25.
Francisco Machado, un escultor portugués en Badajoz. Su última obra documentada en España: un retablo para la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario de los Morenos del Castillo.
En el próximo año 2019 se cumplirán 360 años de su nacimiento y 305 de su fallecimiento. Sería el momento para dedicarle un merecido homenaje, tanto en Portugal como en España.
© Pedro Castellanos
21 de octubre de 2018
21 de octubre de 2018
Introducción.
Era uno de los entalladores más importantes del barroco portugués. En este artículo voy a publicar de forma inédita los datos biográficos que faltaban de él, como el lugar y fecha exacta de su nacimiento, el nombre de sus padres, lugar y fecha de su matrimonio, su testamento, el nombre de su discípulo, la fecha, lugar de su fallecimiento y entierro. Hay que destacar que fue un escultor con gran movilidad geográfica, pues trabajó en varias localidades portuguesas como Évora, Montemor-o-Novo, Villa Viciosa y quizás en Campomayor u Olivenza, hasta acabar en sus últimos años en España, en concreto en Badajoz. Esta ciudad fue un importante centro artístico en el siglo XVIII y capital de la entonces provincia de Extremadura. Badajoz es sede del arzobispado y aparte de la catedral, cuyas obras suelen durar siglos, tenía numerosos conventos y ermitas extramuros. Las continuas guerras hacían que tanto la capital como los pueblos cercanos tuviesen que renovar sus templos cada cierto tiempo.
Era uno de los entalladores más importantes del barroco portugués. En este artículo voy a publicar de forma inédita los datos biográficos que faltaban de él, como el lugar y fecha exacta de su nacimiento, el nombre de sus padres, lugar y fecha de su matrimonio, su testamento, el nombre de su discípulo, la fecha, lugar de su fallecimiento y entierro. Hay que destacar que fue un escultor con gran movilidad geográfica, pues trabajó en varias localidades portuguesas como Évora, Montemor-o-Novo, Villa Viciosa y quizás en Campomayor u Olivenza, hasta acabar en sus últimos años en España, en concreto en Badajoz. Esta ciudad fue un importante centro artístico en el siglo XVIII y capital de la entonces provincia de Extremadura. Badajoz es sede del arzobispado y aparte de la catedral, cuyas obras suelen durar siglos, tenía numerosos conventos y ermitas extramuros. Las continuas guerras hacían que tanto la capital como los pueblos cercanos tuviesen que renovar sus templos cada cierto tiempo.
Biografía.
Francisco Machado nació en la freguesía de Santo Antão do Tojal (también llamada Santo Antonio do Tojal), una pedanía perteneciente al concejo de Loures, en el área metropolitana de Lisboa, situada al norte de la ciudad. No nació en la propia Lisboa como cita el escultor en algunos documentos, quizá para darse más importancia. Fue bautizado el 19 de enero de 1659 en la iglesia parroquial de Santo Antão de esta localidad. Era hijo de Bartolomé Machado y María Duarte, vecinos de la calle de Emxairo de Santo Antão do Tojal. Estos se habían casado en la parroquia de esta localidad el 4 de marzo de 1647. Francisco Machado se casó a los treinta años de edad el 12 de diciembre de 1681 en la iglesia matriz de Nuestra Señora de la Expectación de la localidad portuguesa de Campomayor, frontera con Badajoz, con Beatris dos Anjos (Beatriz de los Ángeles). Ella era hija de Antonio Gonzálves y María Vaz. Francisco Machado otorgó testamento en Badajoz el 9 de marzo de 1714. En él pedía ser amortajado en hábito de san Francisco (que debía de darle la Cofradía de San Lorenzo) y enterrado en la iglesia de Santa María del Castillo, antigua Catedral de Badajoz. Era hermano de las cofradías pacenses de san Lorenzo, san José y Santa Cruz (Vera Cruz). Declaraba estar casado con la mencionada Beatriz de los Ángeles, «que hoy vive en el reino de Portugal, en la villa de Campomayor, con quien no tengo hecho vida maridable desde hace treinta años». Da a entender que no tenía relación marital con su mujer desde casi cuatro años después de casarse y cita que no tuvieron hijos. Mandaba entregar a su ahijada Agustina Alfonsa, mujer de Juan Gutiérrez, seis pesos de escudos de plata, «por el mucho amor que le tengo y porque me encomiende a Dios». También pedía «se le dé a Juan Lorenzo, mi aprendiz, que tengo en mi casa ha[ce] tres años enseñándole mi oficio de escultor, todas las herramientas y bancos que pertenecen al dicho oficio de escultor que yo tengo, por el mucho amor que le tengo y porque me encomiende a Dios. Las cuales no se le entregarán hasta que sea oficial, porque no las desperdicie y eche por ahí. Las cuales se recogerán por mis albaceas y tendrán en su poder hasta que tenga edad suficiente para podérselas entregar y sea oficial. Y no se le entregarán a su padre ni a otra persona alguna». A su aprendiz, Juan Lorenzo, lo debió de querer como al hijo que no tuvo. No tengo más noticias de este discípulo. Dejaba como heredera a la viuda María Domínguez, «su comadre», pues no tenía «heredero forzoso», es decir, no tuvo hijos. María Domínguez debió ser su pareja sentimental de entonces.
