11.
El barrio de San Salvador o de Santa Catalina la Vieja (el Campillo). Sus calles, mesones, cuarteles, hornos y personajes importantes.
(Parte I)
© Pedro Castellanos
17 de enero de 2018
El
barrio de San Salvador se encontraba en torno a la mencionada iglesia, ya
desaparecida, que estuvo en el lugar que ocupa la actual puerta de Mérida. Se
cree que el origen de este barrio era el antiguo arrabal oriental musulmán. La zona
donde se encontraba el hospital de Santa Catalina era conocida como el barrio
de San Salvador, pero hasta que lo publiqué en 2014 se desconocía que también
se la llamaba barrio de Santa Catalina la Vieja. Un documento de 1817 sobre la Hermandad
de San Nicolás de Tolentino y Ánimas del Purgatorio del convento de San Agustín
cita el otro nombre por el que era conocido el barrio: «Con motivo de la
fortificación de esta plaza, en el año 1689 fue demolido el barrio de Santa Catalina
la Vieja, en el que tenía esta ilustre hermandad una casa que le había donado
Isabel González, la Espantarratas». Se refiere a que con la construcción de
la nueva muralla abaluartada, que sustituía a la medieval, fue demolido casi
por completo este barrio.

1. Iglesia y hospital de San Andrés, luego de la Concepción. 2. Torre de Espantaperros. 3. Iglesia de Santa María del Castillo. 4. Puerta del Alpéndiz. 5 Primitiva puerta de Mérida. Pintura de Luis Mangas de la acuarela original de Pier Maria Baldi, siglo XVII.
El barrio estaba formado por dos calles principales que lo atravesaban de este a
oeste y que partían desde la primitiva puerta de Mérida, junto al arroyo
Rivillas. La primera de ellas, según algunos autores, se llamaba de Almaraz, de
los Baños o de los Romeros. Es un error, yo he localizado en 1645 la «calle
de Almaraz, que llaman del Gorrero», que es la actual Sepúlveda; los otros
dos nombres corresponden a otra distinta. El verdadero nombre de esta primera
calle, o uno de ellos, era desconocido hasta que lo publiqué en 2014. En 1639 se la llamaba «calle
que dicen de Lope de Hoces, bajando de las esquinas del Peso de la Harina para
la puerta de Mérida». Tengo un documento de 1604 que cita una casa «al
sitio del Peso de la Harina, en la calle que baja de las esquinas de Lope de
Hoces para la puerta de Mérida». Todavía en 1714, una vez retranqueada la
muralla, se la llamaba «calle de Francisco de Hoces, que va del mesón del
Rincón a la puerta de Mérida». La
segunda calle, que partía desde la puerta Mérida e iba hasta el hospital de la
Concepción, es la actual calle Jarilla. Esta calle podría ser la llamada en
1563 como «Nueva de los Hortelanos», y sería una ampliación del barrio hacia el
sur. En el siglo XVII y XVIII se redujo a calle Nueva.

Foto 2. Barrio de San Salvador o de Santa Catalina la Vieja. Entre 1645-50.
1. Calle de Lope de Hoces o de Francisco de Hoces.
2. Calle de los Baños o de los Romeros, hoy Costanilla. 3. Plazuela del Pósito
de la Harina o del Reloj. 4. Iglesia de San Salvador. 5. Posible calle Nueva de
los Hortelanos, actual Jarilla. 6. Lugar donde debió estar el Portillo de
Romero. 7. Mesón de Baltanás o del Vino. 8. Primitiva puerta de Mérida de la
muralla medieval.
El mesón de la Estrella.
Ya
existía en 1552 y se trata de uno de los más antiguos mesones que hubo en la
ciudad. En 1631 estaba «en la calle arriba de la Costanilla». Se arruinó
en el sitio de Badajoz de 1705 y se cita que «por haberle caído una bomba
cuando el sitio de esta plaza y estaba lleno de inmundicia, fue necesario tapiar
las bocacalles por la parte de arriba y la que sale a la de la Concepción Alta».
