domingo, 7 de octubre de 2018

23. La verdadera imagen de la Virgen del Rosario de los Morenos del Castillo. Se ha confundido con la del Rosario del arrabal de Telena.

23.

La verdadera imagen de la Virgen del Rosario de los Morenos del Castillo. Se ha confundido con la del Rosario del arrabal de Telena. Descripción de la cercana ermita de la Consolación. Allí se fundó la Cofradía de los Barberos, que procesionaba el Domingo de Resurrección. 

© Pedro Castellanos
7 de octubre de 2018 
Festividad de Ntra. Sra. del Rosario
(Actualizado el 25 de enero de 2024)
La Virgen del Rosario vestida con ropas y la corona de la Virgen de las Mercedes.

Se desconoce la fecha exacta de fundación de la Cofradía de la Virgen del Rosario de los Morenos, aunque debió ser entre 1526 y 1548. En un documento de 1578, donde aparecen por orden de antigüedad varias cofradías, aparece citada por detrás de la Vera Cruz, fundada en 1526, y por delante de la de San Pedro Clero in Sacris, fundada en 1548. Sin embargo, en un pleito de finales del siglo XVII en que se vieron implicadas tres cofradías, se citaba que después de la Cofradía del Santísimo Sacramento (fundada en 1571), iría la de Ntra. Sra. de Gracia (fundada en 1512), después la de san José (fundada en 1566), y en tercer lugar la del Rosario de los Morenos. La del Santísimo, aunque era posterior a las otras, iba en primer lugar por tratarse de la más importante por ser la de Jesús Sacramentado. Esto parece indicar que la del Rosario fue fundada o refundada a partir de 1566. Era conocida como «la de los morenos» por estar formada inicialmente por los esclavos negros y mulatos que vivían en la ciudad. Tenía su sede en la llamada en un principio ermita de Santo Domingo y más tarde del Rosario dentro de la alcazaba árabe. De la existencia de la imagen de la Virgen tengo los primeros datos en 1654. Aparece en el testamento de María de San Nicolás, esposa del contador de la Mesa Maestral de Mérida Pedro Ardila Guerrero: «Mando a Ntra. Sra. del Rosario en la ermita de Santo Domingo del Castillo un vestido que tengo de chamelote encarnado». Como se indica la imagen era de vestir, como la actual, que es de candelero. Puede corresponder a la que se cita en 1654, pues tiene ojos de cristal, que ya se utilizaban en esa época, ya que con anterioridad se pintaban en la propia madera. Aunque podrían ser añadidos después, pues el Niño Jesús los tiene pintados en la madera. Los únicos bienes que tenía esta cofradía, al menos los declarados en 1799 para su desamortización, eran una casa en la calle de Aguadores (hoy Encarnación), otra en la Melchor de Évora, dos casas unidas en la calle Santa Lucía y una tierra de dos fanegas «de pan sembrar» al sitio de San Miguel.