Francisco Machado nació en la freguesía de Santo Antão do Tojal (también llamada Santo Antonio do Tojal), una pedanía perteneciente al concejo de Loures, en el área metropolitana de Lisboa, situada al norte de la ciudad. No nació en la propia Lisboa como cita el escultor en algunos documentos, quizá para darse más importancia. Fue bautizado el 19 de enero de 1659 en la iglesia parroquial de Santo Antão de esta localidad. Era hijo de Bartolomé Machado y María Duarte, vecinos de la calle de Emxairo de Santo Antão do Tojal. Estos se habían casado en la parroquia de esta localidad el 4 de marzo de 1647. Francisco Machado se casó a los treinta años de edad el 12 de diciembre de 1681 en la iglesia matriz de Nuestra Señora de la Expectación de la localidad portuguesa de Campomayor, frontera con Badajoz, con Beatris dos Anjos (Beatriz de los Ángeles). Ella era hija de Antonio Gonzálves y María Vaz. Francisco Machado otorgó testamento en Badajoz el 9 de marzo de 1714. En él pedía ser amortajado en hábito de san Francisco (que debía de darle la Cofradía de San Lorenzo) y enterrado en la iglesia de Santa María del Castillo, antigua Catedral de Badajoz. Era hermano de las cofradías pacenses de san Lorenzo, san José y Santa Cruz (Vera Cruz). Declaraba estar casado con la mencionada Beatriz de los Ángeles, «que hoy vive en el reino de Portugal, en la villa de Campomayor, con quien no tengo hecho vida maridable desde hace treinta años». Da a entender que no tenía relación marital con su mujer desde casi cuatro años después de casarse y cita que no tuvieron hijos. Mandaba entregar a su ahijada Agustina Alfonsa, mujer de Juan Gutiérrez, seis pesos de escudos de plata, «por el mucho amor que le tengo y porque me encomiende a Dios». También pedía «se le dé a Juan Lorenzo, mi aprendiz, que tengo en mi casa ha[ce] tres años enseñándole mi oficio de escultor, todas las herramientas y bancos que pertenecen al dicho oficio de escultor que yo tengo, por el mucho amor que le tengo y porque me encomiende a Dios. Las cuales no se le entregarán hasta que sea oficial, porque no las desperdicie y eche por ahí. Las cuales se recogerán por mis albaceas y tendrán en su poder hasta que tenga edad suficiente para podérselas entregar y sea oficial. Y no se le entregarán a su padre ni a otra persona alguna». A su aprendiz, Juan Lorenzo, lo debió de querer como al hijo que no tuvo. No tengo más noticias de este discípulo. Dejaba como heredera a la viuda María Domínguez, «su comadre», pues no tenía «heredero forzoso», es decir, no tuvo hijos. María Domínguez debió ser su pareja sentimental de entonces.
Iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Expectación de Campomayor, donde se casó el escultor Francisco Machado y Beatriz de los Ángeles.
Francisco Machado fallece en Badajoz el 15 de
marzo de 1714, seis días después de testar, a los 55 años de edad. Fueron sus
albaceas Santiago, el ollero, y su comadre, quien fue su heredera. Fue enterrado
como pedía en la parroquia de Santa María del Castillo, de la que hoy solo
queda su torre y algunos restos.