Su nuevo propietario, Juan Piñero, lo adquirió en 1718 y propuso al ayuntamiento
construir dos casas sobre él y lo cita como «un solar de casa grande, todo
arruinado, sin techo alguno, tan solo unos paredones de tierra con diferentes
portados de ladrillo y una escalera». Los capellanes del coro de la Catedral
de Badajoz reclamaban sobre él un censo perpetuo de 115 reales y 17 maravedíes.
En 1552, Juana Martín, esposa de Diego Hernández Cepas y su suegra, María
Álvarez, hicieron donación de esta casa a María González Peinada. Esta última
dejó esta casa a los capellanes del coro para fundar una capellanía. En 1576 se
lo daban a censo al hortelano Miguel Pérez, y se cita que estaba en una
plazuela junto a las casas de Francisco de Hoces. El caso es que se acaba dando
la razón a los capellanes en 1719.
La desaparecida calle de
Viveros. La calle y mesón del Rincón.
Desde
el solar utilizado como aparcamiento frente a la torre de Espantaperros partía una calle, ya desaparecida, que se pretende recuperar,
que aparece tapiada en el plano de José de Gabriel de 1803 y que había sido
cegada en 1714. Era la llamada en 1774 «calleja del Mesón del Rincón, calleja
que se nombra de Viveros». Gabriel Martel pedía permiso al ayuntamiento en
1779 para construir una casa en su solar y lo cita así: «Una casa que en tiempos
antiguos fue de don Alonso de Viveros, que por un lado cae a la calle de la
Concepción Alta [hoy calle San Lorenzo] y por otro al Toril, que está tapiada
por el resguardo de toda aquella vecindad, pues era calleja, suplica que le aiga
[sic] de conceder licencia, tomando de
dicha calleja tapiada el territorio que le acomode».
El
mesón del Rincón estaba en este solar y casi haciendo esquina a la calle
Cerrajería (hoy El Brocense), formando un rincón, de ahí su nombre. Juana Gómez,
su
propietaria en 1576, lo arrendaba a Garci Pérez Cancho, vecino de Fregenal de
la Sierra por 6 años, a 36 ducados cada uno de ellos. En 1632 el mesonero José
García se lo dejaba a Guillermo Hernández de Tobar, vecino de Talavera la Real
y lo cita así: «unas casas-mesón que llaman el mesón del Rincón, en esta ciudad,
cerca de la plaza de ella, con carga de 44 ducados de censo perpetuo que se
pagan en cada un año». En 1639 lo ocupaba Jerónimo Sánchez Gil y hacía un
reconocimiento de censo perpetuo de este edificio: «que yo tengo una
casa-mesón en esta ciudad, que dicen el mesón del Rincón, como sucesor en el
vínculo que instituyó y fundó Cristóbal Martín, Perulero, mi tío difunto, que
las dichas casas mesón lindan de una parte con casas de Alonso Sánchez, de
Gonzalo Esteban y con la calleja que baja para el hospital del Ntra. Sra. de
Concepción». La casa que fue el mesón del Rincón, nº 4 de la plazuela del Reloj,
fue vendida por Juana Pérez Guerrero en 1855 a José Cabezas por 2.500 reales.
(Foto 3). 1. Torre del Reloj o
de Espantaperros. 2. Peso de la Harina o el Pósito, hoy llamado La Galera. 3.
Matadero. 4. Puerta de Mérida actual. 5. Antigua parroquia y hospital de San
Andrés o de la Concepción. 6. Posible plazoleta de la Costanilla y solar del
antiguo mesón de la Estrella. 7. Pajares del Rey o Casa de Meca. 8. Mesón del
Rincón. 9. Calle del Mesón del Rincón o de Viveros. 10. Antigua plazoleta de
Carvallo. 11. Calle de Lope o Francisco de Hoces. Año 1803.
La calleja del Cuartelillo. El
mesón de Baltanás, del Vino o de Barquero.