El motivo de la fundación debe ser el mismo que se cita el 10 de diciembre de 1677, cuando se fundaba la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario de la localidad pacense de Segura de León (un siglo después de la de Badajoz capital), aprobada el día 20 del mismo en la villa de Calera de León:
Motivo que los morenos devotos de Ntra. Sra. del Rosario y vecinos de la villa de Segura de León han tenido para formar su cofradía. El apóstol san Pablo, en la carta primera que es inicio a su discípulo Timoteo, en el capítulo 5, instruyéndole en las cosas necesarias que [texto perdido] su predicación, en la diferencia de estados [que] le les había de enseñar, dice que los que tienen cargos de almas y familia debajo de su mano y con ellos son negligentes en los que contiene, y especialmente se descuidan con los domésticos, cautivos, criados e hijos, que estos tales niegan lealtad que deben y con peores que infieles. Y en otra parte, al capítulo 6, dice que los siervos que están debajo de sujeción y mando de sus señores, tengan grande reverencia a sus amos y estímelos en mucho, porque la buena opinión suya y su buena doctrina no venga a ser menospreciada y de esta manera los padres a su hijos, los señores a sus esclavos y los amos a sus criados enseñen y aconsejen sana doctrina para agradar con toda obediencia amor y caridad. Y así los unos como los otros pretendan un fin que es agradar a Dios, procurando todos hacer su santa y bendita voluntad, cada uno en su ministerio. Y porque una de las causas principales que hacen hombre sabio y al que no lo es, hace poner más en razón que conservar la integridad de su alma es la ocupación de los ejercicios virtuosos intelectuales, como exteriores, así libres como a sujetos de hombres y mujeres, considerando que entre estos no tienen menor lugar la devoción católica de los fieles tan antigua y tan celebrada del Rosario de la princesa de los ángeles, María, Nuestra Señora, y que tantas y tan excelentes prerrogativas tiene para animar a todo cristiano y los devotos de esta santa devoción, cuanto más entendidos en el amor de ella fueren, tanto más serán ayudados de esta divina defensora a los morenos vecinos de esta villa de Segura de León, así para educación suya y de sus hijos y de los que en adelante fueran, han pedido con todo rendimiento y humildad al padre don Claudio de Villagómez, vicario de Santa María de Tudía y juez eclesiástico de esta villa les permita la erección de tal cofradía; y por su merced, vistas sus buenas consideraciones y santo celo se lo concedió como [texto perdido] régimen y gobierno para la apuntación de los nombres y reconocer en qué letra se asienten.

La petición la hacía Gaspar de los Reyes, «moreno de nación», nombre típico de esclavo convertido, en nombre de los demás morenos y morenas libres y esclavos de la villa, que estaban de acuerdo en fundar la cofradía. Se haría en la iglesia mayor (de Ntra. Sra. de la Asunción) y altar colateral de la capilla mayor con su imagen y advocación de Ntra. Sra. del Rosario. También acordaban sus primeras constituciones. Cabe destacar que el primer domingo del mes de octubre de cada año, que es cuando se celebraba la festividad de la Virgen del Rosario, asistirían a la misa y procesión que acostumbraban a hacer todos los hermanos, con la mayor decencia y devoción, y colocarían la cera en el altar mayor en dos hachones. Esta imagen de la Virgen también se sacaría en las fiestas del Corpus Cristi, alumbrada con cuatro velones. Todos los hermanos que pudiesen acudirían a los entierros de los hermanos difuntos, con vigilia y misa cantada. También se podrían asentar como hermanos de la cofradía otras personas de cualquier estado y condición, además de los mencionados morenos, pagando la limosna de un mínimo de 12 reales. La cofradía estaría formada por un mayordomo y cuatro priostes elegidos cada año en el segundo día de Pascua de Navidad. Todos los domingos del año, dos hermanos nombrados por el mayordomo pedirían limosna por las calles de la villa para la cofradía.

Imágenes que existían en la ermita de Santo Domingo o del Rosario en 1674: Ntra. Sra. del Rosario, santo Domingo de Silos, santa Catalina de Sena y dos imágenes de Cristo. 
Lo sabemos gracias a la visita que hizo el 26 de abril de 1674 el licenciado Diego de Osuna y Padilla, provisor y vicario general de la ciudad y su obispado: «Y el altar mayor, donde está dicha imagen de Nuestra Señora y halló estar decente y muy aseado y tener ara (1) y todo lo necesario para estar con decencia. Y asimismo, visitó otros dos altares que están en el medio del cuerpo de la iglesia, a los dos lados del altar mayor, en el de mano derecha está una imagen de santo Domingo de Silos, metido en un nicho y al lado derecho de dicho santo está una imagen de un santo Xpto. [=Cristo] de bulto, que tendrá con la cruz, cerca de cinco cuartas, y está con su cortinica de tafetán verde mar, con que se cubre. Y en el otro altar de mano izquierda está una imagen de santa Catalina de Sena y delante está un santo Xpto. con su peana y tiene sus manteles y frontales. Y el altar de santo Domingo tiene su ara, y mandó su merced que dicha ara se bajase y se pusiese en igual del dicho altar, porque no tuviese peligro de cuando está el sacerdote diciendo misa derramase el cáliz. Y asimismo, mandó su merced a todos los hermanos de dicha cofradía [com]pareciesen a hacer inventario de todos los bienes, vestidos y alhajas que tiene Nuestra Señora y demás cosas que pareciesen ser de dicha ermita. Y que se diese a aderezar un cáliz de plata, por estar quebrado. Y asimismo, mandó su merced a los mayordomos que recorran los tejados de la ermita, por haber reconocido tiene algunas goteras y ser de gran perjuicio para la dicha ermita. Y que acudiesen con el libro de las cuentas para reconocer si están ajustadas. Que halló estar todo muy aseado y con buena compostura y muy desente. Y por visita general así lo proveyó, mando y firmó dicho visitador».


