8.
El monumento a Manuel Godoy de Badajoz construido en lugar equivocado.
© Pedro Castellanos
11 de enero de 2018
Primeros pasos.
El 26 de enero de 1807 el Ayuntamiento de Badajoz
acordaba hacerle a Manuel Godoy unas funciones, «para demostrar las alegrías por el nuevo cargo conferido a su alteza
serenísimo». Se trataba del nombramiento por real decreto del rey Carlos IV
el 13 de enero de 1807, en el que se le concedía el título de gran almirante de
España, de las Indias y protector del comercio. Más tarde se acordó por unanimidad
levantar un monumento en su honor: «Que para eternizar la memoria de su alteza
serenísimo y la gratitud de sus conciudadanos, por el colmo de honor y gloria
que tributa a su patria, se erija un monumento de mármol, que se colocará en la
casa palacio que tiene en esta ciudad o cualquiera otro paraje de ella que sea
del agrado de su alteza serenísimo, tomando antes su venia, lo que se ejecutará
con la mayor ostentación y magnificencia, según corresponde a la de tan digno
patricio». También se pide nombrarle
regidor perpetuo de la ciudad, viendo que ya lo era de varias ciudades de España y no lo
fuera de su amada patria. No figura la respuesta de Godoy, pero es evidente que dio su permiso para construirlo.
Contrato de la obra.
El primero de junio de 1807 comparecía Joaquín
de las Nieves Sande, maestro marmolista, vecino de la villa de Ribera del
Fresno (Badajoz), natural de Fuente del Maestre, pero residente en Badajoz en esos momentos. Declaraba: «Tiene tratado y ajustado con los caballeros comisarios de esta muy
noble ciudad don Ignacio Paino y Mateos y don Juan Cabrera de la Rocha,
regidores perpetuos, construir un monumento de piedra mármol para perpetuar la
memoria de las nuevas dignidades que su Majestad (que Dios guarde), ha concedido
al serenísimo señor príncipe generalísimo almirante con arreglo al plan [plano]
y diseño que se ha levantado, compuesto de escalera, pedestal y estatua de su
alteza serenísimo y ahora lo ha de fabricar con la mejor exactitud y propiedad
posible, arreglándose para ello a las alturas que se ha delineado en el mismo
plan, siendo de su cuenta sacar las piedras de las canteras de la dehesa de la
Barranquera y sea de calidad superior, como también su conducción, labrarle y
colocarla en el sitio o paraje que se le señale de esta población, con la
firmeza y seguridad que corresponde para su permanencia; todo por el precio y
cantidad de 60.000 reales de vellón, pagado en moneda metálica, siendo la
entrega de ello a proporción de lo que vaya adelantando la obra, con lo cual se
han conformado los mismos caballeros comisarios, y para el caso no esperado de
que el otorgante no cumpla con lo que va estipulado o haya alguna falta en la
fábrica de dicho monumento y su colocación da por su fiador a José de Silva de
esta vecindad (a quien doy fe conozco) quien estando presente y enterado de lo
que contiene esta escritura se obligan el uno como principal, y el otro como
fiador, al cumplimiento de lo contenido en esta escritura en todo y por todo,
sin que haya omisión ni retraso, pues desde luego ha de dar principio a la
obra. Y el dicho José de Silva, una casa suya propia que tiene y posee en la
calle de Sanabria señalada con el número 21, que será de valor de más de 20.000
reales de vellón. Y asimismo, obliga su persona y bienes muebles raíces habidos
y por haber, dan amplio poder a las justicias y jueces de su Majestad, de modo
que si por muerte de dicho Joaquín de las Nieves Sande, u otro acontecimiento
que pueda suceder, no se verifica la construcción de dicho monumento de piedra
mármol, ha de ser su conclusión de cuenta y riesgo del dicho José de Silva, su
fiador, por las misma cantidad de los 60.000 reales [de] vellón, sin poder
pedir aumento del precio ni otro requisito, sin que sea necesario hacer
excusión a bienes ni otra diligencia. Y los dichos caballeros consiliarios aceptan
en toda forma esta obligación, y se obligan a entregar al mencionado maestro la
expresada cantidad de 60.000 reales según la vaya pidiendo el estado de la
obra, sin falta ni retraso alguno. Siendo testigos don Pedro del Águila, don
Santiago Jiménez y don Pedro de Villasanta, todos vecinos de esta expresada
ciudad».
Emplazamiento y
características del monumento.
