray, y todo lo referido mando y es mi voluntad, se le dé a la imagen de Ntra. Sra. del Pilar que está en su capilla, en una de las puertas de esta ciudad, que llaman la puerta del Pilar». Aquí vemos que estas ropas eran para celebrar misas, porque no tienen otro uso.
Traslado de la Virgen a la parroquia de San Andrés en 1761.
Se debió a que el rey Carlos III prohibió que las imágenes que estaban en las puertas de la ciudad permaneciesen en ellas para evitar disturbios de inmunidad eclesiástica. Parece ser que los delincuentes cuando cometían un delito se refugiaban en estas capillas y al parecer con solo tocar sus paredes no se les podía condenar, por lo que quedó prohibido para evitar estos abusos. Es lo que ocurriría una vez traspasadas las columnas de mármol y cadenas de hierro desaparecidas del exterior la catedral (que deberían volver a su lugar). La Virgen del Pilar se trasladó a la primitiva parroquia de San Andrés y después a la nueva, antes iglesia del desamortizado convento de monjas franciscanas recoletas de Ntra. Sra. de la Encarnación o de Madre de Dios de Valverde:
Día 8 de julio de este presente año de 1761. Se trasladó a esta parroquia de señor San Andrés la venerada imagen de María Santísima Señora Nuestra, con título de Columna, que se adoraba (1) en su insigne capilla sita sobre la puerta de esta ciudad que llaman del Pilar; lo que se ejecutó en virtud de orden de su Majestad y mandato del señor provisor y vicario general de este obispado, como a hora de las ocho de la noche. Y para que así conste, lo firmo en Badajoz, fecho ut supra. Don Antonio Ramallo Peñalosa.
Traslado del retablo barroco de la Virgen a la iglesia de San Andrés en 1771. Desaparición de la capilla superior.
El
retablo primitivo que tuvo la Virgen del Pilar en la capilla de la puerta
homónima fue trasladado a la primitiva iglesia de San Andrés, ya desaparecida. Lo pudo haber financiado el propio conde de Montijo. Resulta
extraño que se hiciera diez años después del traslado de la imagen. Puede que a
partir de esta fecha desapareciese la capilla superior y que al reformarse la
fachada interior se añadiesen las pinturas murales rojizas que hoy vemos. El
trabajo de traslado lo hizo el carpintero Juan Fadrique, de familia de
tallistas de Badajoz con origen en Jerez de los Caballeros; se le pagaron ocho
reales por ello. Puede ser el mismo retablo que se conserva en la actual
parroquia de San Andrés y que contiene a la Virgen del Pilar en una hornacina de su tamaño.
Se trata de una buena obra barroca de madera sobredorada, de un solo cuerpo, tres calles, con cuatro columnas salomónicas decoradas con hojas de vid. Este último detalle lo introdujo en la Baja Extremadura el escultor sevillano (¿?) Blas de Escobar
a finales del siglo XVII,
residente en Zafra, fecha en la que puede datarse. Puede ser obra de él, aunque me inclino más por alguno de sus seguidores, como fueron el arquitecto y escultor Alonso Rodríguez Lucas o el tallista Juan Martínez
de Vargas. En las calles lateras figuran dos pinturas al óleo, de momento
anónimas, de los apóstoles Santiago (a quien se apareció la Virgen del Pilar en Zaragoza), a la derecha, y san Pedro a la izquierda.
El ático contiene una pintura, muy retocada, de la Sagrada Familia rematada por
una cruz. Tiene algunos elementos comunes a las obras de Alonso, en especial
esas «aletas» laterales con decoración vegetal y roleos que decoran tanto el
cuerpo como el ático, además de la base de la cruz que la remata. Son similares a los dos retablos que este
artista hizo para el crucero en la Catedral de Badajoz. Son el de san Blas, al
lado de la epístola, y el de Ntra. Sra. de la Antigua, en el lado del
evangelio, a finales del siglo XVII. También recuerda en las aletas al retablo de la Magdalena del mismo tempo. Este retablo de la Virgen del Pilar está
colocado sobre un «sotobanco» de fábrica de ladrillo. Se colocó en el lugar
donde estuvo la puerta de la iglesia cegada más antigua, del siglo XVII.