Montaje realizado para ver cómo estaría colocada la imagen titular en su ermita. En la hornacina de la derecha estaba santo Domingo de Silos. En la de la izquierda la de santa Catalina de Sena. Estas dos imágenes se encuentran en paradero desconocido. 

Se realiza una nueva imagen de santo Domingo de Silos entre 1740-41 con donativos de la Cofradía del Santísimo Sacramento. El pintor Alonso de Mures se encarga de policromarla.
Para realizar la nueva talla de santo Domingo, que debió sustituir a la anterior por deterioro, contribuyó la Cofradía del Santísimo Sacramento de la parroquia de Santa María del Castillo. Imagino que fue por problemas económicos por los que atravesaba la de los morenos en aquella época. En las cuentas de esta cofradía aparece un pago de 60 reales al pintor, sevillano y afincado en Badajoz, Alonso García Mures por la encarnación (policromía) del santo, que ya estaba realizado. Aparece también un pago de 247 reales que se entregaron a Manuel Camaño Cortés, mayordomo de la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario del Castillo, como limosna que la del Santísimo le hacía «para hacer la efigie de santo Domingo de Silos». No figura el nombre del autor de la imagen. El hecho de que en la ermita se diese culto a santo Domingo de Silos puede ser debido a que liberó a cristianos que estaban prisioneros y eran esclavos de los musulmanes. Supongo que los esclavos negros y mulatos, ya cristianos, le rezaban para pedir su libertad.

Desaparición de la cofradía por las guerras. Las imágenes se trasladan al convento de San Gabriel (hoy iglesia de la Concepción) al ser destruida la ermita en los tres sitios de 1811. María de los Dolores Capilla Guerro le donaría un retablo cuando falleciese.
El 7 de julio de 1817 otorgaba testamento María Colina, en él declaraba: «Mando a Ntra. Sra. del Rosario, que se venera en el convento de religiosos de San Gabriel de esta ciudad, cuya imagen es la que se hallaba colocada en su ermita del Castillo, el rosario de plata de mi uso, para que le sirva a la misma de culto y adorno». El 30 de julio de 1818 otorgaba testamento Francisca Matos Cuello, natural de Elvas (Portugal), viuda de Manuel Sánchez Burreros, que citaba lo siguiente: «Declaro que soy hermana de la Cofradía de la Virgen del Rosario que se veneraba en su ermita del Castillo, intramuros de esta plaza, actualmente destruida por las circunstancias de la guerra que ha pasado». La Cofradía de la Virgen del Rosario ya había desaparecido poco después. El 12 de noviembre de 1818 otorgaba testamento María Capilla, «moza soltera». En él citaba: «Declaro que lo que poseo en el día son la casa en que habito y los muebles con que la ocupo. Ítem declaro que siempre he conservado una cordial devoción a María Santísima, bajo la advocación del Rosario, cuya soberana efigie existe hoy en el convento de señor San Gabriel, por haberse arruinado su ermita, situada en el Castillo de esta plaza, extinguiéndose la cofradía o hermandad que allí se servía. En cuyo supuesto es mi voluntad que, verificado mi fallecimiento, si por mis necesidades o curativa de mis enfermedades no me hubiese visto precisa de usar por venta a otro contrato de la expresada casa, se proceda por mis albaceas que abajo nombraré a su enajenación, invirtiéndose su importe en hacer un retablo para la propia soberana imagen, en donde se coloque y se le dé el culto debido, juntamente con los dos santos que tiene a su lado, pero si acaso la hubiese yo enajenado, aquello que rentase y se encontrase en mi poder, quiero igualmente que los mismos albaceas se apoderen de ello y lo distribuyan en lo que consideren más necesario para el ornato y decencia de la propia Señora». Los dos santos que tenía a su lado eran santo Domingo de Silos y santa Catalina de Sena. Las imágenes de Cristo ya no se mencionan.


