LAS CAPILLAS CALLEJERAS DE BADAJOZ (I)
La desconocida ermita de San Felipe Neri, supuesta del Cristo de los Afligidos.
© Pedro Castellanos
26 de mayo de 2018
Introducción.
Filippo
Neri nació en Florencia, Italia, el 21 de julio de 1515 y murió en Roma el 26
de mayo de 1595. Fue llamado el Apóstol de Roma, siendo el fundador de la
Congregación del Oratorio, que tenía como fin la oración, la predicación y la
administración de los sacramentos. El papa Pío IV aprobó formalmente la
congregación. Era la única en la que los sacerdotes eran seculares que vivían
en comunidad, pero sin votos. Los miembros retenían sus propiedades, pero
debían contribuir a los gastos de la comunidad. Los que deseaban tomar votos
estaban libres para dejar la congregación y unirse a cualquier orden religiosa.
San Felipe Neri fue beatificado por Paulo V en 1615 y canonizado por Gregorio
XV en 1622. Su onomástica se celebra hoy, 26 de mayo.
Cuadro
de san Felipe Neri, hoy en la iglesia de San Andrés.
La
frustrada Congregación de San Felipe Neri.
El 7 de marzo de 1810 el Ayuntamiento
de Badajoz daba una casa anexa a la entonces parroquia de Santa María la Real
(antigua iglesia de San Ignacio de los jesuitas y convento de Santa Catalina) a
la «junta de devotos del glorioso san Felipe Neri», como representantes de la
futura congregación de presbíteros seculares del mismo santo. Comparecían los
regidores perpetuos del ayuntamiento José Vázquez y José Suero Pinilla,
comisarios nombrados por el consistorio. La junta de devotos pidió permiso el
dos de octubre del mismo año a la Junta Suprema de Extremadura para su
fundación y cita el motivo por el que la creaban: «Deseando promover la honra
y gloria de Dios y el bien de las almas, hace tiempo tenían proyectado
establecer en esta capital una congregación de presbíteros seculares de aquel
glorioso patriarca. Que no es menos notoria la grandísima necesidad que en esta
provincia, y especialísimamente en esta ciudad, se padece de eclesiásticos,
pues, exceptuando los individuos de la Santa Iglesia [Catedral], no pueden
enumerarse 16 sacerdotes seculares; que la falta de predicación (cual se
requiere en un pueblo como este) ocasiona la grandísima relajación que reina en
él».
Lugar donde se quiso
instalar las escuelas de la Congregación de Presbíteros Seculares de San Felipe
Neri.
Fue convento de Santa Catalina y después de los jesuitas.
Hoy es sede de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Badajoz.
Se daba permiso tanto por parte del obispado como del ayuntamiento para la cesión de la casa que fue de los expulsados jesuitas (que ahora pertenecía al consistorio) colindante con la entonces parroquia de Santa María la Real para que, al menos una vez a la semana, se enseñara la doctrina cristiana a los niños de la ciudad. Esta casa cedida era el actual edificio que ocupa la Concejalía de Cultura. La junta de devotos estaba formada por un presidente, que era Alonso Calderón Cabezas, canónigo penitenciario de la catedral; un vicepresidente, que era el presbítero Andrés Trinidad Preciado Méndez; y un secretario, que era el también presbítero Manuel Benegas Montero. Ellos se comprometían a que si no se llegaba a fundar la congregación, las casas volvieran a ser del ayuntamiento, incluida la habitación que utilizaba el cura párroco de Santa María la Real. También pedía la congregación una bodega de aceite a la que se accedía por bajo del arco de la actual calle Soto Mancera, recibiendo a cambio el ayuntamiento otra de similares características, aunque finalmente no se le concedió. Se establecerían una serie de condiciones después de la cesión. Entre ellas, que el ayuntamiento, como patrono de la congregación, pudiese colocar su escudo de armas en la fachada de la casa o en la de la iglesia, donde actualmente figura el escudo de Carlos III. En el mismo documento se cita que se le concede también el permiso para la fundación de la congregación por parte de la Junta Suprema de Extremadura el 18 de noviembre de 1808. Se incluía la vivienda alta de la casa que se comunicaba con la otra manzana por el mencionado arco de la calle Soto Mancera, por ser indispensable para la congregación. Al mismo tiempo, se informa del mal estado de conservación en que se encontraba por su antigüedad. También se solicitaba al todavía rey Fernando VII la real aprobación o licencia para la fundación de la congregación y la donación de la casa.
Se
agregaron las rentas de las obras pías de Damiana de León y la Portuguesa Rica.