Hasta
que lo publiqué en 2014, se desconocía el nombre que antiguamente tuvo una
calle muy estrecha que baja desde la calle San Lorenzo a la de Concepción
Arenal, actualmente innominada. En 1822 se la llamaba «calleja del
Cuartelillo», debido al cuartel de caballería que existió en esa calle,
llamado del Vino. El primitivo nombre de este mesón fue de Baltanás, a veces deformado
como Patanás. Proviene de su propietario en 1587, el mesonero Jorge Hernández Baltanás. En 1629 lo
habitaba Gonzalo Hernández Zambrano y se menciona que estaba en la calle Alta
de la Concepción (foto 2 nº 7). Lindaba por una parte con casas de doña Mencía
de la Rocha, mujer de Juan de Alvarado, y con la calleja que iba de la calle
Alta a la calle Baja de la Concepción. Su propietario en 1663, el mesonero
Francisco García Barquero, lo vendía por 300 ducados a Juan Gutiérrez y lo cita
así: «unas casas-mesón que dicho
Francisco García tiene en esta ciudad, que es el mesón que dicen de Batanás [sic]
y del Vino, que está en la calle del hospital e iglesia que dicen de Ntra. Sra.
de la Concepción, en la calle Alta de dicho hospital». Esta iglesia de la
Concepción se llamó también de Ntra. de la Paz. Era contigua al hospital de San
Andrés, luego llamado de la Concepción. Tras ser desamortizado, la parroquia se
trasladó a la que fue iglesia del convento de San Gabriel, que luego ocuparon
los jesuitas de la calle San Juan. El antiguo hospital y parroquia lo ocuparon
las monjas trinitarias, tras abandonar su convento de la calle San Pedro del
Alcántara.
El cuartel del Vino o de
Voluntarios (el Cuartelillo).
Se
sabe que el mesón del Vino era en 1750 un cuartel de caballería y estaba en la
calle Baja de la Concepción, hoy Concepción Arenal. Tengo copia de un documento
de 1779 donde se menciona una casa en la calle Baja de la Concepción «frente del cuartel de los Voluntarios», que
hacía esquina a la calle Curuñeros, actual Benegas. El cuartel del Vino ya
estaba arruinado el 4 de agosto de 1807, fecha en la que se vendía la casa
contigua. Antonio Abad Álvarez la vendía a Mateo Delgado y su mujer por 800
reales, describiéndola así: «que linda
por la derecha, entrando en ella, con casa de don José Crispín González Orduña,
y por la izquierda con el cuartel de caballería arruinado que forma esquina
para la callejuela que va a salir a la calle Alta de Concepción». El mesón
debió extenderse hacia la calle Concepción Arenal. En 1822 el Ayuntamiento de
Badajoz lo vendía a José Prieto por 7.000 reales y lo cita como «el Cuartelillo».
Algo se temería y José Prieto lo vende el 11 de diciembre del mismo año a
Alonso Matamoros por la misma cantidad. En 1824 se declaraba nula la venta. Alonso
Matamoros explicaba que el solar estaba siendo utilizado como vertedero y «de
abrigo de inmoralidades», y que de él había sacado 11.000 cargas de ripios que
le habían costado casi 4.000 reales. Además había gastado más de 30.000 reales
en la fábrica de cuatro casas, de las cuales una estaba terminada y las otras a
medio terminar. El ayuntamiento se apoderó de las cuatro casas y Alonso
Matamoros pedía la anulación de esta orden junto con el anterior propietario,
José Prieto, que se comprometieron a abonar otros 2.000 reales más en que fue tasado
el edificio después. El ayuntamiento escrituraba la venta definitiva del Cuartelillo
a Alonso Matamoros en 1824.
(Foto 4). Las cuatro casas que
construyó Alonso Matamoros en 1824. La primera de ellas fue antes el cuartel
del Vino. A la izquierda está la calleja del Cuartelillo, actualmente
innominada, que baja de la calle San Lorenzo a la de Concepción Arenal.
El Portillo de Romero. La calle de la Costanilla
o de Romero.