No debía tener una casa propia, porque no lo comenta. Sin
embargo, se cita que murió en la entonces calle de la Concepción Alta, hoy San
Lorenzo. Su vivienda debió estar en el tramo que va desde la calle El Brocense
y llega a unirse con la calle Concepción Arenal, antes llamada calle Concepción
Baja. Habría que destacar que su amigo Pablo Rodríguez Morgado vivió y murió en
la misma calle, supongo que por eso tenían amistad y trabajaron en varias
ocasiones. Sé que Pablo vivió desde finales del siglo XVII en una casa que
todavía existe, que lindaba con la primitiva parroquia de Ntra. Sra. de la
Concepción, hoy número 38. Aunque en la referencia catastral figura que data de
1900, quizá orientativa. Esta casa pertenecía entonces al hospital de la
Concepción. Pablo la poseyó por dación de censo que le hizo el mayordomo del
hospital, el presbítero Bartolomé Guerrero Malos Sabores en 1692: «con la pensión de ocho ducados perpetuos a
Ntra. Sra. de la Concepción de dicha parroquia, la cual casa, en el sitio
[=asedio] que padeció esta plaza en el año de 1705 le cayeron bombas y la
pusieron arruinada». Para poderlas habitar gastó de su bolsillo 585 reales
en reedificarla. Otro dato curioso es que el padre de Pablo era portugués. Esto facilitaría que se entendieran en ambos idiomas; al menos estaría acostumbrado a oír una mezcla de español y portugués desde su infancia, como en las localidades de la frontera. Pocos años antes de morir
Pablo estuvo viviendo en esta parroquia, pero se había trasladado a curarse de
su enfermedad a la de San Andrés, ya desaparecida. Tras su muerte, fue
enterrado en la iglesia del convento de Madre de Dios de Valverde (actual
parroquia de San Andrés), en la bóveda de la Cofradía de Jesús de la Humildad
(Oración en el Huerto), hoy con sede en la actual iglesia de la Concepción de
la calle San Juan. El escultor pacense Cristóbal Jiménez Morgado debía tener
parentesco familiar con él y figuraba junto a su hermano Lorenzo Jiménez
Morgado como testigo de la carta de dote de Pablo a su futura esposa.
Retablo de Nuestra Señora del Ángel de la
Catedral de Ntra. Sra. de la Asunción de Évora, Portugal. Francisco Machado,
1699-1700.
La talla de la Virgen es llamada también Nuestra Señora de la O y de la Expectación.
La talla de la Virgen es llamada también Nuestra Señora de la O y de la Expectación.
La
presencia de Francisco Machado en Badajoz está documentada desde 1699. El 28 de
enero de este año otorgaba un poder al procurador Sebastián Pavón Caballero
junto al carpintero y entallador badajocense Tomás Suárez de Villegas. Conocido también como Tomás Suárez de Salazar,
fue discípulo del carpintero, entallador, ensamblador y maestro mayor de obras
de Badajoz Antonio Morgado, también pariente lejano de Pablo Rodríguez Morgado.
Sebastián
Pavón les tendría que defender de un pleito que les puso Pedro Matos, vecino de
la localidad pacense de La Roca, hoy La Roca de la Sierra, antes llamada
Manzanete, para que se le devolvieran unos 3.000 reales que habían recibido.
Fue por un encargo de un retablo que tendrían que hacer Francisco y Tomás en la
iglesia parroquial de esta localidad y que no habrían cumplido. Probablemente
fue debido a que Francisco Machado todavía no habría terminado el retablo de
Ntra. Sra. del Ángel de la Catedral de Évora, contratado el 24 de diciembre de
1699, treinta y seis días antes. La actividad de Machado como entallador en
Portugal comenzó en 1684, cuando contrató un retablo para la Hermandad de San
Francisco Javier del colegio jesuita del Espíritu Santo de
Évora; termina en 1703, con el retablo de Nuestra Señora de la Buena Muerte de
este mismo colegio (1). Se desconoce quién fue el maestro que le enseñó el oficio
de escultor. Este Francisco Machado no pudo hacer en 1720 el retablo mayor de
la iglesia matriz de Azurara, freguesía del concelho de Vila do Conde (distrito
de Oporto), pues ya había fallecido. Tampoco debe ser este
Francisco Machado el autor del retablo mayor de la Catedral de Viseu, que se
fecha entre 1729 y 1733. En todo caso debió ser otro artista del mismo nombre.
