34.
Venta del gobernador de Badajoz Rafael Menacho de unas tierras al Pozo de Santa Marina a Manuel Cordero en 1810. Pertenecieron a la capellanía de los Goyes y Andrades. Se vendieron por la disminución de las rentas de la Corona y tras conceder para ello un breve el papa Pío VII.
© Pedro
Castellanos
3 de
mayo de 2019
Retrato del
general Menacho.
Don Rafael Menacho y Tutlló, mariscal de campo de los reales ejércitos,
gobernador militar de esta plaza, corregidor de ella, su tierra y partido por
Su Majestad, hago saber que con motivo de la considerable disminución que han
tenido las rentas de la Corona por las cusas expuestas por el señor don Carlos IV
a nuestro muy santo padre Pío VII, se dignó Su Santidad expedir con fecha doce
de diciembre del año pasado de 1806, breve, concediendo la gracia de poder
enajenar los predios rústicos y urbanos pertenecientes a las capellanías
erigidas por autoridad eclesiástica o cuya colación e institución canónica
comprendida en cualquier manera a los superiores u ordinarios eclesiásticos,
todo con la condición de que por parte de la Real Caja de Consolidación de
vales haya de asignarse y pagarse a los poseedores que por tiempo fueren de las
expresadas capellanías por vía de compensación el rédito anual de tres por
ciento, correspondiente al capital en que se enajenen los indicados predios,
para cuya ejecución se confirió comisión en forma a mi antecesor. En cuyo
cumplimiento, procedió a la venta en pública subasta de [los] citados bienes y,
entre ellos, lo practicó de una suerte de tierra de cabida de dos fanegas, al
sitio del Pozo de Santa Marina de este término, como correspondiente a la
capellanía colativa fundada por los Goyes y Andrades, de que es poseedor don
Diego Delicado, valuada judicialmente por peritos en 2.400 reales [de] vellón
en venta. Y sacada a subasta por el término de derecho, hecho postura y pasado
aquel, se remató con citación de interesados en cantidad de 2.800 reales a
favor de don Manuel Cordero, de esta vecindad. Habiéndose hecho presente a la
Comisión Gubernativa este remate, se sirvió aprobarlo por providencia de 31 de
diciembre de 1807, señalando el término de treinta días para las mejoras de que
trata el capítulo 49 de la Real Cédula de 21 de febrero del mismo. Y hecho
notoria la aprobación del mismo remate con señalamiento del término prefijado,
pasado que fue, mandó se ejecutase el pago en la Real Caja de Consolidación. Y
acreditado con el competente documento, se le devolviese original para la
debida toma de posesión extrajudicialmente, con el fin de evitar costas y
dilaciones. Y con la protesta de que si por alguna persona se impidiese el
libre uso de la finca, haciéndolo constar, se tomaría la providencia
conveniente. Según todo ello resulta por menor del expediente de subasta que
por ahora queda en mi poder y en adelante existirá en el paraje que designan
los capítulos de la misma Real Cédula y a los cuales me refiero. Y en especial
aparece del expresado breve de Su Santidad que se inserta en aquella y
comprende el adjunto testimonio, cuyo literal tenor es como sigue:
Aquí el
testimonio
Y respecto que por el referido don Manuel
Cordero se me pide le otorgue la escritura de venta correspondiente, he creído
justo ejecutarlo así, poniéndolo en ejecución, en cumplimiento de lo mandado en
dicha Real Cédula de 21 de febrero, por sus capítulos cincuenta y siguiente que
en ella se me confieren, otorgo en nombre de Su Majestad y de los señores reyes, sus sucesores, y el de la Real Caja de Consolidación y extinción de
vales reales, que vendo y doy en venta real y enajenación perpetua, por juro de
heredad, para siempre jamás, al expresado don Manuel Cordero, para sí, sus
herederos y sucesores, o quién de él o ellos hubiere título o causa, la expresada suerte de tierra de cabida de