Para
el oratorio se incluían las rentas de la obra pía de doña Damiana de León
Silva, viuda del administrador de rentas de puertos secos Gabriel de León
Campos, fundada en la iglesia que fue de los jesuitas, donde ella fue
enterrada. Doña Damiana vivió en la calle que llevó su nombre, junto a la
iglesia, también llamada calle de los Padres, hoy Montesinos. Es de las pocas
mujeres que han dado nombre a una calle en el Casco Antiguo. También se
agregarían las rentas del vínculo (obra pía) fundado por doña Leonor Grajera
Jaramillo, alias «la Portuguesa Rica», viuda del doctor Santiago Vedoya Arce.
Estos vivieron muy cerca de los jesuitas, en la entonces calle de la Sal, hoy
Arias Montano, donde estaban las llamadas casas de la Portuguesa Rica. Todavía
lleva el nombre de La Portuguesa Rica una finca que fue de su propiedad en la
carretera de Badajoz a Corte de Peleas, junto a la urbanización La Dehesilla y
la cañada real de Calamón.
En amarillo la parcela donde
seguramente estuvo la ermita de San Felipe Neri. En verde la casa contigua que
la cita en 1802. En azul la casa donde vivió don Andrés Trinidad.
La ermita de San Felipe Neri de la calle Afligidos. Se autoriza por el ayuntamiento en 1802.
Supongo
que por la devoción al santo, Andrés Trinidad le dedicó una capilla que era de
su propiedad en la calle Afligidos. La ermita, luego llamada de San Felipe
Neri, había sido autorizada por el ayuntamiento pacense el uno de abril de
1802, pero sin citar su advocación: «En
esta ciudad se ha visto y leído un recurso presentado por don Andrés Trinidad,
presbítero de esta vecindad, en que participa [y] tiene dispuesto construir de
unas casas suyas propias una capilla pública en la calle del Verdello de esta
población; y en consecuencia y considerando esta muy noble ciudad lo útil y
beneficioso que puede ser a su vecindario la construcción de dicha capilla,
acordó se devuelva el mismo recurso a dicho don Andrés Trinidad con testimonio
de este acuerdo, manifestando como desde luego se manifiesta por lo que a su
parte toca estar conforme en todo».
Firma del presbítero
Andrés Trinidad Preciado Méndez.
Casa
donde vivió y murió Andrés Trinidad Preciado Méndez.
Antigua calle de las Ollerías, hoy Arco-Agüero.
Antigua calle de las Ollerías, hoy Arco-Agüero.
El
20 de abril de 1810 ya parece como ermita de San Felipe Neri. El fundador fue
el presbítero Andrés Trinidad Preciado Méndez, mayordomo del convento de
Carmelitas.
Este día se vendía una casa en la
entonces calle de las Ollerías, actual Arco-Agüero, nº 8, que hacía esquina a
la calle Afligidos, también llamada calle de Verdello y luego del Señor de los
Afligidos:
«En
la ciudad de Badajoz, a 20 de abril de 1810, don Andrés Trinidad, presbítero de
esta ciudad, dijo: otorga que vende y da en venta real y enajenación perpetua a
Manuel Navarro, su convecino y los suyos, una casa de morada consistente en la
calle de Ollerías de esta población, señalada con el número octavo, que linda
por la derecha, a su entrada, con otra del vendedor; y por la izquierda hace
esquina para la calle de Verdello, que también llaman del Cristo de los
Afligidos, por la que tiene su puerta falsa, y esta linda con UNA ERMITA QUE LLAMAN DE SAN FELIPE NERI. Y la hubo por escritura de dación a
censo reservativo al quitar que a su favor se otorgó por parte del ilustrísimo
señor deán y cabildo de esta Santa Iglesia en el capital de diez mil setenta y
un reales y veinte y dos maravedíes, además de otros gravámenes a que se
hallaba afecta y constan todos redimidos, menos uno de cinco arrobas de aceite
que se pagan a la Hermandad de Ntra. Sra. del Rosario de los Labradores, que se
venera en el convento de Santo Domingo de esta ciudad, y se le pagan por el mes de mayo de cada un
año».
1. Casa de Andrés Trinidad vendida en 1810 al médico Manuel
Navarro.
2. Casa de morada de Andrés Trinidad. 3. Convento de Carmelitas.
2. Casa de morada de Andrés Trinidad. 3. Convento de Carmelitas.
Lugar donde
probablemente estuvo la ermita de San Felipe Neri, luego imprenta.
