sábado, 3 de noviembre de 2018

27. Toma de posesión del hábito militar de la Orden de Santiago del teniente coronel del Regimiento de Caballería de Santiago Juan Manuel de Villena, natural de Jerez de los Caballeros. Era hijo del III conde de Vía Manuel y XI señor de la villa de Cheles. Se realizó en el convento de Santa Catalina Mártir de Badajoz el 8 de febrero de 1797.

27.

Toma de posesión del hábito militar de la Orden de Santiago del teniente coronel del Regimiento de Caballería de Santiago Juan Manuel de Villena, natural de Jerez de los Caballeros. Era hijo del III conde de Vía Manuel y XI señor de la villa de Cheles. Se realizó en el convento de Santa Catalina Mártir de Badajoz el 8 de febrero de 1797.

© Pedro Castellanos
3 de noviembre de 2018
Escudo antiguo de los Vía Manuel, anterior a 1789.
Tenía entonces 32 años. Nació en Jerez de los Caballeros el 26 de julio de 1764, siendo bautizado en la parroquia de Santa María de esta localidad el 30 de julio del mismo mes con los nombres de Juan Josef Mariano Domingo Antonio Ignacio. Era hijo del badajocense José (Cristóbal) Manuel de Villena Portocarrero Figueroa Córdoba Laso de la Vega, III conde de Vía Manuel, XI señor de la villa de Cheles, y de María de (la Paz) Mendoza Híjar y Sotomayor Barrantes Rivera Ledesma Rodríguez de la Varillas. Fue su padrino el padre fray Josef Luiro, de la orden de predicadores y lector de Filosofía en su convento de San Pablo de la ciudad de Sevilla. En noviembre de 1796, su hermano José Manuel de Villena Portocarrero Sánchez de Badajoz Mendoza y Figueroa, IV conde de Vía Manuel, señor de lo espiritual y temporal de la villa de Cheles y de la Pizarra, grande de España, vecino de Badajoz, había sido nombrado síndico del convento de San Gabriel de Badajoz, del que fue patrono Manuel Godoy. Era natural también de Jerez de los Caballeros y el primogénito del matrimonio entre José Cristóbal y María de la Paz.