Me
llama la atención el hecho de que Francisco llegase a realizar el retablo para
la Cofradía de los Morenos de Badajoz, cuando había escultores y entalladores
locales muy reconocidos y que por aquellas fechas ya habían realizado retablos
y otras obras de envergadura. Me refiero a Cristóbal Jiménez Morgado, a su
amigo Miguel Sánchez Taramas y al cuñado del último, Francisco Ruiz Amador. También al famoso entallador y maestro arquitecto vecino de
Zafra (Badajoz) Alonso Rodríguez Lucas, o a su compañero Juan Martínez de
Vargas, aunque ambos de avanzada edad. Alonso trabajó en la Catedral de Badajoz entre
1697 y 1698 en los retablos de Nuestra Señora de la Antigua y el de san Blas.
Juan Martínez de Vargas falleció en Zafra el 8 de octubre de 1704 (antes de firmarse el contrato del retablo de Badajoz) y Alonso
Rodríguez Lucas el 28 de octubre de 1710, también en Zafra. Quizás Francisco
Machado, como buen artista, tomó influencias de retablos españoles de las
numerosas iglesias y conventos de Badajoz y la zona de Zafra. Supongo
que, aparte de ser buen retablista, Machado realizó una buena oferta y traería
a Badajoz un estilo barroco diferente al que había por esas fechas. Se sabe
que, a pesar de las guerras, la frontera entre España y Portugal no era
obstáculo para los artistas de ambos países. Aunque en el contrato y en su
testamento se le cita como maestro escultor, en realidad era entallador, como
aparece en los contratos en Portugal. El entallador es un artista que realiza
las piezas de los retablos y el escultor las tallas exentas de estos, aunque
muchos escultores también eran entalladores. Esta diferencia se aprecia en las
figuras que completan el retablo de Évora, donde se aprecia cierta torpeza en
la ejecución de las figuras policromadas de ángeles y el Dios Padre del ático.
También es posible que Francisco Machado trabajase en la cercana Olivenza, pues
algunos retablos de la iglesia de la Magdalena recuerdan a su estilo, similar
al de san Alberto de la iglesia del Carmen de Évora.
Se
desconoce la fecha exacta de la fundación de esta cofradía badajocense, aunque
debió ser entre 1526 y 1548. Era conocida también como la de los «morenos», por
estar formada por esclavos negros y
mulatos. Tenía su sede en la llamada en un principio ermita de Santo Domingo
(de Silos), más tarde llamada del Rosario, dentro de la alcazaba árabe. No hay
que confundirla con la cofradía homónima de la iglesia de Santo Domingo (de
Guzmán) y de la que todavía se conserva su imagen primitiva en su capilla del
lado del evangelio. En las dos hornacinas laterales que aparecen en el interior
de la ermita estaban las desaparecidas imágenes de santo Domingo de Silos y
santa Catalina de Siena. En las traseras de la ermita del Rosario del Castillo he documentado de forma
inédita la existencia del hospital de los Caballeros o de la Consolación (2). Este retablo, de pequeñas dimensiones, era
para la «Virgen del Rosario del Castillo», que el entallador portugués haría
junto al carpintero extremeño Pablos [Rodríguez] Morgado entre 1705 y 1706:
Obligación para la
fábrica de un retablo para Ntra. Sra. del Rosario.
En la ciudad de Badajoz, a dies días del mes de agosto de mill setezientos y zinco años, ante mí el escribano público y testigos, [com]parecieron de la una parte Franco Rodríguez de Guzmán, vecino de esta ciudad, mayordomo blanco de la Cofradía de Ntra. [Sra.] del Rosario, sita en su ermita en el Castillo, y Juan Rodríguez Frausto, mayordomo moreno de dicha cofradía. Y de la otra, Franco Machado, maestro de escultor, y Pablos [sic] Morgado, maestro de carpintero, vecinos todos de esta ciudad. Y dijeron que por quanto han deseado que la dicha ermita esté con la mayor veneración que se pueda para el aumento del culto divino y de la imagen de Ntra. Sra. del Rosario, a cuya advocación está dedicada, procuran de que en ella se haga un retablo donde está colocada dicha imagen. Y para ponerlo en execución con toda prontitud, lo tienen tratado y ajustado con los dichos Franco Machado y Pablos Morgado. Y para poderlo efectuar, los dichos mayordomos pidieron lisencia al ilustrísimo señor obispo de esta ciudad y obispado, quien se la conzedió como parece de la petición y auto que le entregan para insertar en esta escriptura, que su tenor es como sigue:
En la ciudad de Badajoz, a dies días del mes de agosto de mill setezientos y zinco años, ante mí el escribano público y testigos, [com]parecieron de la una parte Franco Rodríguez de Guzmán, vecino de esta ciudad, mayordomo blanco de la Cofradía de Ntra. [Sra.] del Rosario, sita en su ermita en el Castillo, y Juan Rodríguez Frausto, mayordomo moreno de dicha cofradía. Y de la otra, Franco Machado, maestro de escultor, y Pablos [sic] Morgado, maestro de carpintero, vecinos todos de esta ciudad. Y dijeron que por quanto han deseado que la dicha ermita esté con la mayor veneración que se pueda para el aumento del culto divino y de la imagen de Ntra. Sra. del Rosario, a cuya advocación está dedicada, procuran de que en ella se haga un retablo donde está colocada dicha imagen. Y para ponerlo en execución con toda prontitud, lo tienen tratado y ajustado con los dichos Franco Machado y Pablos Morgado. Y para poderlo efectuar, los dichos mayordomos pidieron lisencia al ilustrísimo señor obispo de esta ciudad y obispado, quien se la conzedió como parece de la petición y auto que le entregan para insertar en esta escriptura, que su tenor es como sigue:
Aquí
Y los dichos Franco Machado y
Pablos Morgado, otorgan que juntos y de mancomún, a vos de uno y cada uno, de
por sí y por el todo, in solidum, renunciando como renuncian las leyes y
sentencias de la mancomunidad (…) que fabricarán un retablo de madera para la
dicha capilla mayor, donde está la dicha imagen de Ntra. Sra. del Rosario, que
coja toda la pared de enfrente de alto a bajo y la fachada de un lado a otro,
que quede acompañada, hecho y fabricado a lo salomónico, según se usa y se han
fabricado otros en estos tiempos, arreglándose en todo a la planta que tienen
fecha, la cual está firmada al pie de ella de tres de los dichos otorgantes. Y
por el otro un testigo, que ha de estar siempre presente para dicho efecto. Y
dicho retablo se ha de hacer conforme a arte y arquitectura, el cual han de dar
hecho y acabado en toda forma y a toda costa dentro de seis meses, que ha de
comenzar a correr desde hoy, día de la fecha, y cumplirá el día once del mes de
febrero de 1706. Por el cual y por su trabajo, maderas y lo demás necesario, se
le ha[n] de dar y pagar por dicha cofradía y mayordomos dos mil y cinquenta
reales de vellón, en cuyo precio lo tienen ajustado, en tres plazos de
seiszientos y ochenta y tres reales cada uno. Y en el último, un real más que
ajusta dicha cantidad en esta manera, seiszientos y ochenta y tres reales luego
de contado, para dar principio a dicha fábrica, cuya cantidad confiesan haber
recibido realmente y con efecto de manos de los dichos mayordomos. Y porque la
tienen en su poder y no parezca de presente, renunzian a las leyes (…). Y los
otros seiszientos y ochenta y tres reales en estando hecha la mitad del dicho
retablo. Y los seiszientos y ochenta y quatro reales restantes, el día que esté
acabado y puesto dentro de la ermita, con la calidad que no ha de ser parte de
los otorgantes el ajustarlo y ponerlo en la dicha capilla, sino de dicha
cofradía, que ha de pagar a los maestros de albañil, peones y materiales. Y se
obligan a que en dicha forma harán el referido retablo a toda satisfacción. Y
si así no lo hicieren, se les pueda ejecutar y apremiar por ello y buscar a
otro maestro que a costa de los otorgantes lo hagan y perfeccionen (…). En
testimonio de ello, lo otorgaron. Y yo, el escribano, doy fee, conozco.
Firmaron los que supieron, y por el que no, a su ruego, un testigo, siéndolo
Alonso Cansado Moreno, Juan de Morales Ariexo, Manuel Simón, vecinos de esta
ciudad.