El precio fue de 40.000 reales de vellón. Este documento nos revela datos muy interesantes, como la advocación de la ermita, desconocido hasta ahora. Por él sabemos también que la interesante casa de estilo rococó y de influencia portuguesa que hoy existe en esta esquina, hoy con el número 13, propiedad de Andrés Trinidad, fue vendida al médico Manuel Navarro. Andrés Trinidad vivió en la contigua, situada entre la de la esquina y el convento de Carmelitas, hoy con el número 15. La compraría para estar lo más cerca posible del convento, ya que fue su mayordomo. Las monjas le habían cedido a partir del 17 de julio de 1787 una casa que estaba enfrente de la puerta falsa (trasera) de su convento, en la entonces calle de la Sal Vieja, hoy Sepúlveda. El obispo Alonso de Solís Grajera (1783-1797) certificaba por la madre Teresa de Santa Rosa, priora del convento de Carmelitas Descalzas, que Andrés llevaba dos años, desde 1785, como administrador de los bienes y rentas del convento, dando bastantes pruebas de su buena conducta y fidelidad. Se le pagarían 12 fanegas de trigo, tres arrobas de aceite, 2.000 reales de vellón de salario anual, «y además de él, la casa calle de la Sal Vieja, que están enfrente de la puerta falsa del convento, para su habitación, sin pagar por ella cosa alguna, pero sí con las obligaciones que en el día tiene: previendo que en las ocasiones que se le ofrezca salir de esta ciudad a practicar algunas diligencias u ocuparse en beneficio de la comunidad, se ha de mantener a cuenta de ella junto con la caballería y mozo del convento que deberá llevar, cuyos gastos anotará puntualmente en relación jurada que deberá dar para el abono de ellos en sus cuentas».
Muerte
de don Andrés Trinidad en 1819 sin haberse fundado la congregación pero sí la
capilla.
El 12 de febrero de 1811 otorgaba
testamento don Andrés Trinidad, hijo de Juan Trinidad, aunque lo anuló el 12 de
agosto del mismo año. En él citaba: «Deseando
como hace mucho tiempo que he deseado para honra y gloria de Dios, nuestro
Señor, y bien de esta república, el contribuir a fundar una casa de
congregación y oratorio de presbíteros seculares de san Felipe Neri, para lo
que se han obtenido las licencias necesarias por la junta de devotos del mismo
santo, establecida en esta ciudad, con aprobación del ordinario, y se han
concedido por esta muy noble y leal ciudad las casas que fueron del colegio de
los padres jesuitas. Ordeno y mando, que si en mi vida no se beneficiase el
establecimiento de dicha congregación, la puedan realizar mis albaceas que
nombraré». Pedía que una vez que falleciese y se pagase su funeral, sus
herederos se apoderasen de todos sus bienes, y lo que quedase, se convirtiese
en renta para la congregación y construcción de su oratorio. Don Andrés
Trinidad falleció en su casa de la calle de las Ollerías de Badajoz el 8 de
diciembre de 1819, día de la Inmaculada. No recibió ningún sacramento porque se
le encontró muerto en su cama. Por petición de sus dos hermanas, fue enterrado
al día siguiente en la parroquia de Santa María la Real, antes iglesia de los
jesuitas y convento de Santa Catalina, donde el difunto pretendió fundar la
congregación. Esta parroquia fue trasladada después al desamortizado convento
de San Agustín, donde hoy radica. El texto del testamento debía ser antiguo,
porque ya se cita el oratorio en 1810 como ya hemos visto. Quizá por eso lo
anulase seis meses después el testador.
La
capilla se vende en 1820 al comerciante Juan Patrón y se convertiría en una
imprenta.
Comparecían
Catalina Preciado Méndez, ya viuda del ayudante mayor Félix Luconi, y su
hermana Josefa, viuda del oficial primero de la real renta de salina Domingo
Núñez Guardabrazo, hermanas del presbítero Andrés Trinidad. Ellas la vendían al
poderoso comerciante y contador de rentas nacionales de Olivenza, Juan Patrón,
el 18 de enero de 1820 por 10.000 reales: «Que
habiendo fallecido su hermano entero (1) don Andrés Trinidad Preciado y Méndez, presbítero de esta vecindad,
abintestato (2), han recaído en ellas como sus únicas herederas los bienes y alhajas
que le pertenecían, y entre ellas, un
edificio en la calle del Señor de los Afligidos, que antiguamente llamaban del
Berdello, que tenía destinado dicho su hermano para el uso de una ermita u
oratorio, compuesta de una sola pieza de corta extensión y un cuartillo, que
linda por la parte de arriba con casa que hoy pertenece a la viuda e hijos de
don Manuel Navarro, médico titular de esta ciudad, casas de las señoras
otorgantes y otros linderos. La cual hubo dicho su hermano por escritura de
dación de censo que a su favor otorgaron el prior y religiosos de nuestro padre
san Agustín de esta misma ciudad en los 27 de agosto del año pasado de 1793.