Acto para dar hábito militar del Orden de Santiago a favor del coronel don Juan Manuel de Villena, teniente coronel agregado al Regimiento de Caballería de Santiago. En el nombre de Dios, trino, uno y omnipotente y de la serenísima reina de los ángeles, María Santísima, Madre de nuestro Señor y Redentor Jesu-Cristo y Señora nuestra, concebida sin pecado original y del bienaventurado y glorioso apóstol Santiago, luz y espejo de las Españas, de todos los demás santos y santas de la corte celestial, amén. Estando en la iglesia del convento de religiosas de Santa Catalina Mártir, del orden de san Agustín de esta ciudad, por ante mí, el escribano y testigos que se nominarán, el coronel don Juan Manuel de Villena, teniente coronel agregado al Regimiento de Caballería de Santiago, residente en esta capital, requirió a don Josef Juan Andrés de Perlasca, mariscal de campo de los reales ejércitos y caballero profeso del Orden de Santiago, con una real cédula y provisión del rey, nuestro señor (Dios le guarde) firmada de S. M. [su Majestad] y refrendada  de don Juan Fernando de Aguirre, su secretario, expedida en el real sitio de San Lorenzo, a diez y nueve de diciembre del año próximo anterior de mil setecientos noventa y seis; y cuyo literal tenor es el siguiente:
Real cédula. Don Carlos, por la gracia de Dios, rey de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada (…). A vos, cualquier trece (1), comendador o caballero profeso de la misma orden, ante quien esta, mi carta, fuere presentada: sabed que don Juan Manuel de Villena, coronel de mis reales ejércitos y teniente coronel agregado al Regimiento de Caballería de Santiago, natural de la ciudad de Jerez de los Caballeros, me ha hecho relación, desea entrar en la nominada orden y vivir en la observancia, regla y disciplina de ella, por devoción que tiene al bienaventurado apóstol señor Santiago, suplicándome le mandase admitir y dar el hábito e insignia de la referida orden. Y tendiendo yo consideración a su devoción y a los servicios que a mí y a la citada orden ha hecho y espero hará, de aquí en adelante, y a que por una [de] mi cédula, fecha[da] en San Ildefonso, a onze de agosto de este año, hice merced al nominado don Juan Manuel de Villena, del hábito de la enunciada orden, concurriendo con su persona las cantidades que los establecimientos de ella disponen. Y atento a que por información sobre ello habida, constó concurrir en él las calidades citadas, lo he tenido por bien. Y por la presente, os diputo, doy poder y facultad y cometo mis veces para que, en mi nombre, y por mi autoridad, como tal administrador, juntamente con algunos comendadores y caballeros de la expresada orden, le podáis armar y arméis caballero de ella, con los actos, ceremonias y todas las otras cosas que en tal caso se acostumbran. Y hecho así, cometo y mando a cualquier religioso de la misma orden que, con esta mi carta, fuere requerido, dé al expresado don Juan Manuel de Villena, el hábito de la enunciada orden, con las bendiciones, según y como la regla de ella lo dispone. Y dado el expresado hábito, mando al referido [texto perdido] y en qué día, con apercibimiento que hasta haberlo ejecutado no se le administrará la profesión expresa que en la citada orden debe hacer. Y que, asimismo, vaya a estar y residir en mis galeras seis meses cumplidos, navegando en ellas. Y de haberlo hecho, tome testimonio de mi capitán general de ellas. Y con él se vaya al convento de Uclés (2) y esté el tiempo de su aprobación aprendiendo la regla de la orden y las asperezas, ceremonias y todas las otras cosas que, como caballero de ella, debe saber. Y que el prior del expresado convento le reciba y tenga en él y haga instruir en las cosas enunciadas. Y que antes de cumplirse el tiempo señalado, me envíe el testimonio que llevare de la residencia en las mencionadas galeras, juntamente con la relación de sus méritos y costumbres, para que si fueren tales, que deba permanecer en la expresada orden mande recibir de él la profesión o proveer [a]cerca de ello, lo que según Dios y orden deba ser proveído. De la cual mandé dar y di esta mi carta, sellada con sello de la dicha orden, de que no se debe el derecho de la media anata (3). En San Lorenzo, a diez y nueve de diciembre de mil setecientos noventa y seis. Yo, el rey. Yo, don Juan Fernando de Aguirre, secretario del rey, nuestro señor, lo hice escribir por su mandado. Está rubricado. Registrado. Thomás Villando y Ferrara. Chanciller. Thomás Villando y Ferrara. El duque y señor de Híjar, marqués de Orani. Don Miguel de Villagómez. El conde de Roche. Don Francisco Monsagrati y Escobar.
Hábito de caballero de la Orden de Santiago.
Restos del altar mayor del desamortizado convento de Santa Catalina de Badajoz, antiguo Instituto Bárbara de Braganza, de la actual calle Obispo San Juan de Ribera. Allí se realizó el acto en 1797.