Planta de la ermita de Santo Domingo o del Rosario en 1803. 

Entorno de la ermita de Santo Domingo o del Rosario en los años 50 del siglo XX. 

Entorno de la ermita de Santo Domingo o del Rosario en 2007.

El 8 de noviembre de 1819 otorgaba codicilo (añadidura al testamento) María Capilla y declaraba: «Que deseando evitar dudas para en el caso de que no pueda tener efecto la construcción del retablo para darle culto a la imagen de Ntra. Sra. del Rosario, ya sea en la iglesia de los religiosos descalzos o en cualquier otra de esta ciudad que tengan a bien sus albaceas, y para lo que destina en su testamento el valor de la media casa, que es la habitación alta de la calle del Polvillo número veinte y cuatro, de que es dueño [dueña] con legítimos títulos; se invierta dicho valor por sus albaceas en misas por la limosna cada una de cuatro reales aplicadas por su ánima, las de sus padres y demás de su obligación, pues la cláusula de heredero a su hermano Matheo Capilla, se deberá entender únicamente en el resto de sus bienes, pero jamás en el valor de la casa, a la que se ha de dar uno de los dos destinos o ambos si fuesen compatibles, esto es lo que sobrase del retablo invertirlo en sufragios por dichas ánimas. También quiere y manda que el valor de la casa se den por vía de legado o como más haya lugar a Josef Rodríguez y Ana Montes, su consorte, trescientos veinte reales de vellón por una vez, en remuneración de los trabajos y caridad con que la asisten en sus enfermedades». María de los Dolores Capilla falleció poco tiempo después, el 12 de diciembre de 1819 en su casa de la calle del Polvillo, hoy Amparo. Es curioso que en esta partida se mencione que era viuda de Juan Barbieres. Su cuerpo fue enterrado en el convento de San Gabriel (hoy iglesia de la Concepción) como pedía. Para el siguiente documento se cita que el provisor y vicario general del obispado consultaron su testamento y codicilo. Así figura en una nota marginal de su partida de defunción.

Detalles del Niño Jesús y la Virgen del Rosario antes de su última restauración.

Traslado definitivo a la primitiva parroquia de San Andrés. Venta de la capilla a favor de las tres imágenes de la extinguida Cofradía del Rosario en 1820. Se agregan sus rentas a la parroquia.

Francisco Gómez Membrillera y Manuel Benegas, cura del Sagrario de la catedral y del distrito de San Andrés, citaban que se le habían exhibido ciertas diligencias judiciales para el traslado de las imágenes de la Virgen del Rosario, santo Domingo de Silos y santa Catalina de Sena, que estuvieron en su ermita destruida en 1811. Juan Ramírez, provisor y vicario general y Pedro Delicado, presbítero, albaceas de la ya difunta María Dolores Capilla citaban:

«Que la enunciada difunta dispuso, entre otras cosas, que sus albaceas invirtiesen parte del valor de media casa de que era dueña en la calle del Polvillo de esta población, señalada con el número 23 [sic], en construir un altar y retablo en la iglesia de esta ciudad que fuese su voluntad. Cuando los citados albaceas trataban de realizar las disposiciones testamentarias de María Dolores Capilla, tuvieron noticia que iba a quedar desalojado y si uso el altar, retablo y capilla de Ntra. Sra. de los Dolores de la iglesia parroquial de San Andrés, a cuyo paso del Calvario que en él se venera, se le iba a dar otra colocación. Y habiendo informado y reconocido que son muy buenos, decentes, conferenciaron con el cura vicario don Manuel Benegas y Mantero. Y han contratado y convenido en franquear de la testamentaria la cantidad de 3.500 reales de vellón, con tal que ceda y traspase la imagen de Ntra. Sra. del Rosario del Castillo y demás referidas para colocarlas en él [y] se veneren para siempre, en cuya cantidad se computan en incluyen los precisos gastos de adorno del altar en manteles, ara y demás necesario, y aún los vestidos de las imágenes si los necesitan».