La altura que debió tener la capilla superior de la puerta del Pilar sería muy parecida a la de Pajaritos, con cúpula semiesférica sujetada con cuatro pechinas. No sería mucho más de la que vemos en el retablo. El acceso a ella estaría, seguramente, donde hoy existen las escaleras de granito, donde se aprecia una especie de habitáculo en la foto de los años 30 que veremos después. Por todo esto, queda más que demostrado que realmente existiera una capilla superior sobre la puerta, cosa que algunos historiadores de la ciudad dudaban. Tuvo un retablo desconocido hasta ahora, que nunca se conservaría a la intemperie. No es lo mismo una capilla que una hornacina. Aparte de motivos que citaré en otro momento, las donaciones inéditas que aparecen en este artículo demuestras que en esta capilla se podía celebrar misa.
La altura que debió tener la capilla superior de la puerta del Pilar sería muy parecida a la de Pajaritos, con cúpula semiesférica sujetada con cuatro pechinas. No sería mucho más de la que vemos en el retablo. El acceso a ella estaría, seguramente, donde hoy existen las escaleras de granito, donde se aprecia una especie de habitáculo en la foto de los años 30 que veremos después. Por todo esto, queda más que demostrado que realmente existiera una capilla superior sobre la puerta, cosa que algunos historiadores de la ciudad dudaban. Tuvo un retablo desconocido hasta ahora, que nunca se conservaría a la intemperie. No es lo mismo una capilla que una hornacina. Aparte de motivos que citaré en otro momento, las donaciones inéditas que aparecen en este artículo demuestras que en esta capilla se podía celebrar misa.
Retablo actual de la Virgen del Pilar, hoy en la
parroquia de San Andrés. Seguramente se trata del mismo que se trasladó de la
puerta en 1771. Autor: ¿Alonso Rodríguez Lucas? Finales del siglo XVII.
Se suprime el fielato de la puerta del Pilar en 1866.
Era un impuesto a ciertas mercancías que se introducían por cada puerta de la ciudad. Quedó suprimido, según orden del gobernador de la provincia Dionisio Alonso, el 7 de julio de 1866. A partir del día 8, todas las especies que se introdujeran en la ciudad y adeudasen derechos de consumos tendrían entrada únicamente por las puertas de Palmas y la Trinidad. Igualmente las especies que se introdujesen a constituir depósitos domésticos y se extrajesen de los mismos; todo ello sin perjuicio de quedar abierta al tránsito público la puerta del Pilar. Las cargas que llegasen con destino al matadero público harían su entrada por la puerta de Palmas.
La Asociación de Ntra. Sra. del Pilar de la iglesia de San Andrés. Fue fundada en 1942 y desapareció en 1984. Se unió a la Archicofradía de los Jueves Eucarísticos.
Era un impuesto a ciertas mercancías que se introducían por cada puerta de la ciudad. Quedó suprimido, según orden del gobernador de la provincia Dionisio Alonso, el 7 de julio de 1866. A partir del día 8, todas las especies que se introdujeran en la ciudad y adeudasen derechos de consumos tendrían entrada únicamente por las puertas de Palmas y la Trinidad. Igualmente las especies que se introdujesen a constituir depósitos domésticos y se extrajesen de los mismos; todo ello sin perjuicio de quedar abierta al tránsito público la puerta del Pilar. Las cargas que llegasen con destino al matadero público harían su entrada por la puerta de Palmas.
Puerta del Pilar en los años 30. No aparece la imagen de la Virgen actual en la hornacina, al menos hasta los años 60. A la izquierda se observa un hueco y no parece haber cubierta a dos aguas.
Cara interior de la puerta del Pilar en 1969 (ya aparece la Virgen en la hornacina). El porche derecho, que no era original, ya no se conserva. La gasolinera fue trasladada a la parte trasera.
Fotografía de 1932 de la cara exterior de la puerta antes de ser destruida la corona real que remataba el escudo de los Austrias durante la II República.
La Asociación de Ntra. Sra. del Pilar de la iglesia de San Andrés. Fue fundada en 1942 y desapareció en 1984. Se unió a la Archicofradía de los Jueves Eucarísticos.
Era
una asociación formada casi únicamente por mujeres, establecida canónicamente
en la actual parroquia de San Andrés el 19 de enero de 1942. Su primera junta
directiva estaba formada por su director espiritual (único cargo masculino), el
famoso don Leopoldo Pastor Sito; su presidenta, Joaquina Álvarez de Jiménez;
vicepresidenta, Julia Lozano; tesorera, Amalia García; vicetesorera, Beatriz
Lozano de Trujillo; secretaria, María Lera Alora y la vicesecretaria, Piedad
Ger Castro (hija del famoso director de caminos vecinales Florencio Ger López).
