13.
El entierro del capitán Guillermo Tutavila, sobrino del duque de San Germán, en la iglesia de San Ignacio de Badajoz. 13 de noviembre de 1653.
© Pedro Castellanos
27 de enero de 2018
Actualización del 13 de noviembre de 2018, en el 365
aniversario de su entierro
Francisco Tutavila, duque de San Germán.
Era napolitano e hijo de Horacio Tutavila, hermano del duque. Estuvo
prisionero en Portugal en 1653, siendo devuelto a Badajoz. Los canónigos Diego
Olmedo de Liaño y Alonso Ruiz del Álamo dieron el «parabién» (felicitación) al
duque de San Germán por su liberación el diez de marzo. Posteriormente, la
caballería del Ejército español tuvo un fuerte enfrentamiento con las tropas
portuguesas en la villa de Arronches el día ocho de noviembre de ese mismo año
de 1653. Guillermo Tutavila falleció en esta batalla con tan solo 22 años. Fue
enterrado en la iglesia de San Ignacio de los jesuitas de Badajoz, antes
convento de Santa Catalina. Quizás por la amistad que tenía el duque con los
religiosos, ya que pagó parte de la obra de su nueva capilla mayor, como ya
dije en la anterior entrada. El duque fue un hombre muy religioso, devoto de la
Virgen de las Virtudes y Buen Suceso del real monasterio de Santa Ana de
Badajoz. Él pagó 4.000 reales por el dorado y estofado de su retablo que estaba
en el altar mayor en 1663. Fue la persona que, supuestamente, trajo a Badajoz
la imagen de la patrona, la Virgen de la Soledad. Un interesante e inédito
documento, que ya adelanté en parte en 2013, describe cómo llegó a Badajoz el
cadáver de Guillermo y el lugar donde se enterró:
Testimonio de depósito de un cuerpo. Sea notorio a los que al presente vieren, como estando en el colegio e iglesia de señor San Ignacio de la Compañía de Jesús en esta muy noble y leal ciudad de Badajoz, como a las horas de las siete y media de la noche, jueves trece del mes de noviembre de 1653 años, se trajeron a dicha iglesia dos cuerpos muertos, que el uno de ellos dicen ser del muy magnífico señor don Guillermo Tutavila, de nación napolitana, capitán de caballos corazas del Ejército de Extremadura, sobrino del excelentísimo señor don Francisco Tutavila, caballero de la Orden de Santiago, duque de San Germán, del Consejo de Guerra de su Majestad y del colateral de Nápoles, maestre de campo general y gobernador de las armas de este Ejército. Los cuales dichos dos cuerpos dicen haberse traído de la campaña. Y después de haberles dicho y celebrado la vigilia, con la pompa y solemnidad debida, compareció ante mí, el escribano y testigos, el capitán de caballos corazas Luis Briñola, de nación napolitana, y se desclavaron unas tablas de una de dos cajas donde venían dos cuerpos. Y habiéndose descubierto el rostro y descosida la capilla de un hábito donde dicho cuerpo venía amortajado, dicho capitán dijo, con juramento que hizo en forma de derecho, estando presente el padre Lorenzo de Colonia, rector de dicho colegio, asistido de algunos padres, de que en el reencuentro que la caballería de su Majestad de dicho Ejército tuvo con la del rebelde portugués, término de la villa de Arroches, reino de Portugal, el día ocho de este presente mes. Y allí quedó muerto dicho don Guillermo Tutavila, y el capitán Luis Briñola prisionero. Y teniendo noticia de su muerte, y haciendo diligencia en buscarle el domingo, nueve de este, le halló muerto en la iglesia de la Misericordia de la dicha villa de Arronches. Y le conoció y reconoció, y lo entró en la caja en que de presente está. Y dicho cuerpo y el del señor don Juan [López] de Lemos, caballero de la Orden de Calatrava, conde de Amarante, teniente general de la caballería de dicho Ejército. Los trajo ambos a esta ciudad sin apartarse de ellos. Y dicho cuerpo y rostro de él daban muchas demostraciones [de] ser el del dicho señor don Guillermo Tutavila. Y asimismo, le pareció a mí, el dicho escribano y testigos que lo reconocieron, el cual dicho cuerpo se entregó a dicho padre rector en depósito hasta que lo trasladen en la parte y lugar donde dispuso. Y sobre la dicha caja y tablas de la cubierta de ella se lacró y se puso encima del dicho, [y] labré sus armas en tres partes. Y fue sepultado y depositado en un sepulcro, debajo del hueco del altar mayor de dicha iglesia y colegio, la cabeza al lado de la epístola. Y dicho padre rector dijo le recibía y recibió en dicho depósito, para entregarlo [a] cada [uno] que le sea pedido. Y a ello se obligó por lo que le toca y a los demás rectores y padres que son y fueren de dicho colegio. Y por parte de dicho señor capitán don Guillermo Tutavila (1) se me pidió por testimonio. Y lo firmaron dicho padre rector y dicho capitán Luis Briñola, siendo presentes por testigos los señores don Jerónimo de la Haya Vitoria, del Consejo de su Majestad en su Contaduría Mayor de Cuentas y su proveedor general del Ejército de Extremadura, tesorero general de dicho Ejército; Bartolomé Rodríguez de Andrade, tenedor de bastimentos de dicho Ejército (2); el capitán de caballería corazas don Diego del Pulgar; el capitán de infantería José de Funter; Juan Rodríguez Silvera, vecino y regidor de esta ciudad, asentista del pan de munición de dicho Ejército; y el capitán de infantería don Diego de Rueda, vecinos y estantes en esta plaza de armas.
