sábado, 6 de enero de 2018

6. Juramento de fidelidad del conde de los Acevedos al príncipe de Asturias (futuro rey Fernando VII) en la Catedral de Badajoz. 22 de marzo de 1790.

6.

Juramento de fidelidad del conde de los Acevedos al príncipe de Asturias (futuro rey Fernando VII) en la Catedral de Badajoz. 22 de marzo de 1790.


© Pedro Castellanos
6 de enero de 2018


Retrato de Fernando VII, por Vicente López Portaña. Museo del Prado (Madrid).

Estando este día de la fecha en el presbiterio de la capilla mayor de la Santa Iglesia Catedral de esta ciudad de Badajoz los señores: el ilustrísimo don frey Alonso de Solís y Grajera, del Orden de Santiago, del consejo de su Majestad de esta dicha ciudad y su obispado; don Francisco Martínez de Velasco, coronel de los reales ejércitos, teniente de rey de esta plaza y gobernador militar interino de ella; y el señor don Vicente Antonio de Vera Ulloa y Carvajal, conde de los Acevedos, de esta vecindad, en presencia del ilustre cabildo eclesiástico de la misma Santa Iglesia, de diferentes caballeros y personas de la mayor distinción y oficialidad de los regimientos Segundo de Cataluña, Extremadura, Real Cuerpo de Artillería y Caballería que la guarnecen, y de otras muchas en gran número de todas clases, sexos y estados; por dicho ilustrísimo señor comisionado por su Majestad para lo que se dirá, se me entregó a efecto de que la leyese una copia de la escritura de juramento y pleito homenaje que en la iglesia del real convento de San Jerónimo de la villa y corte de Madrid se hizo el día miércoles 23 de septiembre del año pasado de 1789 por el serenísimo señor infante, don Antonio Pascual y los prelados, grandes títulos, caballeros y procuradores de las grandes ciudades y villas de voto en Cortes al serenísimo señor Príncipe, nuestro señor (que Dios guarde), y en su observancia lo ejecute de su tenor de verbo ad verbum de que certificó. Y habiéndola oído dicho señor conde de los Acevedos, entendió de lo que por su Majestad se encargó al referido señor ilustrísimo, dijo: otorga que reconoce al serenísimo señor don Fernando, hijo primogénito del rey, nuestro señor (que Dios guarde) por príncipe de Asturias, y desde ahora le ha, tiene y recibe por tal como inmediato sucesor a estos reinos y señoríos a él sujetos, dados, unidos e incorporados y pertenecientes, durante los largos, prósperos y bien afortunados días del señor rey don Carlos IV, nuestro soberano; y para después de ellos por su rey y legítimo señor y natural heredero y propietario de aquellos. Y desde ahora, para entonces, le rinde la obediencia, reverencia, sujeción, fidelidad y vasallaje que como buen súbdito, leal y natural vasallo está obligado a dar, prestar y guardar como a su príncipe, rey y señor natural, respectivamente. Y promete que bien y verdaderamente tendrá y guardará con la mayor puntualidad cuanto sea de su real servicio como debe y es obligado a hacer; jura por Dios, nuestro Señor, a santa María, su madre, y a una señal de cruz en legal forma y a las palabras de los santos Evangelios que están escritos en un misal abierto en que puso sus manos el mismo señor conde corporalmente, de que tendrá realmente y con efecto al dicho serenísimo esclarecía príncipe don Fernando, por príncipe y señor heredero de estos reinos durante la vida de su Majestad (que la divina prospere) y después de ella por su rey y señor natural y prestarle como a tal los obsequios de obediencia, reverencia, sujeción, fidelidad y vasallaje que le son debidos y cumplir todo lo que por derecho debe y es obligado de hacer, sin oponerse ni contravenirlo por ningún pretexto, motivo y causas; y si lo hiciere, quiere incurrir en las penas impuestas por leyes de estos propios reinos contra los traidores e infractores de los juramentos. Y a mayor seguridad de lo referido, juró de guardar la citada escritura de juramento que aquí se acaba de leer, diciendo dicho ilustrísimo señor: así Dios os guarde y estos santos Evangelios a que contestó el referido señor conde; Sí, juro, amén. Y de observar exacta e inviolablemente todo lo que ha jurado y prometido sin faltar en cosa alguna, según es obligado practicar en servicio de su Príncipe soberano, rey y señor natural. Y si lo contario hiciese, desde ahora se da por incurso en las referidas penas en que por leyes de estos reinos incurren los transgresores. Y el referido señor ilustrísimo aceptó dicho juramento en nombre del serenísimo preclaro señor don Fernando, príncipe de Asturias y legítimo sucesor de estos reinos y dominios de España, y todos tres señores lo pidieron por testimonio, e yo, el infrascrito escribano del rey nuestro señor, real en todos sus reinos y señoríos, público del número perpetuo y ayuntamiento de esta muy noble y muy leal ciudad y de la Capitanía General de este Ejército y provincia de Extremadura, doy fe haber presenciado todo lo referido y que conozco a dichos señores, quienes firmaron, siendo testigos: don Baltasar González del Campo, don Benito Gil y don Josef Rodríguez, vecinos de esta dicha ciudad, hecho en ella, a 22 de marzo de 1790. Fdo.: Alonso, obispo de Badajoz, don Francisco Martínez de Velasco, el conde de los Acevedos.

3 comentarios:

  1. Buenos días. El testigo de este juramento llamado D. Baltasar González del Campo parece mi séptimo abuelo Baltasar González del campo y Molano, que era pertiguero de la Catedral de Badajoz. Muchas gracia por publicar este documento. Un cordial saludo, Fernando González del Campo Román, https://www.facebook.com/Apellidos.y.Genealogia/

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    1. Buenas noches Fernando. Perdone que le conteste ahora, no lo había visto porque no suelo consultarlos. Espero que le haya servido de ayuda. También le indico que hubo un Baltasar González del Campo que fue boticario. Saludos.

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    2. Buenos días. Acabo de ver su respuesta. Gracias. Así es, también había un homónimo que fue boticario. Creo que ambos descienden de un antepasado común, Alonso González (del) Campo, que fue boticario en la segunda mitad del siglo XVII. Parece que una rama de sus descendientes siguieron siendo boticarios hasta más o menos mediados del XIX. Otra, la mía, se dedicaron a otros oficios: notarios de la Inquisición y abogados cuando menos. Los últimos que conozco de ésta en Badajoz son mi antepasado Baltasar González del Campo, el pertiguero de la Catedral, y su hermano Juan González del Campo, quien por problemas familiares tuvo que emigrar con su mujer a México, donde fue tesorero de las Cajas Reales de Puebla de los Ángeles. Mi antepasado, Antonio, hijo de Baltasar, se fue de Badajoz a raíz de la Guerra de la Independencia, en la que luchó, y luego fue funcionario del Estado en diversos destinos y creo que murió en Oviedo. Un cordial saludo

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