Evidentemente el artista era Francisco Machado, quien haría el boceto y la talla fina, a excepción del dorado, que correría a cargo de los maestros doradores de la ciudad. Pablo ejercería solo como ensamblador y ayudante, como haría en su momento el ya difunto en 1710 Tomás Suárez, es decir, montar las piezas del retablo y anclarlas a la pared. En este caso se especifica que no serían ellos los que lo montasen en la pared, sino albañiles pagados por la cofradía. Buena amistad debían tener Francisco Machado y Pablo Morgado, pues también aparecen en Badajoz como testigos del poder para testar de Isabel de Alva Maraver, viuda del alférez de caballos Juan de Guzmán, otorgado en 1711. En este caso aparecen como «maestros carpinteros». Este retablo de la ermita del Rosario lamentablemente ya no se conserva, pues la ermita se arruinó en la Guerra de la Independencia, aunque pudo haber desaparecido en alguna de las desamortizaciones (1798-1856). Hoy existe un retablo de fábrica de ladrillo, lucido con mortero de cal, con una hornacina flanqueada por dos columnas lisas y está rematado con un frontispicio. Todavía pueden apreciarse pinturas que imitan a mármoles en tonos rojizos y grises al igual que la bóveda en forma de concha. Ese retablo tapa una ventana de estilo gótico, muy dañada, que todavía puede verse en la parte trasera. Es llamativo que en el contrato del retablo se menciona a dos mayordomos que tuvo la cofradía: Francisco Rodríguez de Guzmán, mayordomo «blanco» y a Juan Rodríguez Frausto, mayordomo «moreno». Cada uno de ellos se encargaría de atender a los hermanos de ambas etnias. En este caso puede deberse a la disminución del número de esclavos negros y mulatos en Badajoz en el siglo XVIII, más numerosos en las centurias anteriores. Debido a ello, y para no desaparecer, la cofradía dejaría de tener hermanos exclusivamente «morenos», que algunos de ellos ya serían esclavos libres. Hay que destacar también que el carpintero Pablo Rodríguez Morgado era mayordomo de la Cofradía de la Vera Cruz por aquellos años, hoy felizmente refundada tras desaparecer en varias ocasiones, y que entonces tenía su sede en la iglesia del convento de Ntra. Sra. de la Encarnación o Madre de Dios de Valverde, hoy parroquia del apóstol San Andrés. También fue mayordomo de la Cofradía de San José, patrón de los carpinteros, en 1723.
Evidentemente el artista era Francisco Machado, quien haría el boceto y la talla fina, a excepción del dorado, que correría a cargo de los maestros doradores de la ciudad. Pablo ejercería solo como ensamblador y ayudante, como haría en su momento el ya difunto en 1710 Tomás Suárez, es decir, montar las piezas del retablo y anclarlas a la pared. En este caso se especifica que no serían ellos los que lo montasen en la pared, sino albañiles pagados por la cofradía. Buena amistad debían tener Francisco Machado y Pablo Morgado, pues también aparecen en Badajoz como testigos del poder para testar de Isabel de Alva Maraver, viuda del alférez de caballos Juan de Guzmán, otorgado en 1711. En este caso aparecen como «maestros carpinteros». Este retablo de la ermita del Rosario lamentablemente ya no se conserva, pues la ermita se arruinó en la Guerra de la Independencia, aunque pudo haber desaparecido en alguna de las desamortizaciones (1798-1856). Hoy existe un retablo de fábrica de ladrillo, lucido con mortero de cal, con una hornacina flanqueada por dos columnas lisas y está rematado con un frontispicio. Todavía pueden apreciarse pinturas que imitan a mármoles en tonos rojizos y grises al igual que la bóveda en forma de concha. Ese retablo tapa una ventana de estilo gótico, muy dañada, que todavía puede verse en la parte trasera. Es llamativo que en el contrato del retablo se menciona a dos mayordomos que tuvo la cofradía: Francisco Rodríguez de Guzmán, mayordomo «blanco» y a Juan Rodríguez Frausto, mayordomo «moreno». Cada uno de ellos se encargaría de atender a los hermanos de ambas etnias. En este caso puede deberse a la disminución del número de esclavos negros y mulatos en Badajoz en el siglo XVIII, más numerosos en las centurias anteriores. Debido a ello, y para no desaparecer, la cofradía dejaría de tener hermanos exclusivamente «morenos», que algunos de ellos ya serían esclavos libres. Hay que destacar también que el carpintero Pablo Rodríguez Morgado era mayordomo de la Cofradía de la Vera Cruz por aquellos años, hoy felizmente refundada tras desaparecer en varias ocasiones, y que entonces tenía su sede en la iglesia del convento de Ntra. Sra. de la Encarnación o Madre de Dios de Valverde, hoy parroquia del apóstol San Andrés. También fue mayordomo de la Cofradía de San José, patrón de los carpinteros, en 1723.
Composición de cómo quedaría la imagen de la Virgen del Rosario en el retablo actual.