Muy interesante resulta también el lugar elegido para su
ubicación: La Alameda, es decir, donde se encuentran varios edificios de
viviendas llamadas Casas Baratas de la avenida Joaquín Costa, junto a la
muralla abaluartada. Era un lugar cercano a su casa de la calle Santa Lucía y al que fue Palacio
de Godoy, antes Hospicio Viejo, llamado en el siglo XVIII Palacio de Rocha. Parece ser que nunca llegó a habitar este palacio, pero en 1867 todavía pertenecía a su hija Carlota de Godoy Borbón, condesa
de Chinchón. Esta lo arrendaba desde 1853 y durante varios años consecutivos a
los labradores y granjeros Manuel Méndez Atienza y Félix Lopo Sánchez (1). El Palacio de
Godoy fue adquirido por el ayuntamiento en 1897 por 40.000 pesetas, pagadas en
dos plazos, previo a una real orden del año anterior, autorizada por el
Ministerio de la Gobernación. El 23 de enero de 1898 comenzaron las obras para
convertirlo en cárcel, pues la antigua cárcel de la plaza de San José se
encontraba en muy mal estado. Hoy es sede compartida con la Escuela Oficial de Idiomas y la Escuela de Artes y Oficios Adelardo Covarsí.
Como he citado, las piedras para el monumento se sacarían de las canteras
de la dehesa de la Barraquera. Probablemente se trata de la actual finca del mismo
nombre, situada entre la cañada de Hinojales y el río Olivenza. Esta dehesa perteneció
al cabildo catedralicio de Badajoz y fue comprada por Manuel Godoy el 9 de mayo
de 1806 por 505.200 reales. Posteriormente perteneció a su hija Carlota. El 31 de marzo de 1808, Joaquín de las Nieves Sande declaraba: «Que habiendo celebrado el correspondiente
contrato, por medio de escritura que se otorgó con este ilustre consistorio para haber de fabricar y construir una pirámide
para colocar en la Alameda de esta ciudad, según lo que se había acordado
por este tal ilustre ayuntamiento. Emprendí mi obra desde el mes de mayo del
pasado año de 1807, la que he continuado hasta el día 21 del mes que va a
expirar, en la que he invertido diversas cantidades hasta la de 30.000 reales;
siendo de mi cargo todos los enseres que se necesitaban al efecto para su construcción.
Y de la misma en el ante dicho día 21 por orden de los señores caballeros
comisarios don Ignacio Paino (2) y don Juan Cabrera, resulta a mi favor la cantidad de 8.000 reales en que se me alcanza esta muy noble ciudad». Tras
la caída de Godoy en 1808 el proyecto fue aparcado. Sin embargo, sí se inició
su construcción. Joaquín de las Nieves declaraba el 31 de marzo de 1808 que desde
el mes de mayo de 1807 había invertido en el monumento 30.000 reales. Los dos comisarios
de la obra, en nombre del ayuntamiento, acordaban pagarle 6.000 reales el 21 de
noviembre de 1808 en compensación por los perjuicios que había sufrido. Llama la atención el hecho de que fuese con forma de pirámide, claro símbolo masónico. A Manuel Godoy se le relacionó con la masonería, aunque no está demostrado que lo llegase a ser.
Antigua dehesa de la Barraquera, de donde se sacó la piedra para labrar el monumento.
Inauguración del actual
monumento en 2008.
Por fin, tras más de 200 años, el pleno municipal de
Badajoz decidió hacer efectiva la promesa histórica de levantar una figura en
su honor y trasladar sus restos a la capital pacense para «saldar la deuda pendiente y ensalzar una figura que se encontraba en
el olvido», según explicaba el entonces alcalde Miguel Celdrán. El sábado
14 de junio de 2008, a las 20:45 h., fue inaugurado el monumento, cuyo evento se
enmarcaba dentro de la programación de actos que tenían lugar en Badajoz con motivo
de la conmemoración del bicentenario del inicio de la Guerra de la Independencia.
Al acto asistió el alcalde, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo
Fernández Vara, entre otras autoridades civiles y militares. La estatua, poco agraciada para mi gusto, está
ubicada dentro de una rotonda en la confluencia de la calles Obispo San Juan de
Rivera, Juan Carlos I y la Plaza de Minayo. Es obra del escultor extremeño Luis
Martínez Giraldo. La figura de Godoy mide 2,60 metros de altura y está colocada
sobre un pedestal de mármol portugués que tiene casi tres metros, con lo cual
todo el conjunto alcanza los seis metros en total. El monumento tuvo un coste
de 80.000 euros, sufragados por el Ayuntamiento de Badajoz, la Junta de
Extremadura, la Diputación de Badajoz, el Ministerio de Defensa, la Real
Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, las entonces cajas de ahorro
extremeñas, entre otras instituciones. Cerró el acto la Banda Municipal de Badajoz, que interpretó El tambor de Granaderos, una zarzuela estrenada en el Teatro Eslava de Madrid el 16 de noviembre de 1896 y El Sitio de Zaragoza, obra del gran compositor badajocense Cristóbal Oudrid.
Notas: (1) Fue alcalde de Badajoz en 1859. (2) Se trataba del labrador, granjero, coronel y regidor perpetuo de Badajoz Ignacio Paino (Payno) Mateos, apoderado en la capital pacense de Manuel Godoy.