Tenía cinco coros formado por doce señoras y entre sus socias se encontraba la
condesa de la Oliva. Anualmente se le realizaba una novena del cuatro al doce
de octubre. También se le pagaba anualmente cierta cantidad al famoso carpintero
José Caldito Ruiz, capataz entonces del paso del Descendimiento, por montar el
altar y el dosel donde se colocaba a la imagen para la novena. En 1964 aparece
unida a la Archicofradía de los Jueves Eucarísticos hasta su desaparición en
1984.
La desconocida Hermandad del Cuerpo de
Correos o de Ntra. Sra. del Pilar de la parroquia de Santa María la Real (San Agustín).
Se
desconoce la fecha de fundación, pero debe ser sobre el año 1950. Esta
hermandad daba culto a una imagen todavía existente en la capilla de la Virgen
del Tránsito. Esta imagen
aparece en una fotografía del periódico Hoy del 17 de mayo de 1950, que
citaba lo siguiente: «Con destino a la
Hermandad del Cuerpo de Correos, que la tiene por patrona, ha llegado una
imagen de Ntra. Sra. del Pilar, que será colocada en la iglesia de Santa María
la Real». La hermandad estaba formada por el personal de Correos de
Badajoz. El mismo periódico del 13 de octubre de 1953, publicaba una fotografía
de los miembros del cuerpo de administración de ella, que habían celebrado
varios actos en su honor, entre ellos, una comida de hermandad en el
desaparecido hotel Madrid de la plaza de la Soledad.
El polémico proyecto
de desmonte de la puerta y traslado en 1961. Se propuso dejarla aislada, a modo
de puerta del Sol de Madrid.
Como comentaba la prensa de la época, era un problema
urbanístico. También lo fue el lamentable derribo en 1963 de la puerta Nueva o
de Carros, situada entre Pajaritos y puerta de Palmas. La puerta del Pilar no
fue derribada, debido a su valor histórico. Sin embargo, se propuso una
solución salomónica: ser desmontada y trasladada a la parte central de la
avenida del Pilar, hoy Ronda del Pilar. Solo serían unos metros pero,
afortunadamente, no prosperó. En mi opinión, sería absurdo y quedaría descontextualizada.
Se descartó porque no se garantizaría su integridad al ser desmontada de sus
cimientos originales. Se propuso la decisión más inteligente, y económica, que
era dejarla en su lugar. Afortunadamente, tampoco prosperó la idea de dejarla
aislada, al modo puerta del Sol de Madrid. Para ello se derribaría parte del
lienzo que la unía desde finales del siglo XVII al baluarte de San Roque. Este
espacio quedaría ajardinado para el paso de personas. La calle lateral junto al
edificio de la Seguridad Social se dejaría para el tráfico rodado en dos
sentidos. El lienzo sería similar y con la misma pendiente al que se dejó junto
al actual estanque. El autor de los dibujos de 1961 fue el arquitecto madrileño
Rodolfo García-Pablos González-Quijano (1913-2001), cuya obra sería dirigida por la Dirección General de
Urbanismo.
Dibujos del arquitecto Rodolfo García-Pablos en 1961.
Por lo que he podido averiguar, se intentó de nuevo desviar
la puerta. Fue en mayo de 1971. La Dirección General de Bellas Artes se dirigió
al alcalde de Badajoz, solicitando se le enviasen planos y documentación fotográfica
de la zona afectada. No existe en el expediente documentación alguna posterior
a esta fecha, por lo que supongo sería rechazada la idea.
La muerte del pequeño Lorenzo, vecino de la Picuriña, al hundirse la cubierta de la puerta el 7 de abril de 1964.