ANEXO
Testamento de Franco
Machado. En el nombre de Dios, nuestro Señor, todopoderoso, amén. Sea
notorio por esta pública escritura de testamento, última y postrimera voluntad,
vieren como yo, Franco Machado, vecino de esta ciudad de Badajoz,
estando enfermo en cama y en mi juicio y entendimiento natural, el que Dios,
nuestro Señor, fue servido darme, creyendo como firme y verdaderamente creo y
confieso en el misterio de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
tres personas distintas y un solo Dios verdadero y en todo lo que más que cree
y confiesa nuestra santa madre Iglesia católica apostólica y romana, en cuya fe
y creencia he vivido y protesto vivir y morir como católico y fiel cristiano,
tomando, como tomo, por mi abogada e intercesora a la serenísima Reina de los
Ángeles, María Santísima, Señora nuestra, para que interseda con su presioso
Hijo, mi Señor Jesucristo, perdone mis pecados y ponga mi alma en carrera de
salvación, temiéndome de la muerte, que es cosa natural y cierta a toda criatura
humana y a mayor honra y gloria de Dios, nuestro Señor; hago y ordeno este
testamento y última voluntad en la forma y manera siguiente:
Primeramente
encomiendo mi alma a Dios, nuestro Señor, que la crio y redimió con su presiosa
sangre, muerte y pasión, y el cuerpo a la tierra, de que fue formado. Y si Su Divina
Majestad fuere servido llevarme de esta presente vida [a la eterna], mando [que] mi cuerpo
sea sepultado en la iglesia parrochial de Ntra. Sra. Santa María del Castillo
de esta ciudad, en una sepultura que allí se busque por mis albaseas. Y vaya
amortajado en un hábito de nuestro padre san Francisco, que me debe dar la
Cofradía de San Lorenso, de quien soy hermano. Y asista a mi entierro el cura y
cruz de mi parrochia. Y el día de él, si fuere ahora, sino el siguiente, se me
diga misa cantada de cuerpo presente por el dicho cura. Y alumbren la santa
cruz seis sirios y la acompañen ocho capellanes del choro de la Santa Iglesia
Cathedral de esta ciudad, quien me debe dar la Cofradía de la Santa Cruz, de quien,
asimismo, soy hermano. Y por ello se dé la limosna que se acostumbra.
Mando asista a dicho
mi entierro la comunidad de religiosos de san Francisco descalsos, extramuros
de esta ciudad, que me debe de dar la dicha Cofradía de San Lorenso. Y [ade]más
soy hermano de la Cofradía de San Joseph, suplico y encargo a los mayordomos de
dichas tres cofradías de san Lorenso, la Santa Cruz y señor san Joseph, hagan
conmigo lo que acostumbran con los demás hermanos difuntos. Mando a la sera del
Santísimo Sacramento un real de limosna y a las ermitas acostumbradas de esta
ciudad, Casa Santa de Jerusalén y redención de cautivos la limosna que es
costumbre.
Mando se digan por mi
alma cien misas resadas, más otras cincuenta, la mitad por penitencias mal
cumplidas y la otra mitad por cargos de consiencia. Y otras veinte y cinco
misas más por las benditas ánimas del Purgatorio, todas resadas. Y por ellas se
dé la limosna que es costumbre. Y sacado de todas la tersera parte que toca a
la colecturía, las demás se digan por los saserdotes que a mis albaseas le[s]
paresiere, con la mayor brevedad que sea posible. Mando se le dé a Agustina
Alfonsa, mi ahijada, mujer de Juan Gutiérres, seis pesos escudos de plata, por
el mucho amor que la tengo y porque me encomiende a Dios. Mando se le dé a Juan
Lorenço, mi aprendis, que tengo en mi casa ha[ce] tres años enseñándole mi
oficio de escultor, todas las herramientas y bancos que pertenesen al dicho
oficio de escultor que yo tengo, por el mucho amor que le tengo y porque me
encomiende a Dios. Las cuales no se le entregarán hasta que sea oficial, porque
no las desperdicie y eche por ahí. Las cuales se recogerán por mis albaseas y
tendrán en su poder hasta que tenga edad sufisiente para podérselas entregar y
sea oficial. Y no se le entregarán a su padre ni a otra persona alguna. Declaro
estoy casado, según orden de nuestra santa madre Iglesia, con Beatriz de los
Ángeles, que hoy vive en el reino de Portugal, en la villa de Campo Maior, con