El cabildo catedralicio acordaba dar el pésame al duque de San Germán el 12 de
noviembre de 1653. Lo haría en su nombre el famoso canónigo e historiador Juan
Solano de Figueroa, quien también sería enterrado en la misma iglesia: «por
la muerte de su sobrino, el capitán de caballos corazas Guillermo Tutavila y a
la condesa de Amarante (3) por su marido, teniente general de
la caballería del Ejército, que murieron en el encuentro que se tuvo con la
caballería del enemigo entre Arronches y el Azumar el ocho de este mes». La
lápida sepulcral de Guillermo Tutavila que se encontraba en la iglesia de San
Ignacio de los jesuitas se halla hoy en los almacenes del Museo Arqueológico
Provincial de Badajoz. El texto dice lo siguiente:
YACE AQUÍ EL SR. D. GUILLE[R]MO TUTAVILA, SOBRINO DEL EXCELMO. SR. DUQUE DE
S. GERMÁ[N], Q[UE] DE XXII AÑOS MANCEBO, EN QU[I]EN LA GRACIA Y LA NATURALEZA
DEPOSITARO[N] EL TESORO DE SUS MEJORES PRENDAS, HAC[I]ÉNDOSE AMAR DE TODOS
CUA[N]TO DESEAR EN LA T[I]ER[R]A. MURIÓ A COSTA DE MUCHA SA[N]GRE ENEMIGA
PELEA[N]DO POR SU REY CO[N]TRA LOS REBELDES A SU CORONA. AÑO DE MDCLIII.
Detalle de
la lápida sepulcral de Guillermo Tutavila. Año 1653.
Gracias a este documento de 1653, queda resuelto el enigma sobre el origen
de la lápida de Guillermo Tutavila, que no procedía de la antigua ermita de la
Soledad (4). La lápida llegó al museo en 1944. Un periódico local del
sábado 8 de abril publicaba un artículo del que fuera alcalde Antonio del Solar
y Taboada, marqués de Campolataro, titulado «El duque de San Germán
trajo a Badajoz en 1664 la Santísima Virgen de la Soledad», donde
menciona el año en que llegó la lápida al museo, del que este último no tenía
constancia. Sin embargo, no cita de dónde llegó esta lápida como yo sí hice.
Por tanto, mis publicaciones son las primeras en citarlo, para que quede
claro a los «amigos(as) de lo ajeno». Esta interesante lápida nos muestra el
escudo de armas del duque de San Germán en aquella época, único conservado en
la ciudad. Está timbrado bajo corona ducal y con la cruz de Santiago, pues fue
nombrado caballero de esta orden el 24 de septiembre de 1653. Creo que sería
buena idea colocar su escudo de armas en el altar mayor de la ermita de la
Soledad o en el frontal del paso de la Virgen, pues se supone que él nos trajo
la imagen a Badajoz. Sería un bonito homenaje al cumplirse el 13 de
noviembre de 2018 los 365 años del entierro de su sobrino en
Badajoz. Puede que su cuerpo no aparezca cuando se complete la excavación de la
zona de la iglesia. El duque de San Germán lo dejó en depósito, es decir,
temporalmente, hasta podérselo llevar. Aunque el hecho de que se conservase la
lápida puede indicar que no se movió de allí.
Iglesia de San Ignacio donde fue
enterrado Guillermo Tutavila. En la segunda foto figura con la flecha
roja el lugar donde fue enterrado, aún por excavar.
Notas: (1) Debería decir Luis Briñola, representante del
fallecido. (2) En 1671 vivió de alquiler en la Casa del Cordón, hoy
sede del Arzobispado de Mérida-Badajoz. (3) Se llamaba María Clara de
Ocón Coalla, segunda esposa del II conde de Amarante, que murió sin hijos
siendo teniente general de la caballería del Ejército de Extremadura. Le
sucedió su hermano Pedro López de Lemos, quien también estuvo al servicio de
las armas, falleciendo sin sucesión en 1661. (4) KURTZ SCHAEFER,
Guillermo. DOMÍNGUEZ DE LA CONCHA, Coronada. Epigrafía medieval y
moderna del Museo Arqueológico Provincial de Badajoz. Revista de
Estudios Extremeños. T. LII N. 2. Mayo-agosto de 1996. Páginas 512-514.
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