Él, junto con otros niños no habían ido al colegio esa tarde lluviosa (entonces se iba también por las tardes al no haber jornada continua) y el suceso ocurrió sobre las cinco, donde
resultaron heridos otros tres niños más. Cientos de personas se acercaron hasta el
lugar al escuchar las voces de auxilio de los pequeños. Al poco tiempo llegaron al lugar la Guardia Municipal, Policía Armada (hoy Policía Nacional), bomberos, y trabajadores de una obra cercana, que hicieron un gran trabajo en el desescombro. También se personaron el arquitecto municipal, el señor Escudero, varios concejales y el sacerdote Rodríguez Nogales. Al parecer, los niños entraron por un hueco sujetado por unas rasillas, (imagino que a modo de tabiques palomeros) donde solían jugar. Ya dentro, al quitarse esta sustentación, el techo se desplomó con los cinco niños dentro. La cubierta aprisionó a cuatro de ellos, en especial, al niño fallecido, que debió morir en el acto. El único niño que salió ileso fue precisamente un hermano del fallecido. Tras el suceso se personó el juez García Murga, por parte del Juzgado de Instrucción de Guardia nº 1. Este ordenó trasladar el cuerpo al depósito de cadáveres. El niño fallecido se llamaba Lorenzo C. A., de tan solo trece años de edad. De los tres heridos, el que se encontraba en peor estado fue trasladado el hospital Provincial de la plaza de Minayo, con pronóstico menos grave. Se llamaba Juan G. M., de 10 años, que vivía en la misma zona que el fallecido. Los otros dos heridos fueron trasladados a la Casa de Socorro. Se llamaban Martín R. R., de 9 años, vecino también de la misma zona, y Juan Antonio O. S., de 11 años que, con algunas fuertes contusiones, tenía pronóstico leve. Martín pertenecía al colegio de la calle Abril. El pequeño Juan Antonio, muy emocionado, cuenta lo que ocurrió. Citaba que la idean de entrar allí fue de Juan G. M. que tenía una cartera allí escondida y después de cogerla se irían a dar una vuelta. Al empezar a llover decidieron quedarse dentro, donde estuvieron una par de horas y no fueron a la escuela. Lorenzo jugaba con unas estampas de unidades de gramática con Juan G. M. Mientras tanto, el hermano pequeño de Lorenzo, José C. A. estaba dando palos al techo, donde había unos hierros, uno bastante grande. Al golpear unas pilastras se les cayó el techo encima. La mayoría de los muchachos quedaron atrapados. Empezaron a gritar pidiendo auxilio sin poderse mover. A Lorenzo no se le veía por la cantidad de escombros. Pronto se dieron cuenta de que Lorenzo no respondía a la llamada de su hermano y de Juan G. M. El hermano de Lorenzo fue el único que fue capaz de escapar de los escombros y pedir ayuda. El primero en entrar fue un chico llamado Eusebio, de unos 16 años; luego un chico que era cojo y no sabía cómo se llamaba; después un chico al que le llamaban Pichi; y Jacinto S. F. Los niños habían entrado por una pared que daba a la cubierta, seguramente el hastial que se eleva sobre la cubierta más baja que da a la fachada exterior. Parece ser que el derrumbe fue debido a la pérdida progresiva de las rasillas que sustentaban la cubierta, agravado quizá por las lluvias. Esta cubierta no aparece en la foto de los años 30 (flecha roja de las fotos siguientes), pues se aprecia un hueco cuadrado (óvalos rojos de las fotos siguientes) a la izquierda de la hornacina. Este hueco está cegado en la foto de finales de los 60 (segunda foto) y la cubierta con muy poca pendiente.
Foto de la puerta en 1961 con la cubierta que se hundió en 1964. Foto: periódico Hoy.
Desde antes de las seis y media de la tarde la calle Zurbarán
aparecía llena de familiares y conocidos del niño, en su mayoría del barrio de
la Picuriña en el que vivía. Desde el depósito judicial el cadáver fue trasladado
a la iglesia de San Andrés, donde se realizó el funeral. Ante el féretro
figuraban los niños de las secciones superiores del colegio Nuestra Señora de
Bótoa, que portaban dos hermosas coronas de flores realizadas por las niñas de
este colegio. En la presidencia oficial figuraban el subjefe provincial del
Movimiento, señor Del Solar, en representación del Gobierno Civil; el concejal
Gómez Lancho, en representación del
alcalde; el inspector jefe de Primera Enseñanza, el señor Zoido Díaz; el
director del colegio Ntra. Sra. de Bótoa, el señor Rodríguez Repiso, acompañado
de algunos profesores de él. Después de la presidencia, figuraba la familia del
niño, con su padre al frente, acompañado de sus compañeros de trabajo de la
Metalúrgica, donde el padre trabajaba desde hacía unos 25 años. De esta empresa
figuraban Demetrio y Rodolfo López Lancho. El paso del cortejo fúnebre fue muy
emotivo y con presencia de muchas personas. En el hospital Provincial estaban
ingresados los otros dos niños, que iban mejorando de sus heridas. Tras este desgraciado accidente, la cubierta sería
reconstruida, creo que en ese mismo año de 1964. Esta cubierta estaba formada, al igual que
hoy, en dos alturas, siendo más alta la que corresponde a la fachada interior,
sobre la que debió estar la capilla. Como se aprecia en la foto de 1961, estaba
formada por tejas a dos aguas, con un pequeño vuelo de cornisa, eliminado de
forma absurda posteriormente, como en la que se hizo en los 90 del pasado siglo
y que ha provocado manchas de humedad en las dos fachadas laterales. Se ha
corregido en la restauración de finales de 2018 añadiendo un canalón de cobre.