Cuyo capital también consta hallarse redimido y entregado a dicho convento
según consta de otra escritura otorgada por los religiosos de él, en los 17 de
enero de 1811. Y considerando que el citado edificio, por su situación y
construcción no puede producirles cosa alguna para su subsistencia. Y por otra
parte, que para poderle dar algún destino, se necesita gastar en él varias
cantidades que no tienen, ni se hallan en disposición de encontrar quien se los
facilite, desde luego, han resuelto enajenarlo. Que venden y dan en venta real,
por juro de heredad, perpetuamente, para siempre jamás, la pieza de la citada
capilla y sacristía a don Juan Patrón, su mujer, hijos y herederos (…) en
precio y cuantía de diez mil reales vellón».
Juan
Patrón estuvo casado con Ramona Barbieres y la capilla la heredaría el hijo de
ambos, el también comerciante Jerónimo Patrón. Se valoró después en 13.000
reales, por las obras de mejora que Jerónimo había hecho en ella, citándose que
la ermita se estaba utilizando como imprenta. Ramona Barbieres, ya viuda de
Juan Patrón, la citaba en su codicilo (3): «La capilla que fue de don Andrés Trinidad,
que ahora es casa, con la imprenta vieja, que ya está inutilizada, se dio de
valor al edificio diez mil reales, y a la imprenta tres mil. Y ambas sumas
componen la total de trece mil reales. Y el hecho es que la compareciente
percibe solo el arrendamiento de la casa. Y la imprenta, su hijo don Jerónimo
Patrón, que la tiene arrendada a don Francisco Fernández, en virtud de que
dicho su hijo hizo venir de Valencia letra nueva, lo que manifiesta para
claridad. También declara que a la capilla y casa de la calle de los Afligidos,
le ha puesto un techo y varias divisiones, que han tenido de costo tres mil
trescientos reales, lo que declara para que sea mayor aumento de la misma
alhaja».
El
edificio que sustituye a la antigua ermita de San Felipe Neri, que luego fue
imprenta de Juan Patrón, parece ser que fue sustituido por un bloque de varias
plantas. Allí tiene su sede, entre otras, la Asociación Amigos de Badajoz. Este
edificio fue el antiguo Hotel Montecristo. Esta asociación colocó en noviembre
de 2001 un azulejo en una hornacina donde, supuestamente estaba la capilla de
los Afligidos, que es un error, pues ya sabemos que era la de san Felipe Neri.
Creo que el error viene porque en esa hornacina debió haber alguna imagen
religiosa cuando fue hotel, seguramente una imagen de Cristo, que no tiene nada
que ver con la de los Afligidos, de ahí el error. Es posible también que el
oratorio estuviese en lo que ahora es una cochera situada entre el antiguo Hotel Montecristo y la casa que fue de Manuel Navarro, pues parece que son
edificaciones distintas. Esta cochera tiene el número 2 de la calle Afligidos y
una superficie de 91 m2. Curiosamente, en el inventario de bienes
del comerciante Jerónimo Patrón aparece un cuadro de san Felipe Neri vestido de
presbítero, valorado en 160 reales. Junto a la imagen del Resucitado que
antiguamente procesionaba el Domingo de Resurrección, que se encuentra en la
capilla de la Inmaculada de la parroquia de San Andrés se encuentra un cuadro
del mismo santo. Tiene una inscripción que dice: S. FELIPE NERI. MAESTRO DE LA
ORACIÓN Y ABOGADO DE LA PERSEVERANCIA. Y CONTRA LOS TERREMOTOS. Es posible que
los herederos de Jerónimo Patrón, que fueron sus dos hijos Federico y Amalia
Patrón Falls, lo donasen a la parroquia tras haber pertenecido a la capilla de
don Andrés Trinidad.
Lugar donde debió
estar la ermita de San Felipe Neri.
Por la izquierda, edificio que fue Hotel Montecristo.
Por la izquierda, edificio que fue Hotel Montecristo.
Notas:
(1)
Se refiere a que los tres eran hermanos de padre y madre.
(2)
Sin hacer testamento. En realidad lo hizo, pero lo anuló
después.
(3)
Un codicilo es una disposición que el testador añade a su testamento con posterioridad a
ser otorgado y que tiene como objeto realizar una modificación no sustancial
del mismo, siempre y cuando no se alteren los herederos ni cualquiera de las
condiciones que les afectan en tal condición; de lo contrario tendría que hacer
nuevo testamento.
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