Y en vista de la misma real cédula inserta que, por mí el escribano, fue leída en alta voz de verbo ad verbum, de que doy fe, el enunciado don Josef Juan Andrés de Perlasca, la tomó en sus manos, besó, y puso sobre su cabeza descubierta. Y, enterado de su contexto, dijo: que la obedece con el acatamiento, reverencia y respeto debido, como carta de su rey y señor natural. Y que está pronto a cumplir cuanto por ella se manda. Y en su cumplimiento, hallándose sentado con otros caballeros del mismo orden, y el muy reverendo padre maestro en sagrada Teología, fray Eugenio Gómez, prior del convento de religiosos de San Agustín, casa grande de esta ciudad, en forma de capítulo, delante del altar mayor de la referida iglesia, armó caballero al nominado don Juan Manuel de Villena, según costumbre de estos reinos, en la siguiente forma: Mandó que los mariscales de campo don Pedro Rodríguez de la Buria y don Domingo Fernández Cueto, caballeros del mismo Orden de Santiago, como padrinos que había elegido, le ciñesen espada y le calzase cada uno una espuela dorada. Y habiéndolo hecho, sacó aquella de la vaina el expresado don Juan Manuel de Villena. Y teniéndola en la mano desnuda, le preguntó tres veces el citado don Josef Juan Andrés de Perlasca si quería ser caballero. Y a todas respondió: «sí, quiero». Y en su consecuencia, le recibió juramento, que hizo en forma militar, puesta la mano derecha sobre el puño de su misma espada. Y bajo de él, prometió a Dios, nuestro Señor, y al rey, morir por la defensa de nuestra santa fe católica, por la de S. M., y por la de su patria, y defender en público y en secreto, que la Virgen María, Madre de Dios y Señora nuestra, fue concebida sin mancha de pecado original en el primer instante de su ser natural. Y que procurará la utilidad y bien del orden y no ir ni venir jamás contra él, si no es antes bien estará aparejado siempre de separarle todo daño y perjuicio. Y en vista de esta promesa, el mencionado don Juan Manuel Andrés de Perlasca, tomó la espada del nominado don Juan Manuel de Villena y le tocó con ella en la cabeza y en el hombro, diciéndole tres veces: «Dios y el apóstol Santiago os haga buen caballero y deje cumplir lo que habéis prometido y jurado». Y la metió en la vaina que tenía en la cinta el dicho don Juan Manuel de Villena. Y posteriormente, los caballeros padrinos, a presencia de otros del mismo orden, por mandato del precitado don Josef Juan Andrés de Perlasca, vistieron al mismo don Juan Manuel de Villena un manto de sarga blanca con la cruz de su hábito. Y estando este hincado de rodillas, le manifestó el referido don Josef Perlasca un libro abierto en que están escritos los estatutos de su orden. Y le hizo varias amonestaciones sobre su observancia. Y habiéndole ofrecido cumplirlo todo inviolablemente, le echó su bendición y requirió con dicha real cédula al citado reverendo padre prior de San Agustín, a falta de freile del referido orden, que a todo estuvo presente, quien en su obedecimiento, tomó de la mano al propio don Juan Manuel de Villena y [texto perdido] caballeros en la sacristía de la misma [texto perdido] y de los testigos, le leyó e hizo varias preguntas por un libro de la misma orden. Y estando hincado de rodillas, le dio el hábito en insignia del mismo Orden de Santiago, con ciertas bendiciones. Y le besó. Y dichos en el carrillo. Y concluido el acto en la forma referida, el nominado don Juan Manuel de Villena, lo pidió por testimonio para guarda de su derecho, que es el presente que firma con don Josef Juan Andrés de Perlasca y el reverendo padre prior de San Agustín. En Badajoz, a ocho de febrero de mil setecientos noventa y siete. Siendo testigos y presentes los tenientes coroneles del real cuerpo de artillería don Francisco Ruiz Gómez; don Martín García Loigorri; el capitán del mismo cuerpo don Joaquín de Osma, caballeros del mismo hábito de Santiago, y don Gabriel Álvarez de Faria (4), y don Lorenzo Llarena, deán y canónigos de la Santa Iglesia Catedral de esta ciudad, y otras muchas personas vecinas de ella. Doy fe. En Badajoz, a ocho de febrero de mil setecientos noventa y siete.
Escudo antiguo de la Orden de Santiago.
Notas:

(1)  El nombre de trece era dado al caballero nombrado por el maestre y demás caballeros para algún capítulo general. En la bula de confirmación de la 0rden, expedida por el papa Alejandro III en 1175, se estableció que hubiese trece freires, a cuyo cargo estaría la elección del maestre y el ayudarle con su consejo. Algunos historiadores afirman que el significado de estos trece se corresponde con el número de los primeros caballeros que se reunieron para fundar la orden. En cambio, otros dicen que representa el número simbólico de los doce apóstoles más Cristo. Fuente: Wikipedia. (2) Se refiere al monasterio de Santiago de Uclés, Cuenca. Fue construido por la Orden de Santiago en el siglo XVI. Era la casa matriz de la orden desde 1174 por el rey Alfonso VIII hasta 1836, en que con la desamortización de Mendizábal, la Orden de Santiago tuvo que abandonar el edificio. (3) La anata o media anata fue un antiguo impuesto instaurado por real cédula del 18 de agosto de 1631. El impuesto gravaba los cargos públicos y las concesiones o mercedes remuneradas por la corona, obligando al beneficiario al pago de la mitad de los emolumentos correspondientes al primer año. Generalmente el impuesto no se aplicaba en su totalidad, sino que satisfacía la mitad de la renta del primer año. Es por lo que se solía denominar como «media anata». Fuente: Wikipedia. (4) Obispo de Badajoz entre 1797 y 1802, era tío de Manuel Godoy, príncipe de la paz.

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