Restauraciones de la puerta en los
siglos XX y XXI. Se descubren las pinturas murales de la cara interior en 1992. Se elimina el tráfico rodado en 1990.
Sobre
el año 1983, siendo alcalde Luis Movilla Montero, se colocaron en la zona
exterior de la puerta, en el lienzo que la une al baluarte, unos curiosos
cañones. Por ello, con el tiempo, se comenzó a llamar a la zona «Los Cañones», que fueron
retirados, creo que en los años 90. Todavía se conoce a la zona con ese nombre.
La Virgen que preside la hornacina mide unos 38 centímetros de altura sin
contar la columna y es de madera policromada. Se pensaba que era de piedra y
fue restaurada en 1988 por el escultor y capitán del Ejército Luis Carmona
Pastor. Estaba muy dañada por los efectos de estar a la intemperie, presentaba
grietas y zonas podridas por la humedad. Solo quedaba de la policromía pequeñas
zonas azules y rojas en el manto que había respetado. Esta restauración fue
todo un desafío para él, pues estaba prácticamente deshecha, no tenía manos y
la cara, que había sido tallada aparte, se había desprendido. Tras varios meses
de restauración se le devolvió su aspecto primitivo en la medida de lo posible.
Se desconoce la fecha en la que fue tallada, aunque pudo ser tras pasar la
primitiva a la parroquia de San Andrés. Carmona creía que podía tener unos
trescientos años, pues la confundía con la primitiva de piedra policromada. Hay
fotografías de los años 40 del siglo XX en la que no estaba colocada todavía,
pero en 1968 ya aparece. La imagen ya restaurada se instaló protegida con un
nuevo cristal antibala, sustituido poco después de 2010, por estar fracturado. Esta restauración formaba
parte de las obras a las que estaba siendo sometida la puerta del Pilar por la
Dirección General de Patrimonio de la Junta de Extremadura.
En 1992, durante esta restauración, aparecieron unas interesantes pinturas murales en tonos rojizos y blancos. Estas pinturas, que no esgrafiados como algunos citan, están formadas por volutas vegetales en rojo y blanco y en las esquinas, dando la vuelta al muro, por un ajedrezado en esos dos tonos. Su restauradora, María Dolores Vázquez, licenciada en Bellas Artes, afirmaba que no eran de gran valor, pero que debían rescatarse por el ser (casi) único motivo decorativo de la fachada interior. La exterior es mucho más rica como ocurre con la puerta de la Trinidad. Se desconoce el autor o autores de las pinturas murales. María Dolores las fechó a finales del siglo XVIII o principios del XIX. Se le aplicó el llamado «rigatino» (rayado, en italiano). Consiste en reintegrar las lagunas perdidas aplicando finas líneas del mismo color, verticales y paralelas, que se yuxtaponen para ajustarse al original. Solo se aprecia de cerca. Podría ser obra de alguno de los famosos pintores Mures. Se sabe que el pintor Clemente Mures pintó la parte baja del patio del real monasterio de Santa Anta, desgraciadamente en muy mal estado de conservación. Por las fechas que ella cita, también podría ser obra de alguno de los Estrada, que realizaron numerosas obras en la ciudad a finales del XVIII. En septiembre de 1992 estaban a punto de concluirse las obras a falta de las esferas de mármol de la cara exterior, que han sido dañadas en numerosas ocasiones por actos vandálicos, en octubre de 1990 cayeron dos, y la última en 2015, la derecha de la cara exterior. Una vez desaparecida la capilla superior, debió construirse el frontón triangular (al menos más bajo del que tuvo) y se haría la pequeña hornacina que hoy vemos, aunque estas obras no están documentadas. Como he citado en las donaciones que tuvo la capilla en el siglo XVII y XVIII debió ser una pequeña capilla similar a la superior de la puerta de Pajaritos. La única referencia sobre cómo podría ser, nos la da un proyecto de reforma que nunca llegó a ejecutarse. Fue realizado por Juan de Subreville y Jerónimo Amicy en 1736. Juan de Subreville era ingeniero en jefe de las reales obras de la plaza.