Escritura de venta y obligación de la capilla que otorgaba el cura de San Andrés a favor de varias imágenes que allí iban a establecerse. 
En la ciudad de Badajoz, a 9 de junio de 1820, que a instancia de don Juan Ramírez y don Pedro Delicado y Sayago, presbíteros, en concepto de albaceas testamentarios de María Dolores Capilla, acudieron ante el señor provisor, vicario general de este obispado, exponiendo que a virtud de su testamento y codicilo, bajo de cuya disposición falleció, se hallaban en el caso los dos primeros de invertir hasta la cantidad de 3.500 reales [de] vellón en la construcción de un altar y retablo en la iglesia de esta ciudad que fuese de su agrado, en el cual se colocasen las imágenes de Ntra. Sra. del Rosario, santo Domingo de Silos y santa Catalina de Sena, que antes se veneraban en su propia ermita llamada del Rosario, sita en el Castillo de esta plaza, que fue arruinada y destruida en los tres crueles sitios que la misma sufrió en el año pasado de 1811. Y pues que en la dicha parroquia de San Andrés iba a quedar sin uso el altar, retablo y capilla de Ntra. Sra. de los Dolores, por tratar de colocarse el paso del Calvario que en él se veneraba en otro distinto sitio, que se les diese el oportuno permiso para franquear al compareciente. Por auto [con] fecha 24 de mayo último se accedió en él todo, dando su licencia y permiso para trasladar las tres efigies citadas con agregación a la fábrica de ella de todos los efectos, bienes y rentas presentes y futuras pertenecientes a la ermita destruida de Ntra. Sra. del Rosario en el Castillo. Otorga que desde este día en adelante, para siempre, vende y da en venta real a favor de las efigies la capilla sita en la iglesia de dicha parroquial de San Andrés. Y es la última a la derecha, entrando en ella (pero no la alacena o dispensa pequeña que se encuentra dentro de la referida capilla, y queda para el servicio de la propia parroquia) para que desde luego, en la misma se establezcan las dichas imágenes, a cuyo culto y administración de las costas, rentas que les pertenecen y puedan pertenecer, se obliga el otorgante y se obliga a los caballeros curas de [la] nominada parroquia. Confiesa haber recibido en dinero metálico en este día de mano de los dichos don Pedro Delicado y Sayago y don Juan Ramírez, la cantidad de 3.500 reales que dejó legada la dicha María de los Dolores Capilla. Se obliga a invertir la propia suma en los objetos que previene el auto y también se obliga a administrar, regir y gobernar las rentas presentes y futuras pertenecientes a las mismas imágenes de Ntra. Sra. del Rosario, santo Domingo de Silos y santa Catalina de Sena, como incorporados desde hoy a la fábrica de la parroquia de su cargo».

Error al confundir las dos imágenes de la Virgen del Rosario. Seguramente ocupaba la actual capilla del Descendimiento.
La primitiva parroquia de San Andrés, que estaba en el centro de la plaza de Cervantes, antes llamado Campo de San Andrés, fue derribada en 1834. Todos sus enseres se trasladaron a la iglesia del desamortizado convento de Ntra. Sra. de la Encarnación o de Madre de Dios de Valverde, donde hoy se encuentran. Sin embargo, se desconoce el paradero de las dos imágenes de santo Domingo de Silos y santa Catalina de Sena. Tampoco sé dónde se encuentra el retablo, si es que existe todavía, donde fueron colocadas las tres imágenes. Esta Virgen del Rosario de los morenos es seguramente la que se conserva en una pequeña capilla interior de la iglesia de San Andrés y que algunos(as) aseguran que es la Virgen del Rosario de Telena. Parece ser que la imagen de la Virgen estaba guardada en un desván junto a un Niño Jesús. El Niño tenía un orificio en la parte trasera que coincidía con la espiga que la Virgen tenía en la mano izquierda para sujetarlo. La confusión viene porque este Niño Jesús tenía una etiqueta que decía que era de la Virgen del Rosario. Es lo que ha provocado que se creyera que era la Virgen del Rosario de Telena, en vez de la del Rosario de los morenos, que se trasladó en 1820. En la ciudad había tres imágenes de la Virgen del Rosario. La de la iglesia de Santo Domingo, que todavía se conserva en su capilla del lado del evangelio, muy repintada; la de los morenos que estuvo en el Castillo, hoy en San Andrés; y la de Telena, que aunque se sabe que se trasladó a la ciudad desde el desaparecido arrabal por las guerras con Portugal, se desconoce su paradero. Puede que esta última fuese destruida en alguno de los conflictos bélicos que hubo la ciudad. Al Niño Jesús le falta el orbe o bola del mundo que tenía en su mano izquierda, con la derecha bendice. Tiene orificios en la cabeza, seguramente para la corona que debió tener.