Este portillo podría haber sido una pequeña puerta de un recinto amurallado
antiguo, situada en la confluencia de las calles de San Lorenzo, Costanilla y Concepción
Arenal, que desembocan en la actual Eugenio Hermoso. Tengo copia de varios documentos
de 1575 donde se cita la «calle del Licenciado
Romero» y en 1665 la «calle de los
Romeros», que debe ser la misma. El nombre del portillo aparece en 1608 en
otro documento donde se citan unas casas «a
la calle del Caño de Delgado, a la esquina que va al Portillo del Licenciado
Romero». He descubierto que la actual calle Costanilla era la calle de Romero. Así aparece en un documento de 1606, donde se cita la «calle de la Costanilla, que dicen la calle de Romero». El nombre de Baños sería por haber vivido allí algún linaje con este apellido, más que por la existencia de aguas termales. En la obra de Arcadio Guerra Recapitulación histórica de los hospitales de Badajoz se cita una casa en 1538 en la «calle de los Romeros, antes de Baños, junto al Portillo, que lindan por las espaldas con corrales del hospital de Santa Catalina». El licenciado Rodrigo Romero era abogado de los Reales Consejos. El Archivo de la Diputación de Badajoz conserva un documento fechado en
1538, citándose unas casas en la «calle
de los Romeros, antes de Baños, junto al Portillo». Como ya dije en 2013 (1) este hospital estuvo en la calle del Campillo,
dando sus corrales a la de Costanilla.
Otro documento nos indica el lugar donde estuvo el Portillo de Romero y está
fechado en 1614. En él Pedro Sardiña dejaba su mujer, Violante Rodríguez, «las casas de nuestra morada, que están en
esta ciudad, a las esquinas de las dos calles que dicen, la una calle Alta y la
otra calle Baja del Hospital de la Concisión [sic], yendo hacia el Portillo de
Romero». Este documento nos señala que desde la casa donde vivió este
matrimonio, en el chaflán (hoy solar) que hacen las actuales calles San Lorenzo
y Concepción Arenal, se bajaba hacia el Portillo de Romero, que estaría al
final de la actual Costanilla. Así lo parece indicar en un documento fechado en
1630, donde Pedro Sánchez citaba «unas
casas que yo tengo en esta ciudad, junto al Portillo, en la calle que llaman
del Campillo». Otro documento que tengo de 1665 cita la «calle y portillo que dicen de la calle Baja
del hospital de Ntra. Sra. de la Concepción», lo que indicaría que este
portillo estaba, seguramente, al final de la actual calle Concepción Arenal. En
2017 se hicieron obras de excavación de un solar que da a la calle San Lorenzo
y Concepción Arenal, colindante con el solar que fue antiguamente Escuela
Municipal de Música. Apareció un bloque de granito de gran tamaño. Se trata de
una quicialera, reutilizada, y está tallada por tres caras. Es posible que
perteneciera a este portillo y se reutilizase en la vivienda derribada, pues es
demasiado grande como para una puerta de una vivienda.
Los Pajares del Rey o Casa de
Meca.
Parece
ser que en esta casa se refugiaban los antiguos musulmanes tras la reconquista
cristiana. La revista El Águila Extremeña del 20 de julio de 1899 citaba
que en 1523 «no olvidando a la ciudad de Badajoz, volvió a ella en servicio
del emperador, atendiendo a convertir a la religión cristiana a los moros que
aún había en la plaza, tanto procedentes de la reconquista, como de los
asilados en la Casa de la Meca. A las personas convertidas se les dio su
apellido Manrique». Se refiere al obispo de Badajoz Alonso Manrique de Lara
(1499–1516). Un poco más abajo de la puerta mudéjar del antiguo hospital de la
Concepción, después convento de Trinitarias, existió un edificio conocido en
1802 como «Casa Pajares de la provisión de esta plaza», del
que solo he tenido noticias del siglo XIX. El
nombre de Casa de Meca lo encuentro por primera vez 1866, cuando se vendía una
casa en la calle del Peralillo, que por la izquierda lindaba con «los Pajares
del Rey, conocidos por la Casa de Meca». La Casa de Meca fue tasada por el
maestro mayor de obras de fortificación Valentín Falcato y luego sacada a
subasta pública, rematándose en 1839 a Jerónimo Orduña Patrón por 10.000
reales. No pudo hacer frente al pago del total y traspasó el edificio a Vicente
Membrillera, que lo cedió a su vez al interventor militar Jacobo Moreno
Salamanca y al teniente de infantería Agustín Galavís. En 1861 se vendía la cuarta
parte del edificio, ya solar, que daba hacia las calles de la Costanilla y
Jarilla y por su espalda con la calle del Peralillo. El Ayuntamiento de Badajoz
propuso en 1888 utilizarla como cárcel, pero se descartó debido al gran desnivel
que presentaba. Los últimos datos que tengo de la Casa de Meca son de 1898,
cuando Josefa Pulido solicitaba permiso al ayuntamiento para derribarla y
construir en ella cinco viviendas para la clase jornalera. Se le concede el
permiso, siempre que se ajustara a los planos, ordenanzas municipales y Comisión
de Ornato.