Los desaparecidos cañones de la plaza del Pilar en 1983. Se aprecia la parte superior de la muralla deshecha antes de su restauración. Foto: periódico Hoy.
En 1992, durante esta restauración, aparecieron unas interesantes pinturas murales en tonos rojizos y blancos. Estas pinturas, que no esgrafiados como algunos citan, están formadas por volutas vegetales en rojo y blanco y en las esquinas, dando la vuelta al muro, por un ajedrezado en esos dos tonos. Su restauradora, María Dolores Vázquez, licenciada en Bellas Artes, afirmaba que no eran de gran valor, pero que debían rescatarse por el ser (casi) único motivo decorativo de la fachada interior. La exterior es mucho más rica como ocurre con la puerta de la Trinidad. Se desconoce el autor o autores de las pinturas murales. María Dolores las fechó a finales del siglo XVIII o principios del XIX. Se le aplicó el llamado «rigatino» (rayado, en italiano). Consiste en reintegrar las lagunas perdidas aplicando finas líneas del mismo color, verticales y paralelas, que se yuxtaponen para ajustarse al original. Solo se aprecia de cerca. Podría ser obra de alguno de los famosos pintores Mures. Se sabe que el pintor Clemente Mures pintó la parte baja del patio del real monasterio de Santa Anta, desgraciadamente en muy mal estado de conservación. Por las fechas que ella cita, también podría ser obra de alguno de los Estrada, que realizaron numerosas obras en la ciudad a finales del XVIII. En septiembre de 1992 estaban a punto de concluirse las obras a falta de las esferas de mármol de la cara exterior, que han sido dañadas en numerosas ocasiones por actos vandálicos, en octubre de 1990 cayeron dos, y la última en 2015, la derecha de la cara exterior. Una vez desaparecida la capilla superior, debió construirse el frontón triangular (al menos más bajo del que tuvo) y se haría la pequeña hornacina que hoy vemos, aunque estas obras no están documentadas. Como he citado en las donaciones que tuvo la capilla en el siglo XVII y XVIII debió ser una pequeña capilla similar a la superior de la puerta de Pajaritos. La única referencia sobre cómo podría ser, nos la da un proyecto de reforma que nunca llegó a ejecutarse. Fue realizado por Juan de Subreville y Jerónimo Amicy en 1736. Juan de Subreville era ingeniero en jefe de las reales obras de la plaza.
Proyecto de reforma de Juan de Subreville y Jerónimo Amicy de 1736. En rojo, la puerta actual, sin la capilla superior.
En este proyecto se pretendía ampliar la puerta hacia adentro de la ciudad. También se reformaría el interior formado por una bóveda de cañón, que ahora tendría dos cuerpos y se harían una especie de hornacinas en los muros laterales, como tienen algunas de Elvas (Portugal). Durante esta restauración de los 90 se le añadieron elementos que no eran originales, que causaron cierta polémica. Uno de ellos fue añadirle al interior un zócalo de mármol que se decía que parecía «un cuarto de baño». Como aconsejé a la Asociación Cívica de Badajoz, se ha eliminado en las obras que se estaban realizando desde finales del pasado 2018, porque además provocaba que la humedad subiese hasta la parte superior de los muros. Acertadamente, se eliminó el tráfico rodado por la puerta, que estaba permitido desde su construcción. Fue en septiembre de 1990 y era bastante peligroso el paso de personas y vehículos, sobre todo por el de camiones y autobuses urbanos, como lo hacía hasta entonces la línea 4. Esto provocaba daños como se aprecia en los arcos de entrada y salida. Las obras de remodelación del entorno de la puerta que empezaron en 1990 fueron financiadas con fondos del Programa Transfronterizo, con 300 millones de pesetas de entonces (1.803.036 euros). Ya se había recuperado en lienzo que llegaba hasta el baluarte de San Roque (que había recuperado sus garitas), que estaba casi deshecho por el paso del tiempo. Este presupuesto era para el trienio 89-91.