Con el paso del tiempo se fue olvidando esta imagen que, seguramente, ocupaba la actual capilla del Descendimiento. Esta capilla y retablo neobarroco fueron inaugurados el 18 de diciembre de 1952, día de Ntra. Sra. de la Esperanza. El texto de prensa dice claramente que era nueva esta capilla. El retablo era obra de los famosos Flores y Benítez. Todavía figuraba la hornacina vacía de la imagen de la Esperanza y en la izquierda figuraría un cuadro de san Antonio Abad. La parroquia posee una talla de este santo en dependencias privadas. La Virgen de la Piedad, de talla completa, iba al lado derecho del Descendimiento. 

Últimos cultos conocidos a la Virgen del Rosario de los morenos. Se traslada en procesión para un triduo a la catedral en 1884.
Debe de tratarse de la misma imagen, pues en esta parroquia no existe otra con esta advocación. Aparecía en el periódico local El Avisador de Badajoz del 23 de octubre: «El jueves, viernes y sábado de la semana venidera se celebrará en la Santa Iglesia Catedral un solemne triduo, predicando durante él los señores curas-vicarios de la Purísima Concepción, Santa María la Real y San Juan. El primer día se trasladará en procesión a la catedral, desde San Andrés, la imagen de la Virgen del Rosario, y en el último, terminados que sean los ejercicios, se restituirá dicha venerada efigie a su santa casa. Su Santidad tiene concedidas iguales indulgencias que en el año anterior a los fieles que practiquen estos piadosos ejercicios». El mismo periódico citaba lo siguiente el 6 de noviembre siguiente: «Como teníamos anunciado a nuestros lectores, se verificó el triduo en obsequio de la Virgen del Rosario, en los días 30 y 31 del pasado y 1 del corriente. Llevada en procesión la venerada imagen desde la parroquia de S. Andrés a la Sta. Iglesia Catedral, recibió allí por tres días los cultos y adoración (2) que el pueblo cristiano rinde y ofrece siempre con ternura a la Madre de Dios. Los sermones versaron sobre la excelencia del Sto. Rosario, triunfo del papado y su influencia en la sociedad, y la devoción a la Santísima Virgen, medio seguro de salvación. Terminados estos actos, la Virgen Santísima fue conducida con la mayor devoción a su templo, notándose el entusiasmo que la Encíclica de León XIII ha despertado en todos los corazones cristianos hacia el Sto. Rosario, medio el más oportuno, como dice Su Santidad, para alcanzar el remedio a nuestras necesidades». Estos cultos a la Virgen del Rosario continuaban bien entrado el siglo XX, pero ya a la imagen de la iglesia de Santo Domingo.

Descripción de la cercana ermita de la Consolación. Allí se fundó la Cofradía de los Barberos, que procesionaba el Domingo de Resurrección.