dos fanegas [419,24 m2], al sitio del Pozo de Santa Marina. Y linda
con otras de Mateo Piñero y tierras de doña María Dolores de León, con
todas sus entradas y salidas, usos y costumbres, derechos y servidumbre,
cuantas tiene y le pertenecen, puedan tocar y pertenecer en cualquier manera,
por el precio y cuantía de 2.800 reales [de] vellón. Cuya cantidad ha puesto y
entregado en la Real Caja de Consolidación, según va referido; y a mayor
abundamiento lo confiero, renunciando las leyes de la entrega, prueba de la
paga, y la excepción de la no numerata pecunia (…) y declaró que el justo precio
y verdadera estimación de dicha finca en el que va referido y en el que fue
rematada y que no vale más, ni ha habido quien tanto diere por ella (…). En
cuyo testimonio, así lo dijo, otorgó y firmó dicho Sr. D. Rafael Menacho, como
tal comprador, a quien doy fe conozco y también de que se halla en actual ejercicio
de su empleo, ante mí, el presente escribano de Su Majestad, público del
número, perpetuo mayor y más antiguo del ilustre ayuntamiento de esta muy noble
ciudad y de la comisión de venta de bienes eclesiásticos en este obispado y
agregados. Siendo testigos D. Pedro del Águila y Campi, D. Domingo López y D.
Diego Botello, vecinos de esta ciudad de Badajoz. En ella, a diez y seis de
octubre de mil ochocientos diez.
Firma del general Menacho.
¿Dónde
estaba el Pozo de Santa Marina?
Es difícil saberlo con exactitud por
la época en que se hizo la venta. La pista me la da un documento de venta de
otra suerte de tierra de diez fanegas en el año 1835 situada «al sitio del Pozo de Santa Marina, entre
los dos caminos que van a Valverde de Leganés y Huertas Nuevas. Y linda con
tierra de los herederos de Juan Flores Barbado y Malos Caminos, que vulgarmente
llaman». Es evidente que estaría en los terrenos de lo que hoy es el barrio
de Santa Marina, del que tomó su nombre a su vez de la desaparecida ermita; quizá en la zona cercana al desaparecido fuerte de Pardaleras. Malos Caminos, salvo que hubiera otra zona con
el mismo nombre, era un lugar al que todavía se le llama de esta forma. Sabemos
que existieron dos caminos que llegaban al arrabal de Telena. Uno de ellos está al
sur del campo de fútbol del Nuevo Vivero. Me lo corrobora otro documento de
venta de una huerta en 1796 «al sitio que
llaman Malos Caminos, conocida por la del Pico, con 1.600 cepas vivas y una
fanega de tierra en blanco, que linda por la derecha con camino que va a Telena,
y por la izquierda con el que va a la villa de Olivencia». Este último
camino debía tener más menos el mismo trazado que la actual carretera EX-107.
Todos estos documentos parecen indicar que el pozo de Santa Marina, Malos
Caminos y los caminos que partían desde Badajoz (desde el baluarte de San
Vicente y la puerta del Pilar) al arrabal de Telena, Olivenza y Valverde de
Leganés estaban en una misma zona, que se correspondería con los actuales
barrios de Santa Marina, la Paz y Valdepasillas. También hay que mencionar el
otro camino que llegaba hasta Valverde. Partía desde la puerta de la Trinidad,
e iba paralelo al arroyo Calamón, pasando junto al desaparecido puente de los
Mártires (puente de las Brujas). De él creo que solo queda actualmente un
pequeño tramo en un lateral de Carrefour-Valverde que muere en la carretera
EX-310. Un documento de finales del siglo XVII cita unas tierras en el sitio llamado el Calamón, junto al cerro del Viento. Lindaba por los laterales con dos caminos que iban de Badajoz a Valverde de Leganés. Esto me confirma que podría ser incluso la zona que he comentado antes, el entorno del centro comercial.
Plano de Badajoz de 1812. En amarillo el camino a Telena. En azul el camino a Olivenza. En rojo el camino a Valverde de Leganés. En verde el que seguramente era el otro camino a Valverde.
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