Otro de los elementos que se añadieron fue un falso puente
levadizo, que imitaba el que debió tener y que se levantaba mediante unas
cadenas y dos troncos que estaban colocados en dos orificios verticales entre
los escudos de la cara exterior, que se abrieron y estaban cegados. También se
realizó el estanque que hoy conocemos. El puente, realizado en acero y
recubierto con madera y barandillas con cables también de acero, tuvo que ser modificado
en abril de 2011 por problemas con la Ley de Accesibilidad. El Ayuntamiento de Badajoz
realizó la nueva estructura que costó 7.983 euros, reduciendo la pendiente de
la rampa del 24% al 8%. También desaparecieron los grafitis y desconchones de
la fachada del monumento. El interior también fue limpiado y arreglado. El
monumento fue cerrado al tránsito en abril, después de que una mujer cayera al
tropezar en la rampa de chapa que daba al exterior. Para garantizar la
seguridad de los ciudadanos y evitar que ocurriera otro incidente de este tipo,
de forma preventiva el ayuntamiento optó por vallar la zona hasta que se diese
una solución. La puerta estuvo cerrada más de dos meses y
se empezó a trabajar en su reparación en julio de 2011. Se eliminó esta rampa y se colocó una plataforma de madera similar al resto del puente
levadizo, alargándolo seis metros, que tiene ahora más de doce metros de largo. La Concejalía de Medio Ambiente reparó los tablones del puente en 2015. En el año 2003 se hicieron algunas obras de limpieza de pintadas de la puerta.
Los grafitis de la fachada y los desconchones en el interior desaparecieron tras el lavado de cara. Esta
actuación formaba parte de un proyecto conjunto que el ayuntamiento presentó al
famoso «Plan E» del Gobierno central. El periódico La Crónica de Badajoz del 16 de marzo de 2009 citaba que la celebración en Badajoz de la importante Gala de los Premios de la Música sirvió para adecentar el baluarte de San Roque. La Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Badajoz pintó la puerta del Pilar, que estaba lleva de grafitis, retiró matojos y bastantes basura del entorno del Palacio de Congresos, donde se celebró la gala. La limpieza fue propuesta por la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz, dado que esa zona de la ciudad sería parte de un plató externo ante la presencia de las cámaras de televisión y de numerosos visitantes. La asociación no entendía cómo se podía vender la ciudad en ferias como Fitur y no realzar su imagen cuando llegaba este tipo de eventos.
Creo que el puente levadizo que se instaló en los 90 debería
bajarse aún más, haciéndolo coincidir su entrega en el muro que cierra el
estanque. De esta manera se eliminaría el segundo cuerpo del puente y el gran impacto visual que produce siendo un BIC. También aconsejé que se mantuviera el muro de
mampostería que da hacia el edificio de la Seguridad Social en su estado
primitivo, sin lucir, como se ha realizado. Fue lucido con mortero en la restauración
de los 90, pero se aprecia en fotos antiguas que no lo estaba. Allí tuvo hasta
los años 60 un soportal con arcos de medio punto, donde estuvo una gasolinera
que fue trasladada a la parte trasera, en la plaza del Pilar. Debido a que también se modificaron
las cornisas voladas que tenía, tanto este muro, como el que da hacía las
escaleras de subida a la muralla, estaban muy sucios por el agua de lluvia.
También fue rehecha la mitad de la cubierta, elevándola con tabiques palomeros
y creo que no se debió emplear ladrillo hueco moderno, sino ladrillo macizo.