quien no tengo hecho vida maridable ha[ce] treinta años. Y de dicho matrimonio
no tenemos hijos algunos. Y así lo declaro para que en todo tiempo conste. No
me acuerdo deber cosa alguna. Y a mí me deben algunas personas alguna[s] cortas
cantidades que saben mis albaseas; mando se cobren. Y si con verda[d] paresiere
el que yo deba algo, se pague. Y para cumplir y pagar este mi testamento, y lo
en él contenido, dexo y nombro por mis albaseas y testamentarios a Franco Santiago
y a María Domínguez, mi comadre, viuda, vecinos de esta ciudad, a cada uno de
por sí, in solidum, a los cuales doy poder cumplido para que luego que yo
fallesca entren en mis bienes y de ellos tomen los que baste y los vendan en
almoneda [=subasta] que fuera de ella. Y cumplan y paguen este mis testamento y lo en él
contenido. Y cumplido y pagado, del remanente y que quedare de todos mis
bienes, derechos y acciones que me toquen y pertenescan en cualquiera manera,
dexo y nombro por mi universal heredera a la dicha María Domínguez, mi comadre,
para que todos ellos los haya y herede con las bendiciones de Dios y la mía,
atento no tengo heredero forsoso. Y por este mi testamento, que ahora hago y
otorgo, revoco y anulo y doy por ninguno y de ningún valor ni efecto otro
cualquiera testamento, mandas o codicilios que antes de este haya fecho, por
escripto y de palabra, que ninguno quiero que valga, salvo este que al presente
hago y otorgo, que solo quiero que valga por mi testamento y última voluntad,
en aquella vía y forma que mexor por derecho, lugar haya en testimonio de lo
cual, así lo otorgué y firmé ante el presente escribano público y testigos que
de mi conocimiento da fee. Y estando en las casas de mi morada, en la ciudad de
Badajoz, a nueve días del mes de março de mill setecientos y catorze años,
siendo testigos Franco Xavier de Morales Morgado, Joseph Rafael y
Franco Ribero, vecinos de esta ciudad.
Notas:
(1) VALLECILLO TEODORO, Miguel Ángel. Retablística Alto-Alentejana (Elvas, Villaviciosa y Olivenza) en los siglos XVII-XVIII. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Mérida. 1996. Páginas 151 y 152.
(2) https://fragmentosdebadajoz.blogspot.com/2018_06_01_archive.html
Bibliografía:
VALLECILLO TEODORO, Miguel Ángel. Retablística Alto-Alentejana (Elvas, Villaviciosa y Olivenza) en los siglos XVII-XVIII. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Mérida (Badajoz). 1996.
MANGUCCI, Celso. Francisco Machado e a oficina de retábulos do Arcebispo de Évora. Cenáculo. Boletín online del Museo de Évora (Portugal). Diciembre de 2007.
LAMEIRA, Francisco. Profesor y doctor de la Universidad de Algarve (Portugal). Actas del ciclo de conferencias Convento de Nossa Senhora dos Remédios e a Ordem do Carmo em Portugal e no Brasil. Asociado a la exposición Convento de Nossa Senhora dos Remédios. Évora, 22-24 de mayo de 2013.
(1) VALLECILLO TEODORO, Miguel Ángel. Retablística Alto-Alentejana (Elvas, Villaviciosa y Olivenza) en los siglos XVII-XVIII. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Mérida. 1996. Páginas 151 y 152.
(2) https://fragmentosdebadajoz.blogspot.com/2018_06_01_archive.html
Bibliografía:
VALLECILLO TEODORO, Miguel Ángel. Retablística Alto-Alentejana (Elvas, Villaviciosa y Olivenza) en los siglos XVII-XVIII. Universidad Nacional de Educación a Distancia, Mérida (Badajoz). 1996.
MANGUCCI, Celso. Francisco Machado e a oficina de retábulos do Arcebispo de Évora. Cenáculo. Boletín online del Museo de Évora (Portugal). Diciembre de 2007.
LAMEIRA, Francisco. Profesor y doctor de la Universidad de Algarve (Portugal). Actas del ciclo de conferencias Convento de Nossa Senhora dos Remédios e a Ordem do Carmo em Portugal e no Brasil. Asociado a la exposición Convento de Nossa Senhora dos Remédios. Évora, 22-24 de mayo de 2013.
Enhorabuena por el artículo, siempre aportando documentación inédita y dando forma a la desconocida historia pacense. Gracias!
ResponderEliminarMuchas gracias, intuyo quién eres. Eso trato, de dar a conocer lo que voy descubriendo. Saludos.
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