El Matadero.
El
Matadero más antiguo que se conoce estaba en la parte baja del barrio de San
Salvador, junto a la primitiva puerta de Mérida, a orillas del arroyo Rivillas.
Una vez retranqueada la muralla, se trasladaría a un terreno situado entre la
torre de Espantaperros y la nueva puerta de Mérida. Estuvo en funcionamiento
hasta que se construyó uno más moderno junto a la iglesia de Santo Domingo, en
la llamada Huerta de Tovar. El Matadero
que estaba junto a la nueva puerta de Mérida pertenecía
en 1851 a Juan Nepomuceno Ahumada Pineda, un teniente retirado del Ejército, natural
de Estepona (Málaga), viudo de Teresa González Orduña. Fue de su propiedad junto
a doce casas contiguas hasta 1856, año en el que fallece de cólera morbo
asiático en su casa de la calle del Granando, hoy Meléndez Valdés. Murió sin
descendencia y sus propiedades pasaron a sus siete sobrinos. El Matadero lo
heredó María Concepción Ahumada Arias, natural de Marbella, y fue tasado por el
arquitecto municipal Francisco Morales Hernández en 26.338 reales. En el
documento se describe cómo era el edificio, que estaba en mal estado de conservación.
Estaba formado por un almacén de carnes; un patio con dos galerías enlosadas de
piedra; un corral grande; un cuarto para el caballero regidor, que era el que
inspeccionaba las carnes; dos corrales pequeños para encierros y chiqueros de
las reses mayores; otro corral más pequeño con dos piezas cubiertas para las
reses menores y un depósito subterráneo para las aguas fecales. Estaba construido
con muros de mampostería y tapias de tierra.
Las plazoletas de Carvallo y Costanilla.
Eran desconocidas hasta que lo publiqué en 2014. La
plazoleta de Carvallo estaba frente a la iglesia de la Concepción (foto 3, nº
10). Así se la llamaba en 1817 en la venta de un solar de casa destruida por la
Guerra de la Independencia en la calle de la Concepción Alta, hoy calle San Lorenzo.
Este solar hacía esquina «a la plazoleta que en lo antiguo llamaban de
Carvallo». La otra plaza, llamada de la Costanilla, ya aparece en 1780 al
mencionarse una casa en la calle Jarilla, que hacía esquina «a la calle que
va a la plazoleta que llaman de la Costanilla». Podría ser el solar frente
a la puerta de Mérida donde estuvo el desaparecido mesón de la Estrella. Un documento
de 1708 cita una casa en la calle Costanilla que hacía esquina a ella y a la «calleja
que va al hospital y parroquia de Ntra. Sra. de la Concepción de esta ciudad
[actual calle Peralillo], que eran dos
moradas de casas, la una pequeña, que fue horno de poya, que se decía de
Tablero y tenía la puerta en dicha calleja (…) más dos casas en la calle de la
Costanilla, que están en una plazoleta que hace dicha calle, enfrente de la
dicha calleja y la otra hace rincón en
dicha plazoleta y esquina que va al baluarte de la Brecha, que antes era calle
de Santa Catalina la Vieja».
Hay que aclarar que la Costanilla, aparte de calle, era la zona cercana a ella, pues me he encontrado en numerosas ocasiones gente que vivía a la Costanilla, en la calle de...
Continuará.
Notas:
(1) Cfr. Revista Sharia de la Asociación Amigos de Badajoz. Nº 72, octubre de 2013, pág. 4.