Otro de los elementos que se añadieron, y que por fotografías antiguas se observa
que no eran originales, fue la continuación de la cornisa de ladrillo curvo. Esta
cornisa se interrumpía en la puerta y estaban realizadas en mortero de cal. Desconozco
el motivo por el que se añadió el ladrillo. Todos estos trabajos de restauración, reforma
de la plaza, de la puerta del Pilar, baluartes de S. Roque y S. José fueron
inaugurados por el entonces ministro de Administraciones Públicas Juan Manuel
Eguiagaray el 17 de mayo de 1993. Tuvieron un coste de 200 millones de pesetas,
de los que 127 fueron aportados por la Diputación de Badajoz. En ella se
sembraron los tres cipreses del lateral que no debieron ser colocados porque
afectan a la cimentación de la puerta y la ocultan. ¡Qué manía hay en esta ciudad por tapar monumentos! No se incluyeron los tres remates con
forma esférica de la fachada exterior. Según el PGOU, la puerta está catalogada como
arquitectura singular con carácter monumental y es Bien de Interés Cultural
(inscrito específico al CGPHEx). Los tres remates fueron colocados de nuevo en
14 de febrero de 2016.
Imagen actual de la hornacina de la puerta. No es la Virgen Pilar (le falta el Niño Jesús), sino una Inmaculada.
El Ayuntamiento de Badajoz encargó nuevas obras de restauración de la puerta a finales de 2018, debido a los daños que producen en los lienzos la humedad. Al ser picadas la mayor parte de estos lienzos, aparecieron nuevos restos de las pinturas murales que se descubrieron en 1992. Se encuentra en la parte derecha de la cara interior. Se han reintegrado en ella dejando unos «testigos». Creo que sería conveniente recrecer en su totalidad el pequeño lienzo de muralla que queda desde la puerta hacía la calle lateral de la Seguridad Social. También eliminar los tres cipreses que pueden estar dañando la cimentación de la puerta, así como los cuadros eléctricos que están adosados a ella, y que parece que serán retirados. También, en mi opinión, debería de cerrarse el acceso y subida a la muralla, colocando una reja desde la puerta hasta el Palacio de Congresos. Ya se han producido muchos actos vandálicos que han dañado la puerta, como numerosas pintadas, e incluso falleció hace unos años una persona al caer de la muralla. Esta zona se ha convertido en urinarios y estercoleros. Si los ciudadanos no sabemos conservar nuestro patrimonio hay que hacer sacrificios, aunque no nos guste. Sería interesante recuperar la corona real que presidía el escudo de los Austrias de la fachada exterior, mutilado en la II República, al igual que el de la puerta de la Trinidad o el hospital Provincial. Se conservan fotografías y se podría hacer una réplica a algún marmolista de Portugal, de donde seguramente llegó la piedra que se utilizó en su construcción a finales del siglo XVII.
Como se puede apreciar en las fotos inferiores, la simetría de los elementos decorativos de la fachada interior brillan por su ausencia. Ni siquiera el frontón es simétrico respecto al arco de granito. Quizá se hiciese tras el derribo de la capilla superior al ser rebajado. Tampoco las losas de piedra colocadas en 1692. La izquierda está algo caída hacia la derecha y más separada del arco que la otra. Esto demuestra la intervención de maestros poco cualificados. En la reforma de los 90 se hizo la rampa de calzada portuguesa para hacerla coincidir con el puente levadizo de atrezo. En la foto de 1969 se ve el nivel del suelo original, que se debería haber recuperado. La solución hubiera sido hacer la plaza del Pilar con una cota más baja, al menos en la entrega del puente levadizo. No se ha intervenido en la hornacina, rematada en forma de venera. Padece humedades crónicas que afectarán a la talla de la Virgen con el paso del tiempo. Aun así se ha conservado bastante bien porque únicamente recibe sol lateral a última hora de la tarde y de forma indirecta. Debería sustituirse el cristal por uno con filtro ultravioleta (cristal de museo) con puerta de acero inoxidable.
En los 90 se retiraron dos piezas de granito con unos elementos metálicos, que desconozco la función tenían, y estaban colocados a cada lado del arco interior. Sería conveniente proceder a una limpieza de las piezas de mármol de la fachada exterior. Debido al gran deterioro que presentaban los tablones del puente levadizo, estos fueron renovados por completo por el Ayuntamiento de Badajoz entre septiembre y octubre de 2020. También ha sido reparada la barandilla y cables de acero, además de eliminar el eterno ailantus que crece en la fachada exterior. Los cuadros eléctricos han sido suprimidos del muro de mampostería y trasladados junto a la acera. Ahora es cuando deberían trasplantar los tres cipreses.
FOTOS DE LA PUERTA. ESTADO INICIAL
Enhorabuena. Excelente y completo articulo
ResponderEliminarMuy interesante he ilustrativo
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