Fue en la visita que se hizo el 27 de abril de 1674: «Visitó la ermita de Nuestra Señora de Consolación que está en el Castillo de esta ciudad. Y habiendo entrado en la iglesia, tomó agua bendita e hizo oración en el altar mayor, donde está Nuestra Señora de Consolación. Y habiéndose levantado, reconoció dicho altar y halló estar decente y en las capillas principales, en un nicho de dicho altar está la imagen de Nuestra Señora de Consolación, patrona de dicha ermita, y al lado derecho, en otro nicho, está una imagen de Nuestro Señor Resusitado y al otro lado está otro nicho y no había nada en él. Y dijo la santera que aquel nicho era de Ntra. Sra. de los Barberos, y que se la habían llevado y no la habían vuelto a traer. Y encima de dicho altar estaba una hechura de un Niño Jesús, como de media vara de largo y otros dos pequeñicos, que son de dicha ermita. Y encima de dicho altar está su dosel de tafetán en carmesí y amarillo. Y el altar tenía sus manteles, ara y frontal. Y los tres nichos, el de Nuestra Señora con sus cortinas de tafetán y el ¿ondos? con sus puertas y se reconoció estar todo muy desente y con todo lo necesario para celebrar el sacrificio de la misa en dicho altar. Y al lado izquierdo está otro altar con una imagen de Nuestra Señora que llaman de la Encarnación, en su nicho y cubierta con sus cortinas de tafetán y el altar con ara, manteles y frontal y todo lo necesario. Y saliendo de dicha capilla está otro altar enfrente de la puerta de la iglesia con una imagen de Nuestra Señora de pintura con manteles y frontal. Todo se reconoció estar muy aseados y compuesto. Y mandó a dicho señor visitador a los mayordomos de la cofradía de dicha imagen de Consolación sacaren el libro de él e inventario de los ornamentos y alhajas que tiene dicha Señora. Y habiéndolos sacado se fueron reconociendo y pareció haber otras que no citaban asentados, lo cual se hizo en dicho libro y se le volvió a hacer entrega a los dichos mayordomos como constará por dicho libro y encargó mucho tuviesen grande cuidado de tenerlo todo lo que toca a los vestidos de Nuestra Señora y más alhajas con mucha limpieza y aliño. Y a la santera cuidase mucho de la limpieza de dicha ermita y mandó su merced al dicho mayordomo que las puertas de la calle se aderecen o hiciesen nuevas dentro de cuatro meses. Y también que echase una puerta en una ventana que está al fin de la iglesia y echase un bastidor con un encerado en una claraboya que cae encima de dicha ventana que escata y hace una gotera que caen encima o a un lado de la puerta de la iglesia (…). Y dijo estar puesto a hacer todo lo que mandaba como también el traer los libros de las cuentas de la dicha cofradía. Mandó su merced que la imagen que faltaba del nicho arriba referido que llaman de los Barberos, se le notifique al mayordomo de dicha Cofradía de los Barberos la vuelvan a su lugar y no la saquen otra vez sin su expresa licencia ni que la santera la deje sacar de dicha iglesia sin darnos cuenta». 

Creo que hay una confusión, la Virgen de los barberos era la Virgen de la Consolación. Quizá la santera no sabía que la que ellos llamaban patrona de la ermita era también la del gremio de barberos. Como ya publiqué (3) el 1 de junio de 2018: «...Y ahora, por parte del dicho hospital y Domingo Yanes, su mayordomo, y de la dicha Cofradía de Ntra. Sra. de la Consolación, donde está sita y fundada la Hermandad y Cofradía de los Barberos de esta ciudad...». Esto era en 1616, aunque también parece que da entender que eran dos cofradías distintas. Creo que era una sola, pues las campanas de la catedral repicaban al pasar la procesión de Resurrección, como ya se hacía en 1615: «Y luego acordaron los dichos señores, se repique el primer día de Pascua, en la tarde, a la procesión que hacen de la Resurrección los barberos». Desconozco qué imagen era la que había desaparecido, puede que tuvieran otra imagen de la Virgen. 



Notas:

(1) Ara es sinónimo de altar en latín. En las iglesias católicas es donde se realiza el sacrificio de la misa, que simboliza la piedra del sepulcro donde Jesús fue depositado tras su muerte y resurrección. 

(2) Es un error, a la Virgen María se le debe venerar. Solo a Dios se le debe adorar. 

(3) https://fragmentosdebadajoz.blogspot.com/2018/06/19.html
Fuentes: Archivo Histórico Provincial de Badajoz y Archivos Eclesiásticos de Mérida-Badajoz

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